Segura, barata y sin riesgos, pero cargada de mitos: la vasectomía
Segura, barata y sin riesgos, pero cargada de mitos: la vasectomía
La vasectomía es uno de los pocos métodos anticonceptivos disponibles para los hombres. Es un procedimiento rápido, seguro, barato y menos riesgoso. Aún así, es una opción a la que poco se recurre.
Es día de jornada mixta de cirugías definitivas para no tener hijos en Casa Materna de Huehuetenango. Una fila de carros descompuestos rodean el lugar. Hay pocos hombres, ninguno de ellos se sometió a la cirugía. Dos mujeres esperan afuera y una sale del lugar, convaleciente, apoyada del brazo de su esposo.
La jornada termina a las tres de la tarde. Son las 11:30 y solo han asistido 11 mujeres. Zenaida Mendoza, encargada de la región de occidente de la Asociación Alas de Guatemala, espera que algún hombre asista a hacerse la vasectomía. Según el Sistema de información gerencial de salud (SIGSA), de 2012 a 2020 solo se han hecho 251 vasectomías en el departamento y eso fue entre los años 2012 y 2013.
En Huehuetenango, la Asociación Pro Bienestar de la Familia de Guatemala (Aprofam) cobra 4,500 quetzales por una vasectomía, el mismo precio es para una oclusión tubaria bilateral (ligadura de trompas) para las mujeres. Son pocas las clínicas privadas que hacen vasectomías y los precios varían entre 5,000 y 7,000 quetzales. Incluso, hay lugares en que solo se practica la ligadura de trompas.
A pesar de que la Asociación Alas realiza este procedimiento de manera gratuita, la afluencia es poca en Huehuetenango.
Alas Guatemala (Wings) brinda a jóvenes, mujeres y hombres, educación y servicios de salud reproductiva. Desde 2015 hace ligadura de trompas y vasectomías. Con la llegada de la pandemia se vieron limitados para practicar cirugías a mujeres, sin embargo, se cumplió con el 61% de vasectomías proyectadas para 2020, ya que estas se pueden hacer en entornos clínicos extrahospitalarios.
En enero de 2022, Plaza Pública elaboró un reportaje en el que se evidencia cómo la carga anticonceptiva se ha volcado hacia la mujer, cuando la vasectomía es un procedimiento más simple y con menos efectos secundarios.
Diego Rodríguez se dedica a editar libros. Cuando tenía 25 años decidió que iba a hacerse la vasectomía, encontró información en redes sociales y fue así cómo se enteró de las jornadas que la Asociación Alas realiza. El procedimiento le ocupó diez minutos aproximadamente. El médico le preguntó más de una vez si estaba seguro de su decisión y le dijo que si quería retractarse, podía hacerlo sin ningún problema. Diego no se arrepiente de su decisión, no quiere dejarle la responsabilidad de no embarazarse a su pareja sexual o de vida «cuando el que fecunda soy yo», expresa.
Elisama Matías es médica y ginecóloga obstetra, trabaja en el sector privado y realiza turnos en el Hospital Nacional de Huehuetenango, ella considera que hay que trabajar más en la difusión de los métodos de planificación familiar, también le parece injusto que solo la mujer tenga que cuidarse, cuando la edad fértil de un hombre es hasta los 90 años y la de la mujer solo hasta los 40 ó 45 años. «En Huehuetenango son pocas pacientes las que planifican, hay varios mitos, por lo que no aceptan los métodos», afirma.
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Herberth Bolaños, psicólogo e investigador quien desde 2008 se ha dedicado a estudiar temas de masculinidad, dice que la elección y uso de los métodos anticonceptivos tiene que ver con el control de la sexualidad femenina. «Los hombres tenemos incorporado este mandato y tenemos que deconstruirlo, de que nuestra sexualidad no tiene control y nuestro deseo sexual es mayor que el de las mujeres. Esta idea está detrás de que sean las mujeres las que se cuidan y que el embarazo es de ellas y no una experiencia de parejas», afirma.
La vasectomía es un método anticonceptivo para los hombres, no es nocivo para su salud y tampoco afecta su vida sexual. El procedimiento puede hacerlo un cirujano, urólogo, ginecólogo o médico que tenga experiencia. «El paciente puede egresar unas horas después y la recuperación es relativamente rápida», explica Clara Loarca, médica y cirujana, y agrega que en Huehuetenango son pocos los pacientes que consultan. «Más se operan las mujeres», indica.
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Para los hombres, la cirugía consiste en bloquear los conductos deferentes que transportan los espermatozoides al semen. La organización Planned Parenthood explica en su página que existen dos tipos de vasectomía, una de estas es la que se realiza sin bisturí, a través de una punción (orificio) ligan o cauterizan los conductos. La punción es pequeña, no requiere de puntos y no deja cicatriz. En el segundo método, usando un bisturí, se hace un pequeño corte en el escroto y al finalizar ligan o cauterizan los conductos deferentes. Se pueden utilizar puntos o sellar con una corriente eléctrica llamada cauterización.
Manuel Balsells, tiene 36 años y vive en Ciudad de Guatemala. Se hizo la vasectomía hace un año, pero hubiese preferido hacerla antes. Lleva tres años con su pareja y es algo que ya habían hablado. En internet encontró artículos científicos y vio que las consecuencias eran mínimas. Manuel cuenta que salió caminando de la clínica. «Sé exactamente que duró trece minutos todo. Hice reposo tres semanas, de no levantar cosas pesadas y hacer mucho esfuerzo, pero igual seguí trabajando, no había ningún impedimento ahí», cuenta.
Diego y Manuel están convencidos de no querer ser padres, para Diego sería muy egoísta traer a un niño con la actual economía y el contexto que vive Guatemala: «es como traer niños a una jaula», opina. Sin embargo, para muchas personas el tener hijos puede responder a la exigencia social, como lo explica el psicólogo Juan Pablo Flores: «Hay un mandato social respecto a tener hijos, es una obligación ciudadana, por verlo de alguna forma». También dice que está relacionado con la idea de que entre más hijos se tiene, se es más hombre.
Para Herberth, la carga social y familiar es un factor importante en la decisión de cuántos hijos tener, explica que, a veces cuando los padres tienen hijas, se les ejerce cierta presión para tener un hijo hombre. «No es solo tener hijos, sino el sexo de los hijos que se han tenido, la presión está de muchas formas», puntualiza.
Nelsy Valdéz es abogada y notaria, tiene 35 años y nunca ha sentido el deseo de ser madre. Desde que tenía 20 años decidió que no quería tener hijos. Sin embargo, la poca información y el costo que tendría para ella someterse a la cirugía la han detenido para hacérsela. Además, no siempre puede dar su criterio respecto al tema. «La gente suele juzgarme de una forma u otra», comenta.
Algunas veces ha tenido que dar respuestas falsas sobre su deseo de no ser madre, para evitar ser juzgada. «La primera vez que lo pensé me reprendí a mí misma, como cuando uno está pensando algo malo y dice: no debo pensar en esto, eso no es correcto. Esa fue mi primera impresión», dijo.
En las conversaciones que tiene con su pareja, ambos se han planteado optar por la vasectomía, ya que si él se practica la cirugía, los costos de recuperación son menores y los efectos no son tan nocivos. «Mi pareja me dice: yo me hago la vasectomía y te evitas cambios hormonales, yo salgo caminando», cuenta.
Si Nelsy decidiera operarse, una de las barreras sería económica. «Esto requiere dinero y tiempo. Soy abogada de las pobres, no me puedo dar el lujo de decir: me voy a operar y voy a cerrar mi oficina un mes, no me conviene», dice Nesly.
Según el Ministerio de Trabajo y Previsión Social, el salario mínimo para 2022 es de 3,209.24 quetzales para trabajos no agrícolas. Nelsy en los meses más bajos gana un aproximado de 2,500 y la cirugía que quiere practicarse cuesta 4,500 en Aprofam. Si Nesly se practicara la cirugía a ese precio y dejara de trabajar un mes, necesitaría al menos 7,000 quetzales para cubrir los gastos de operación y recuperación, esto equivaldría a más de dos salarios mínimos aproximadamente, pero requeriría que Nelsy ahorrara por tres meses sus ingresos completos.
La pareja de Nesly, en cambio, gana 5,000 quetzales en los meses más altos, podría hacerse la vasectomía al mismo precio, si ahorrara un mes completo de su salario, incluso puede hacerla de forma gratuita si asiste a una de las jornadas que se realizan en Huehuetenango por parte de la asociación Alas.
Los mitos que surgen en medio de la desinformación son otro factor importante por el que los hombres no se practican la vasectomía. Para Juan Pablo, en Guatemala no hay educación integral en sexualidad y existe mucha desinformación respecto a los métodos anticonceptivos. «Mucho prejuicio, fruto de esta desinformación respecto a la vasectomía, sobre todo vinculado al tema de la impotencia sexual. Existe el mito de que un hombre que se hace la vasectomía va a sufrir de impotencia», dice Juan Pablo.
«Los hombres piensan que ya no van a tener la misma erección, ya no van a tener fuerza en el trabajo», cuenta Elisama, mientras desmiente y aclara que el mayor inconveniente es que durante la recuperación no deben levantar cosas pesadas o hacer grandes esfuerzos.
Ante la desinformación y los tabúes que existen en torno a la vasectomía, Herberth cree que es muy importante que el hombre se involucre y participe en la planificación familiar, la administración cotidiana, cuántos hijos se quiere tener y demás. «Este rol masculino de la paternidad en que solo es la participación en el embarazo y el aporte económico a la crianza, ha sido una cadena, herencia masculina terrible que desvincula afectivamente a los hombres», concluye.
Los hombres podrían tener diferentes posturas respecto a los métodos anticonceptivos, dice Juan Pablo, quién explica las mismas usando un grado piramidal para medirlas, en la parte más pequeña están aquellos que se interesan y se hacen la vasectomía, y en la parte más grande aquellos que no se interesan en lo absoluto en la anticoncepción.
Según Planned Parenthood, la vasectomía está diseñada para ser permanente y es difícil revertirla. El buen resultado de la reversión de la vasectomía depende del tiempo que ha pasado desde la cirugía, el tipo de vasectomía que se practicó o si se desarrollaron anticuerpos contra los espermatozoides.
Diego y Manuel eligieron no ser padres, no les parecería justo traer hijos cuando las condiciones de vida son difíciles, «me parece muy hostil, si ya para nosotros está siendo muy complicado», justifica Diego.
Por lo regular las personas que se practican la vasectomía han tomado una decisión definitiva. «Si lo están pensando, la decisión está casi tomada, una persona que no quiere hacérsela, ni siquiera lo piensa», puntualiza Manuel, quién prefirió salir caminando de una clínica antes que dejar toda la responsabilidad a su pareja.
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Esta publicación es parte del Programa de formación dual para periodistas departamentales de Plaza Pública, 2022.
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