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Conversaciones con un infectado

La filosofía adquiere un sentido distinto cuando se reflexiona sobre la muerte porque, en efecto, somos seres para la nada. Y quizá esto es lo que la actual pandemia está mostrando con tanta facilidad.
Esta condición, que nos ha obligado a recluirnos [...], nos enseña además a tener miedo no del otro (del extraño, del judío, del gitano), sino de tu mismo semejante, ya que este es el presunto portador de la plaga.
Tipo de Nota: 
Opinión

Conversaciones con un infectado

08 de Abril de 2020

Pocas veces he terminado así una comunicación: con un adiós que parece un adiós final. Pero pocas veces he logrado encontrar tanta coherencia entre el pensar y el hacer.

Mi interlocutor, a quien llamaremos B, me llamó desde Madrid. Lo conozco desde 1987. Y desde esa época ha sido un colega de filosofía, de diálogos y de largas charlas. Su acento alemán es bastante marcado. Fue cortante: «Hostia puta, me he contagiado con la plaga». A sus 76 años, esto no es una noticia para celebrar. B se ha contagiado en el asilo donde radica, en la comunidad autonómica de Madrid, y las residencias para personas de la tercera edad han sido literales campos de muerte.

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