Sin embargo, una alianza equivocada puede desatar el efecto contrario y perjudicar al candidato.
Vamos por partes. Las alianzas son usualmente analizadas desde una perspectiva de los candidatos punteros y los beneficios que estos puedan tener de lograr el apoyo de sus rivales políticos. Pero también podemos analizarlas desde el punto de vista de los rivales. Estos pueden dar su apoyo a un candidato como una muestra de madurez política que busque reflejar en el electorado una persona capaz de asumir sus fallos y los aciertos del rival. Estos también puede que lo hagan para conseguir algún espacio político en el próximo gobierno si el candidato que apoyan llega al poder. Esto último es lo que vulgarmente llamamos en Guatemala la búsqueda de hueso, ya sea para ellos o para uno de sus allegados.
Si las mencionadas arriba son las intenciones de los rivales, ¿cuáles son las de los candidatos? Sencillo, los votos de los rivales. Lamentablemente, para los candidatos, en un sistema como el guatemalteco el voto no es endosable. Los partidos políticos actuales son realmente plataformas políticas que buscan posicionar candidatos para después desaparecer. La Ley Electoral y de Partidos Políticos ha generado una serie de incentivos para que estas plataformas hagan uso de una maquinaria política que no es partidaria sino que responde a intereses locales. Esta maquinaria se ajusta a los intereses de los partidos y cambia de color cada cuatro años. Entonces, la alianza con un rival solamente puede significar más votos en la medida en que este controle dicha maquinaria. Aún así, el voto no es endosable, entonces hay que considerar cuántos votos realmente se está ganando.
Manuel Baldizón ha logrado una importante alianza con la UNE-GANA. En estos cuatro años, la UNE se ha dedicado a construir precisamente esta maquinaria de la que hablo. Lo ha hecho a través de los programas de Cohesión Social en los que se ha desarrollado toda una red de electores a quienes se les ha comprado su fidelidad con bolsas solidarias y programas sociales como el de Mi Familia Progresa. Ha sido esta maquinaria la que ha logrado elegir una numerosa bancada para la UNEGANA y UNE en el próximo congreso. Ahora bien, esta maquinaria no responde ciegamente a los intereses de Sandra Torres, la proclamada líder nacional de la UNE, esta responderá a los intereses de los diputados electos y de los alcaldes.
Esta es la victoria estratégica en las alianzas que está realizando Otto Pérez: el apoyo de los alcaldes. El patriotista tendrá que hacer uso de su ventaja en la primera vuelta para convencer a los alcaldes a que pongan a funcionar esa maquinaria a favor del partido naranja. Como lo decía, esta no es una cuestión de ideologías, si no, vean el caso de Arnoldo Medrano en Chinautla cuya trayectoria política es un arco iris al haber vestido los colores de tantos partidos políticos. El otro elemento fundamental de esta maquinaria son los acarreos de personas, algo que es controlado desde las bases no desde la capital como ya muchos se han dado cuenta.
No todas las alianzas son positivas. La alianza de Lider con la UCN a simple vista podría significar un fuerte caudal de votos en el oriente del país pero también significa una alianza con el partido de peor reputación durante estas elecciones. Más que con Mario Estrada, Baldizón tendría que negociar con Alfonso Portillo. El reto es claro: negociar con los corruptos sin verse como uno de ellos.
Luego están las alianzas de Otto Pérez con Harold Caballeros de VIVA y Adela de Torrebiarte del desaparecido partido ADN. Para el PP lo de VIVA fue para buscar el apoyo de Nineth Montengro, VIVA no aporta nada para la segunda vuelta y los patriotistas lo saben. La alianza con de Torrebiarte solo demuestra el interés de la excandidata por posicionarse en un futuro gobierno patriota. En cuestiones electorales resulta inexplicable aliarse con el partido que terminó en el fondo de las preferencias electorales.
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