La mayoría de veces su respuesta a cualquiera de mis críticas aunque no sean dirigidas a su persona sino una simple observación es ¨ usted es feminista y se ofende fácilmente”. Mi respuesta siempre es la misma sí y no, claro que soy feminista ya que creo en la equidad para mi género y no me ofendo fácil. El ser expuesta a comportamientos machistas y denunciar diariamente tratos de diferenciación no es ofenderse fácilmente sino que es la realidad que vivimos la mayoría de mujeres en el mundo. En Guatemala, mujeres y hombres creen que la palabra feminismo es un insulto o una mala palabra, lo cual es un síndrome de vivir en un país conservador y machista, sin embargo todas la mujeres deberíamos de luchar por la igualdad de nuestros derechos. Es irónico cómo muchos le atribuyen al feminismo una falsa idea de odio al hombre, cuando dicha actitud de degradación es la raíz del odio en el que se basa el machismo y la misógina.
Otra falacia compartida por muchos amigos es la idea que la discriminación de las mujeres ya no existe debido a que podemos votar, ir a la universidad y entrar en el mercado laboral etc. Esto claro evade la triste realidad que las mujeres todavía no gozan de las mismas oportunidades que los hombres y sus derechos son constantemente violados por los mismos. Dejando atrás las teorías y las ideologías de género, el ejemplo que más fácil ilustra la persistente discriminación son las brechas salariales por género. La mujer universalmente gana menos que el hombre por hacer el mismo trabajo, hasta en casos cuando la mujer tiene más años de preparación y experiencia. Según el estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Nuevo Siglo, Viejas Disparidades, publicado en el 2012 “Al comparar hombres y mujeres de la misma edad y del mismo nivel educativo, los hombres ganan un 17 por ciento más que las mujeres en América Latina.”. Dicho estudio también señala que solo el 33% de las mujeres ocupan las profesiones mejores pagadas y en dichos trabajos la brecha salarial incrementa a 58%. A pesar de que como mencioné anteriormente que en la mayoría de los casos la mujer tiene más años de escolaridad, según el informe un promedio.5 más años. Guatemala es uno de los países con mayores brechas salariales debido a género del continente el promedio es que los hombres ganan 34% más que las mujeres.
Como mencione anteriormente, la inequidad salarial es un problema que aqueja no solo a países en vías de desarrollo sino que también a las grandes potencias económicas. Sin ir muy lejos geográficamente, en Estados Unidos las mujeres ganan 77 centavos al dólar que ganan los hombres. Esto sin considerar que el acceso a los trabajos mejor remunerados es sistemáticamente obstaculizado al género femenino. La historia es la misma en EE.UU. a pesar que la mujer puede tener más años de escolaridad el hombre que ocupa su mismo puesto. En dicho país actualmente el porcentaje de mujeres que asisten a la universidad es más elevado que el masculino, sin embargo esto no se traduce en acceso a equidad salarial.
Regresando a la conversación con mi colega, ambos sabemos que él gana más del doble de lo que yo gano por hacer el mismo trabajo y tener las mismas calificaciones y eso si me ofende fácilmente. Esta situación no la vivo sola, ya que la mayoría de mujeres en Guatemala ganamos 34% menos que nuestras contrapartes masculinas solo por el hecho de ser biológicamente diferentes. Por lo que le digo a mi colega y al resto que viven en la burbuja proverbial de nuestra sociedad:
EXIJO GANAR IGUAL QUE VOS
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