El no tan chavo del 8. Festival de Poesía de Quetzaltenango

Este Festival, a diferencia de muchos otros que se llevan a cabo en este terruño, tiene la particularidad de haberse creado desde una visión combativa y participativa. No solo destaca la selección de autores a quienes se invita sino el tipo de intervenciones y los lugares en los que se desarrollan las lecturas. Asentamientos, cárceles, hospitales, calles, parques y por supuestos los espacios “tradicionales” como universidades y escuelas, son las sedes que acogen a los poetas.

La acción de llevar el arte a las calles en busca del enriquecimiento del  ciudadano a través de la palabra es, sin lugar a dudas, un acto noble y revolucionario. Revolucionario por transgresor, por ser un elemento que propicia la transformación, el encuentro, el diálogo, la comprensión y especialmente la reinterpretación tanto del entorno como de los símbolos y las formas que lo conforman.

En una sociedad como la nuestra, en la que no se lee, en la que si no se es absolutamente analfabeta se es analfabeta práctico, en la que el arte a nivel general no está al alcance de todos, este tipo de acciones incluyentes que no responden a intereses económicos resultan catárticas e inusitadas.

Lo que apenas vislumbro del Festival Internacional de Poesía de Quetzaltenango me parece en su totalidad representado por Javier. Un ser humano desinteresado que ha ido buscando su camino a través del compartir. Javier nos da por medio de sus letras pero más aún con sus acciones. Un hombre culto, buscador insaciable, lector empedernido, solidario en el sentido más amplio, cauto cuando debe serlo, irreverente por naturaleza.

Me llena de ilusión ser partícipe del reconocimiento a  personas que, como Javier, dan todo por la humanidad sabiendo que de ella reciben exactamente lo mismo. Mi más sincero aplauso por esta octava edición al colectivo de personas, de poetas, de artistas que se rompen el lomo durante todo el año por llenar Quetzaltenango de poesía, sus acciones por sí mismas son eso: poesía.

Consulte la agenda de actividades en: www.fipq.tk y vaya, escúrrase a Quetzaltenango que lo peor que le puede pasar es regresar con una serie de libros e ideas que lo dejarán pensando por mucho, mucho tiempo.