"¿Cómo te fue en el trabajo?, le preguntan. "Muy bien", responde. "Hoy salvé dos vidas", agrega.
La playa alberga a muchas personas. Las olas son grandes, el mar está "picado". Se alcanza a ver una bandera roja que alerta a los bañistas del peligro del "mar bravo". Pero el calor es intenso y algunos no pueden evitar de ir "un poquito mas adentro". Un muchacho, quizás confiado de sus habilidades, decide ir mas allá, por donde "revientan" las olas. El resultado de tal osadía: la corrient...
"¿Cómo te fue en el trabajo?, le preguntan. "Muy bien", responde. "Hoy salvé dos vidas", agrega.
La playa alberga a muchas personas. Las olas son grandes, el mar está "picado". Se alcanza a ver una bandera roja que alerta a los bañistas del peligro del "mar bravo". Pero el calor es intenso y algunos no pueden evitar de ir "un poquito mas adentro". Un muchacho, quizás confiado de sus habilidades, decide ir mas allá, por donde "revientan" las olas. El resultado de tal osadía: la corriente lo atrapa.
Tres salvavidas descienden de la torre de vigilancia y se lanzan al mar embravecido. Arriesgan su vida por salvar la de un desconocido. Al entrar al mar no olvidan llevar "la salchicha", un flotador que colocan en la cintura de la víctima. Las olas rompen violentamente y los tres se pierden debajo de ellas. Pasan algunos segundos hasta que se divisan los tres valientes, les acompaña el ahora salvado.
Lo de hoy es un simulacro. Una muestra de que en dos minutos consiguen salvar al bañista. Pero la gente les aplaude. Mientras, los tres salvavidas, un tanto agitados vuelven a su recinto a continuar con la jornada de trabajo.
Al caer la tarde habrá sido para ellos solo "otro día en la oficina", pero mientras se aprecia la escena suena en mi mente la canción de David Bowie que dice: "we can be heroes just for one day" (podemos ser héroes por un día).