¿La educación nos hace libres? ¿A todos?
¿La educación nos hace libres? ¿A todos?
Día tras día, durante jornadas completas, un niño acompaña a un hombre mayor que pide limosna en la entrada del centro comercial La Pradera, en Quetzaltenango. Una lo ve sentadito, bajo el sol, jugando con pequeños objetos mientras seguramente a su lado pasan buses escolares dirigiéndose a centros educativos cuya colegiatura pagaría seguramente un mes de sobrevivencia para muchas familias en Guatemala. Colegios en los que, sin embargo, la posibilidad de que animen al pensamiento crítico y a la sensibilidad social posiblemente no es muy alta.
Ese niño seguramente no será ingeniero ni doctor. Con suerte crecerá y podrá tener algún oficio que le permita ir saliendo adelante en un país que de entrada le niega cualquier oportunidad a niños y jóvenes. Sin embargo, más tarde se le exigirá que se convierta en un ciudadano responsable. Pero también cabe la posibilidad de que se integre a una mara, por ejemplo, y en este caso pocos en la sociedad guatemalteca sabrán de sus días enteros bajo el sol, viendo cómo otras familias entran al cent...
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