El pasado 28 de junio, durante una entrevista en Canal Antigua, en el programa “ALas8:45”, en analista Francisco Beltranena Falla, quien se presenta como experto en temas de seguridad e inteligencia, dijo que «la lucha contra la corrupción lo que trajo fue una desaceleración económica. La economía está deshecha».
Beltranena se refería a las investigaciones que el Ministerio Público (MP) y la Comisión Internacional Contra la Impunidad (Cicig) realizan desde abril de 2015, en contra de la corrupción en impunidad, las cuales han llevado a prisión a decenas de funcionarios, políticos y empresarios, entre ellos su sobrina Daniela Beltranena Campbell, y el expresidente Otto Pérez Molina, a quien asesoró durante su mandato.
La afirmación de Beltranena es falsa. Según datos del Banco Mundial (BM) “en los últimos años (...) Guatemala ha tenido uno de los mejores desempeños económicos de América Latina”. El BM afirma que se ha tenido un crecimiento notable en el Producto Interno Bruto (PIB) en la economía desde el 2012, con una tasa de crecimiento superior al 3%. Durante 2015 (año en el que se dio a conocer el caso La Línea) el crecimiento alcanzó el 4.1%. Y según las estimaciones de ese organismo internacional se prevé que para 2018 la economía alcance un crecimiento del 3.4%.
Las proyecciones del Banco de Guatemala (Banguat) fijadas a principios de año, previeron un crecimiento de 3.8% para 2018. El aumento promedio del PIB esperado para este año en la región de América Latina es de 2 a 2.5%, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL); para Guatemala ese organismo estima un crecimiento del 3.5%.
El estudio “La corrupción desde una perspectiva económica”, publicado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), determinó también que los países con más corrupción suelen ser “un fuerte desincentivo para los inversionistas nacionales y extranjeros”.
En entrevista con Plaza Pública, Beltranena Falla dijo esa afirmación la basó en las proyecciones del Banco de Guatemala. “Agarro el Producto Interno Bruto y lo cruzo con la variable de inversión extranjera directa”, así como “el índice de confianza, que es un indicador del Banco de Guatemala”, explicó. Con base a esa información, cuyas cifras no precisó, concluye que “a partir de que se inició la persecución contra la corrupción, hay una desaceleración del sistema” económico del país.
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Según Jonathan Menkos, director del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), explica la desaceleración económica puede ser explicada por diversos fenómenos, “pero ninguno de ellos es la lucha contra la corrupción”. La moderación del crédito al sector privado, la apreciación del quetzal sobre el dólar, la inflación y la contención del gasto público, puede afectar la economía, señala. Pero eso ocurre a nivel regional, no es algo exclusivo de Guatemala.
Menkos añade que según datos del Banco Mundial, “la lucha contra la corrupción es un rubro incluso más importante que los impuestos bajos, para los inversores extranjeros”.
El economista Enrique Godoy García-Granados señala que la economía guatemalteca ha sufrido una desaceleración durante el último año, y explica como las principales causas de ese fenómeno la baja en el precio de productos de agroexportación como el café y el azúcar, la inestabilidad en el sector minero, y “la desincentivación que han tenido algunos sectores de la economía que recurrían en el lavado de dinero o cometían actos de corrupción”.
Concluye que el “problema profundo es que tenemos 40 años de no invertir en infraestructura, no hay mano de obra capacitada ni nutrida y nuestras instituciones son débiles”.
Entre 2012 y lo que va de 2018, Beltranena Falla ha sido favorecido con 55 contratos del Estado, en su mayoría por asesorías en materia de seguridad e inteligencia, por los que ha cobrado Q2,126,673.
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