El libro trata de responder a las preguntas: ¿cuándo y por qué los Gobiernos gravan a los ricos? y ¿son los impuestos a los ricos una respuesta de la democracia o en contra de la inequidad? El hecho es que aquellas sociedades que gravan con más impuestos a sus ciudadanos con mayores ingresos no lo hacen porque los pobres los superen en número o porque la inequidad sea muy elevada. Básicamente, los Gobiernos les imponen tributos a los ricos cuando el Estado considera que ha privilegiado la riqueza y, en compensación, los ricos debieran tener mayores tasas impositivas.
Quisiera detenerme en dos aspectos básicos en el caso de Guatemala. Aquí se privilegia la riqueza con sistemas tributarios regresivos y contemplamos el fracaso de las políticas públicas con el hecho de haber duplicado en cuatro años el número de menores de edad cuya principal actividad es trabajar. La cantidad de estos que han emigrado solos a Estados Unidos y han sido encontrados en la frontera entre este país y México pasó de 1 565 en 2011 a 17 057 en 2014. ¿Es esta la sociedad que nuestra niñez se merece? ¿Puede aportar a resolver el problema la medida de gravar con más impuestos a nuestra élite? Yo creo que sí, ya que no son solo la corrupción y la ineficiencia del gasto público los que obligan a nuestros niños y adolescentes a tomar esas amargas decisiones, sino también es un problema de suficiencia de recursos (impuestos) y de inclusión en el gasto público.
¿Habrá que recordar cómo surgieron algunas de las grandes fortunas en el país? A base de una política de industrialización basada en exenciones fiscales, trabajo forzado, salarios por debajo del mínimo vital y falta de acceso a seguridad social.
¿Qué evidencia hay para sugerir que se grave con más impuestos a los ricos? Aporto dos datos (posiblemente haya más). Primero, el Icefi aplicó la metodología Compromiso por la Equidad, desarrollada por el Departamento de Economía de la Universidad de Tulane. Los resultados se ven en la siguiente gráfica:
Gráfica 1: proporción en la cual se reduce el ingreso por la existencia de impuestos indirectos
![](https://www.plazapublica.com.gt/sites/default/files/styles/large/public/graficatzi.png?itok=jrglr2M2)
En ella se aprecia que el decil de menores ingresos en el pago de impuestos indirectos tiene una reducción en su ingreso de 8.8 %, mientras que en el decil de mayores ingresos solo se reduce 5.0 %. ¿Los pobres deben pagar más impuestos?
El segundo elemento invita a responder quiénes deben financiar el desarrollo para la construcción de la igualdad y la universalización de los bienes públicos. Según la Encovi 2014, en Guatemala, a ese año, estaban empleados 3.8 millones de personas, de las cuales el 79.2 % percibían un salario inferior al costo de la canasta básica alimenticia y el 15.8 % uno inferior al mínimo vital contemplado en la ley del ISR (Q5 000). Es así como nos quedan 192 847 trabajadores, de los cuales solo 41 184 tienen ingresos mensuales superiores a los Q10 000, que son quienes estarían en capacidad de absorber una mayor carga tributaria. Esa élite de empleados solo representa el 1.1 % del total de la población económicamente activa del país.
Dentro de esa élite falta agregar también a los empresarios que reciben dividendos. Y eso abre un punto de discusión importante: una reforma al ISR de personas debería incluir, en una misma cuenta corriente, el ingreso por intereses, dividendos, salarios, alquileres, etcétera, y obviamente hacerlo progresivo, pero no rebajándole a quien menos paga (como algunos sugieren), sino incrementándole a quien más ingresos obtiene.
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