En ese momento empiezan los mensajes de que estamos recibiendo el cargo sin recursos, hay personal contratado políticamente que no llena los requisitos, las necesidades son muchas, etc., etc. Como que si todo eso no fuera de conocimiento de los candidatos, los serios por lo menos, cuando están en campaña.
Mientras se está en oposición se critican los contratos sin licitación, los acuerdos de excepción, los estados de calamidad, el endeudamiento, los favores a financistas o miembros del...
En ese momento empiezan los mensajes de que estamos recibiendo el cargo sin recursos, hay personal contratado políticamente que no llena los requisitos, las necesidades son muchas, etc., etc. Como que si todo eso no fuera de conocimiento de los candidatos, los serios por lo menos, cuando están en campaña.
Mientras se está en oposición se critican los contratos sin licitación, los acuerdos de excepción, los estados de calamidad, el endeudamiento, los favores a financistas o miembros del partido y por supuesto el complicado tema de impuestos. Pero una vez toman posesión de los cargos es curioso como todo eso empieza a verse con diferentes ojos. Por eso digo: No es lo mismo verla venir que bailar con ella.
Cómo no recordar las rabietas de los diputados patriotistas en contra de los programas sociales, las transferencias presupuestarias, las contrataciones sin licitación, los acuerdos de excepción y la declaratoria de estados de calamidad. Pero ahora resulta que como todas las dependencias del Estado tienen problemas de abastecimiento de insumos, materiales o contratos de obras, se hace indispensable utilizar algunas de estas herramientas administrativas.
También es difícil olvidar los ataques a la inmanejable deuda del Estado. Abandonar el hemiciclo parlamentario y no querer aprobar la ley antievasión 2 (sí, la que ahora necesitan) u oponerse tajantemente, junto con sus principales financistas, a las reformas en material fiscal, muchas de ellas enmarcadas en lo que fue el resultado de la comisión preparatoria del pacto fiscal.
Ahora resulta que es indispensable aprobar no solo la ley antievasión 2, varios endeudamientos que servirán para financiar el presupuesto 2012 y una reforma fiscal profunda que permita financiar los programas que prometieron mientras estaban en campaña. En este tema hago la salvedad que Otto Pérez Molina siempre fue cauto al respecto. Siempre mencionaba en los debates y entrevistas la necesidad de mejorar la transparencia del uso de los recursos y mejorar la recaudación fiscal.
Por eso digo: No es lo mismo verla venir que bailar con ella.
No es fácil gobernar. Hay conflictos de interés entre los financistas y la transparencia, el largo plazo y los plazos electorales, los nombramientos técnicos y los nombramientos políticos y los objetivos de nación y los objetivos personales de algunas figuras políticas.
El presidente Pérez Molina tiene que trabajar muy fino con algunos sectores. Hay sectores empresariales que están conscientes de que hay que mejorar la recaudación fiscal, sino no traerían a los expresidentes Aznar, Uribe y Sanguinetti a decirles en cada ENADE que una de las condiciones básicas para generar desarrollo es combatir la pobreza y que para eso se requieren recursos. ¡Vaya pues, impuestos!
Pero también hay otros sectores que consideran que nunca es el momento oportuno para pagar más impuestos. A veces es porque hay crisis, a veces es porque hay bonanza, a veces es porque está lloviendo y otras es porque no ha llovido. Siempre hay una excusa, nunca es el momento oportuno para pagar más impuestos. Ninguno. De ningún tipo. Bueno, solo los que les toca pagar a alguien más.
El presidente Pérez Molina tiene la oportunidad, como todos la han tenido, de decidir ser un político o un estadista. Nadie más puede tomar la decisión por él. James F. Clarke decía hace más de 160 años: “Un político piensa en la próxima elección, un estadista en la próxima generación”. Necesitamos estadistas para sacar adelante a Guatemala. Necesitamos ciudadanos y no habitantes/vecinos para sacar adelante a Guatemala.
No es lo mismo hacer oposición o campaña que gobernar. No es lo mismo verla venir que bailar con ella.
Dios los bendiga y les recuerdo que toda la gloria, la honra y el honor son siempre para Jesús.
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