En medio de la crisis política que vive el país, se han presentado algunas reacciones de funcionarios públicos que bien pueden ser comparadas con actuaciones de gobiernos autoritarios y dictatoriales. Entre ellas, las reacciones contrarias a la libertad de expresión, específicamente las de impedir la presentación de grupos musicales del género denominado metal. Para quienes no conocen este género, se puede decir que es un «derivado primordialmente del rock que incorpora elementos inspirados en el blues rock, en el rock ácido y en la música clásica, junto con el hard rock, con el cual comparte rasgos esenciales». Grandes bandas de música que seguramente muchos de los lectores han escuchado han dado paso a lo que hoy se conoce como metal, empezando por Eric Clapton y Jimi Hendrix. En lo personal, la banda metal que me gusta es la alemana Rammstein.
Para interpretar adecuadamente el contexto de lo que está sucediendo, debe recordarse que la ideología expresada por el partido político FCN y su representante elegido como presidente es «nacionalista cristiana», que, como expresé en mi columna Jimmy el patriotero, conlleva una postura a) homogenizadora de tal manera que termina en la exclusión de las minorías, b) justificadora de prácticas discriminativas y racistas y c) censuradora de expresiones distintas a las que sean acordes a sus principios y valores. En distintos escenarios de análisis, es una corriente que promueve la exclusión y la censura de la expresión.
En ese sentido, lo que se ha hecho al impedir que se diera el concierto de dos bandas de metal horas antes del espectáculo es atentar contra la libertad de expresión. De hecho, constituye un acto contrario al texto de la Constitución, que en su artículo 35 prohíbe la censura previa, e igualmente contrario al artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Al respecto de estos textos, la CC, en el expediente 4528-2015, interpreta: «Por una parte, se reconoce la dimensión individual, que asegura la posibilidad de utilizar cualquier medio idóneo para difundir el pensamiento propio y llevarlo al conocimiento de los demás. Los receptores potenciales o actuales del mensaje tienen, a su vez, el derecho de recibirlo: derecho que concreta la dimensión social de la libertad de expresión». En consecuencia, la expresión artística no puede estar sujeta a censura previa y, en todo caso, si alguien cree sentirse ofendido en su vida privada o en su moral, deberá actuar posteriormente a aquella forma de expresión, no antes.
[frasepzp1]
Resulta sumamente preocupante que prácticas de censura de este tipo provengan de funcionarios estatales. Primero, porque quiere decir que están condicionando la opinión pública a los valores y principios propios de sus creencias religiosas o de su idea interna de lo que debe expresarse. Y segundo, porque se valen de esto para abusar del poder político, que por principio debe ser laico, es decir, que no debe entrometerse en la libertad de conciencia, en las creencias, en las ideas y en sus manifestaciones creativas para limitar derechos fundamentales. Es así como los diputados juegan con los derechos fundamentales y luego, algunos de ellos, piden perdón luego de que transgredieron un principio fundamental de la democracia.
Me parece que otros géneros musicales, así como de expresión cinematográfica, teatral, literaria y plástica, entre otras, deben estar alertas y unirse para generar un movimiento de indignación y exigencia del irrestricto respeto al derecho de expresión, así como de rechazo absoluto a prácticas discriminatorias.
Más de este autor