En lugar de dormir quisiera llorar toda la noche en una fogata de ángeles que se desparraman sobre los seres sin decencia que hemos sido todos estos días desde que caminábamos a comprar la sal para echarla en nuestras heridas y así acallar un poco el terremoto de los primeros pasos que nos dejó estupefactos sin ninguna posible creencia y con la necesidad de aferrarnos a troncos volubles que fueron gente y pastillas y sombras inventadas que daban miedo a veces pero que otras veces temporalmente suspendían ese pánico que es el pánico del mundo ya que nadie sabe a qué venimos y solo nos conformamos con existir dentro de una máquina succionadora de horarios laborales y papel y metal fungible convertido en objetos que nos permiten adquirir insumos para la vida y así nos pasamos por años y décadas y milenios hasta que una gota de cianuro cae en cada ojo nuestro desde donde derrama una lágrima espesa como escupida de demonio mientras buscamos en tantos dioses y soles la explicación de para qué estamos acá respirando y tecleando y tocando música y peleando por un país que ni siquiera existe a cabalidad pues es otra ficción como todas creada por los conceptos mentales para obtener seguridad frente a estas incertidumbres que provocan ciertos mandatos como hacé esto o hacé lo otro sin ningún sentido porque no lo tiene y si queremos creerlo pues es nuestra decisión pero algo inherente a algo no parece verse ni palparse ni hay cómo acreditarlo pues estas ideas siempre se conjugaron con las disfuncionalidades hasta que se convirtieron en sombras como zopilotes posando noche y día noche y día sobre los sombreros que nos cubren de los aguaceros que no paran como tormentas de ideas suicidas derivadas de la poca comprensión de este mundo y quizá la reencarnación nos propinó un chicotazo de sentido pero ni así pues nada es palpable sino que se requiere un salto de fe hacia adentro de uno y que sea total porque el ateísmo no nos ha funcionado tampoco pensando en que si somos lo suficientemente congruentes con ser ateos entonces sin ninguna demora deberíamos terminar la vida por nosotros mismos como reyes del destino que por ratos uno intuye que está trazado pero nadie sabe nada y nadie dice nada más que publicidad y ventas y comercio y marcas que se meten taladradas entonces uno piensa que hay que taladrar la idea como dicen los ideólogos de las campañas publicitarias quienes generan toda esta asfixia por consumir como si fuera una caricia que se va disminuyendo para crear la necesidad de otro consumo de humos y polvos líquidos y exóticos y ni tan exóticos pues nos llevan a caer fundidos en un sillón o en cualquier avenida limpia o sucia de cuero o de aserrín para encontrar ahí nuestro sentido más recóndito y nimio como los mosquitos que vuelan y las larvas que se vuelven mariposas y las pequeñas plantas que crecen en diagonal para buscar el sol luchando por su trozo de vida que uno no se explica aunque químicamente es posible pero no detrás de la ciencia ni detrás de esa razón que trata de sobreponerse al ser humano frente a la omnisciencia de la existencia pura y azarosa que nos traspasa dejando ideas para justificar con palabras que trata uno de aterrizar los remolinos que vuelan y que no se terminan en los insomnios que hacen aferrarse a las doctrinas de seguridad y a pasados y a futuros y a ideales políticos y a pensar en revolucionarios franceses y en santos budistas de hace cientos de años extrañando ahí esa sensación de nada convertida en deseo que quiere apagar el deseo mismo cuando aparece un infinito con ese símbolo perverso de que el eterno retorno está cerca en cada hoja muerta que cae para convertirse en abono y así este crecimiento se perpetúa insondablemente sin cabeza ni brazos y somos una nada como una viscosidad en un plato de comida por el que luchamos y por el que escribimos tantas mentiras con datos y secuencias lógicas y premisas sin afecto para buscar maneras de organizarnos y de ejercer poder y pues eso es el derecho que depende de quién tome decisiones pues no es nuevo que una corte legalice los caprichos del emperador de turno si para eso utilizan el derecho como utilizan todo ya que es para acaparar y lograr comodidad y sentirse más que los demás tomando en cuenta una vez más que eso da sentido ya que eso es el sentido para esta cultura podrida desde los huesos y todos estamos aquí acorralados por la información que masticamos sin conciencia como el chicle que escupimos y se pierde en la alcantarilla hasta el río y el mar que está lleno de plástico y muerte y sal que de nuevo compramos para sentir cierto gusto en un plato que nos espera para desayunar.
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