De nuevo un pacto. La parte final del proceso de Comisiones de Postulación para elegir al encargado de fiscalizar el gasto público por parte del Congreso de la República se convirtió en una componenda entre los partidos políticos que desde el año parten y reparten de acuerdo a sus intereses en común. Una negociación en la que intervino el oficialista Partido Patriota (PP) y Libertad Democrática Renovada (Lider), además de algunos aliados, todas con la posibilidad de utilizar la elección del nuevo Contralor General de Cuentas de la Nación (CGC) en favor de sus propósitos individuales.
Durante casi cuatro meses, tres nombres protagonizaron una pugna dentro del gremio de Contadores Públicos y Auditores para incidir en el proceso de elección de Contralor General de Cuentas: Sergio Pérez, actual subcontralor general y representante de la asociación Excelencia; Carlos Mencos, excontralor general y representante del grupo Dignidad Profesional; y Carlos Echeverría, exdecano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Rural. Los tres fueron incluidos en el listado final de candidatos que también contempló a Elías Ajcá, Thelma Leticia Girón Alvarado y a Hugo Chacón para conformar la nómina de los seis profesionales, exigida por la ley, que serían propuestos al Congreso de la República para su elección final.
Desde el pasado 2 de diciembre, cuando la lista llegó a manos de los diputados, el panorama no cambió. La pugna gremial se mantuvo. Pero, como explica David Gaitán, de la organización no gubernamental Acción Ciudadana (AC), organización que promueve la transparencia en la gestión pública, la contienda finalmente estaría en manos de aquellos candidatos con una estrategia política más afinada. Para Gaitán, luego de revisar todo el proceso de Comisiones de Postulación, la batalla final estaría entre Pérez y Mencos.
El Congreso de la República, casi dos meses más tarde, con 112 votos a favor, resultado de la alianza entre PP y Lider, terminó eligiendo a Carlos Mencos para dirigir, una vez más, la Contraloría General de Cuentas durante los próximos cuatro años.
“Hay que entender que quién quedara electo tendría que ser un gran negociador, no sólo de poder, sino utilizando información a su favor. No cabe duda Carlos Mencos tiene una gran capacidad de negociación. Logró que la Comisión de Postulación incluyera su nombre en el listado, logró convencer a la Corte de Constitucionalidad para que pudiera ser reelecto, y ahora consiguió, y es lo que más llama la atención, doblegar a las dos fuerzas partidarias más grandes en el Congreso”, analiza Gaitán.
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Durante la gestión de Carlos Mencos, de 2006 a 2010, varias cosas sucedieron en el interior de la CGC. Por ejemplo, logró crear un sindicato que operara a su favor —Trabajadores Profesionales (SITRAPROF)— y con ello, neutralizar cualquier oposición de otros sindicatos. Aprovechó una pugna entre dos colegios profesionales de Contadores Públicos y Auditores en 2005 —CCEE y CAP— para que el mismo gremio, mediante sus votos, lo llevará a dirigir una primera vez la CGC. Y no cumplió con el deber de fiscalizar el desvío de Q82 millones cuando Eduardo Meyer era presidente del Congreso de la República.
–¿En qué radica el poder de Mencos? ¿En la información que obtuvo de su gestión anterior (2006-2010)?
–Utilizó muy bien la información que consiguió durante su gestión. Es cierto. Tuvo que haber un factor determinante para convencer, sobre todo, a los diputados del Congreso. Pero no hay que olvidar que Mencos tiene una vasta experiencia, en la CGC, como impulsador de grandes reformas. El gran reto que le queda es demostrar su independencia —responde Gaitán.
Dentro de la CGC, Rolando Fajardo del Sindicato de Trabajadores de la Contraloría General de Cuentas (SITRACGC), teme que con la elección de Mencos la división gremial se incremente a lo interno y lo externo de la institución. “Lo que vemos es la muerte de asociaciones como Excelencia (agrupación que respaldó por primera vez a Mencos, que luego abandonó para crear Dignidad Profesional)”, dice Fajardo. “Todo los que apoyaron a la oposición, como Sergio Pérez (candidato de la anterior CGC, Nora Segura), se verán en la necesidad de migrar a Dignidad Profesional”, agrega. “Los contralores generales tienen dentro de su estrategia política, no solo diputados sino también asociaciones y sindicatos. Incluso de cara al próximo proceso de elección (mediante Comisiones de Postulación) que se dará en cuatro años”.
Pactos de impunidad
La elección del nuevo CGC en el Organismo Legislativo se utilizó para que la alianza entre PP y Lider pactara con otras bancadas pequeñas, como Todos, Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), Partido Republicano Institucional (PRI), Unión del Cambio Nacional (UCN), Visión con Valores (VIVA) y Encuentro por Guatemala (UG) la designación de las presidencias de las distintas Comisiones de Trabajo en el Congreso de la República. Elegir Contralor fue una bisagra.
Otras bancadas denunciaron que la “alianza roja y naranja” se había pactado bajo la mesa. Las bancadas que quedaron fuera de la contienda fueron Compromiso, Renovación y Orden (CREO) y la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), que optaron por abandonar la sesión.
“Lo que preocupa son estas alianzas partidarias —dice Gaitán—. ¿Qué quieren y qué han logrado con ellas? Evidencia, primero, que no hay oposición”. Dentro del análisis de Acción Ciudadana se presenta un tema que engloba al sistema de partidos políticos dentro del contexto de las Comisiones de Postulación, con el interés puntual de realizar pactos de impunidad. El interés puntual sería blindar todo su trabajo como políticos sin fiscalización de ninguna parte, o bien, cooptada. “El círculo es completo: os partidos políticos tienen todo el poder a su disposición. Escogen magistrados, Salas de Apelación, el presidente elige Fiscal General del Ministerio Público, y ahora escogen a quien podría investigar el manejo del gasto público”, dice Gaitán.
Mencos, luego de ser elegido, ingresó en el Congreso para ser juramentado. Aseguró que su elección fue “sorpresiva”, y que fue llamado para su juramentación de inmediato por la Secretaría General del Legislativo. Durante un breve discurso para la prensa enfatizó que entre sus intereses principales estaba la promoción de trabajo conjunto entre la CGC con organizaciones que apuestan al tema de la transparencia. “Es fundamental y considero que se debe poner énfasis en los temas preventivos, con un modelo de gestión que minimice los riesgos en el uso de los recursos”, indicó.
Con el nombramiento de Carlos Mencos concluye un proceso de Comisiones de Postulación para Contraloría General de Cuentas que duró más de 6 meses. Un mundo al que pertenecen los Contadores Públicos y Auditores, las alianzas y compromisos políticos, las asociaciones gremiales. Un negocio. Un lugar en donde denunciar cuando las cuentas no salen del todo bien, y el presupuesto no alcanza, y hay anomalías, puede ser manipulado políticamente. Un botín para vender silencio y callar ante todo tipo de malversaciones.