Hay otros momentos en los que debemos desacelerar, dejar la autocomplacencia, hacer análisis autocrítico para, a partir de allí, encontrar un lugar desde el cual delineemos y analicemos el horizonte de posibilidades que se abre, entender sus alcances y límites.
En los últimos tres días se ha suscitado un pleito de esos que son tan tradicionales en nuestro privilegiado medio de mestizos de clase media urbana. Todo se genera por una columna de opinión que dio pie a que pudiéramos seguir ...
Hay otros momentos en los que debemos desacelerar, dejar la autocomplacencia, hacer análisis autocrítico para, a partir de allí, encontrar un lugar desde el cual delineemos y analicemos el horizonte de posibilidades que se abre, entender sus alcances y límites.
En los últimos tres días se ha suscitado un pleito de esos que son tan tradicionales en nuestro privilegiado medio de mestizos de clase media urbana. Todo se genera por una columna de opinión que dio pie a que pudiéramos seguir ciegamente nuestras emociones.
Sin embargo, en este momento es un gran error seguir actuando con la cabeza caliente. De seguir esa modalidad de debate, varias de las cosas que se habían alcanzado en los últimos meses se perderán en una trifulca muy similar a la que se ha dado en casos previos como el de la Guatemorfosis. Este es un momento precioso en el que podemos sacar lo mejor del pensamiento crítico y de la crítica en general. Eso significa detenernos un poco. No se trata de atrincherarnos, sino de ver que por delante existe la posibilidad de mantener con vida un tipo de articulación social y política de la cual podemos sacar mucho provecho. Entonces, ya con la cabeza fría, hay que plantear algunas preguntas críticas.
En principio, de las primeras reflexiones mencionadas arriba, yo rescataría las siguientes: ¿cómo quedaron afianzados poderes tradicionales en esta nueva coyuntura a nivel local, nacional e internacional?; ¿cómo les afectó a las luchas de los indignados la campaña del #NoTeToca?; ¿las fotraleció?; ¿las debilitó?; ¿atacó causas o efectos?; ¿cuál ha sido el papel de las corporaciones mediáticas transnacionales (como CNN)?; y ¿cuáles son sus intereses particulares?
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Luego agregaría estas otras interrogantes: ¿cómo afecta el protagonismo excesivo la prolongación de la naturaleza horizontal, plural y diversa de las protestas?; ¿cuáles son los otros grupos de poder más allá del Cacif que tienen intereses concretos?; ¿cómo se benefician de este desenlace preliminar tanto los grupos de poder tradicional como los emergentes, considerando que mucha gente que protestó en los meses pasados parece haberse quedado tranquila con las cabezas de Baldetti y Pérez Molina, así como con que no haya pasado Baldizón a la segunda vuelta?; ¿cómo afectó a las protestas la excesiva campaña a favor del dogma del voto?; y ¿por qué el dogma del voto pesó más que una estrategia que buscaba el abstencionismo como una forma de expresar la objeción de conciencia ante un sistema que reproduce la muerte y la violencia?
Pero no todo es negativo. Mi argumento es que esas preguntas también las podemos acompañar con preguntas críticas potencialmente positivas y constructivas como estas: ¿qué posibilidades, que antes no existían, se encuentran ahora de fortalecer la articulación con grupos y colectivos que llevan luchas históricas vinculadas a la tierra, el genocidio, el racismo, el patriarcalismo, la heteronormatividad, las mineras, los monocultivos, etcétera?; ¿cómo se logra fortalecer la horizontalidad y la diversidad?; y ¿cómo se logra disminuir el protagonismo, el oportunismo y el vanguardismo? En síntesis, ¿cómo el fortalecimiento de esa potencial articulación abre un horizonte de posibilidades y esperanzas para una primavera mucho más prolongada?
Realmente creo que la crítica es fundamental en la construcción de movimientos sociales que trasciendan históricamente. A partir de este tipo de crítica se puede tratar de hacer un balance más objetivo de cuáles son los resultados reales de todo esto y cuáles son las potenciales estrategias de acción. A partir de este tipo de crítica podremos seguir construyendo una esperanza que no quede en la mera banalidad del no se metan con la corta primavera que nos tocó vivir en 2015.
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