Pongamos un ejemplo: Juan Pérez recibe una transferencia condicionada de miserables 300 quetzales al mes, lo cual representa el 7.6 % del costo de la canasta básica alimentaria. Para ello debe cumplir con la condición de llevar a sus hijos a la escuela y al puesto de salud, pero las autoridades no consideran los costos de transporte para asistir a esos lugares, si es que existen en la comunidad donde Juan Pérez vive. Es más: debe dar su número de DPI y llenar una engorrosa encuesta con trabajadores sociales o promotores políticos para recibir un dinero que no resuelve su alimentación.
Pero no solo las personas en extrema pobreza reciben subsidios de parte del Estado. También están aquellas empresas que necesitan de las muletas del Estado para poder caminar, dígase exenciones fiscales. Es decir, bajo la excusa de que generan empleo de calidad, no pagan impuestos como lo hacemos usted y yo. Así las cosas, se esperaría también que estas empresas rindieran cuentas de qué beneficios obtiene el país con el privilegio que tienen de no pagar impuestos. Veamos.
El decreto de presupuesto para el año 2016 obligó a las empresas que no pagan impuestos a reportar el monto de su inversión, la cantidad de empleos generados producto de la exención fiscal y el monto de salarios pagados. Tanto el Ministerio de Economía como la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) cumplieron con realizar la base de datos que detallara esta información, pero ¿cumplieron las empresas?
En este vínculo usted encontrará el listado de las empresas que no le rinden cuentas a la ciudadanía producto de no pagar impuestos, entre ellas Alimentos Maravilla, Qualipharm y Superpán, entre un total de 573 del régimen de maquila y 184 usuarios de zonas francas que no son transparentes en el uso de los beneficios públicos. Y es que a estos empresarios vale recordarles que la transparencia no es una obligación única del Gobierno, sino también del sector privado y de la ciudadanía en general.
Pero ¿qué pasa con aquellas empresas que sí entregaron información? ¿Serán empleos de calidad? En este vínculo encontrará el listado de las empresas que cumplieron con lo estipulado en la legislación, así como el detalle de empleos generados y de salarios pagados. En total, cumplieron 815 empresas, las cuales generaron 159 036 empleos con un salario medio de Q3 297.4, casi el 50 % del costo de la canasta básica vital.
Si un país decide sacrificar sus ingresos tributarios por políticas de generación de empleo, los resultados deberían ser beneficiosos para la nación. Y así como hay empresas que pagan buenos salarios, por ejemplo Colgate Palmolive, con una media de Q13 710.3, también debe reconocerse que un sector que se ha vendido como salvador del desempleo juvenil, los call centers, paga en promedio un salario equivalente al 66 % del costo de la canasta básica vital a cambio de jornadas extenuantes.
¿Qué nos queda? Aquí llamaría al ejemplo inicial. Es inaceptable que a una persona en extrema pobreza la pongamos hasta de cabeza para recibir una miserable transferencia. También es inaceptable que quien se beneficia de una exención fiscal no rinda cuentas de los beneficios para el país, lo cual no exime que quienes sí cumplen sus incentivos, como toda política pública, deben ser revisados y evaluados para obtener mejores resultados.
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