Numerosos estudios prácticos y una impresionante cantidad de autores han intentado comprender las causas de las diversas formas de mala conducta de los seres humanos. La conducta policial ha sido especialmente de interés para muchos científicos sociales, e importantes avances fueron realizados por el criminólogo Ronald Akers con la teoría del aprendizaje social. Esta teoría postula que en las instituciones conformadas por colegas o pares se aprenden nuevos comportamientos a través de acciones, el refuerzo de estas y el modelado del aprendizaje observacional, que es imitado por los colegas de forma positiva o negativa.
Las malas conductas de algunos policías son comunes en el país y las notamos solo cuando un caso de alto perfil expone el resultado de estas acciones ocultas o afecta la seguridad de la población. En el caso de nuestra policía, hay una falta de datos sobre el alcance e impacto que han tenido la mala conducta policial, la brutalidad y la corrupción, ya que tenemos miedo de hablar. No existen estadísticas a nivel nacional sobre el grado y la cantidad de policías que actúan de forma incorrecta, y es probable que prácticamente todos los departamentos de la Policía hayan presenciado algún tipo de corrupción o de escándalo. La ocupación de policía es única, con características que contribuyen a que el agente sea víctima de lo que en la teoría del aprendizaje social se conoce como comportamiento desviado. Y en Guatemala esto aumenta cuando los agentes tienen una baja escolaridad y nacen y crecen en ambientes donde la pobreza y el hambre son la regla.
Acá y en la China, los agentes de policía disfrutan de muchas libertades que no se otorgan a los ciudadanos regulares. Dicha ocupación no solo ofrece muchas oportunidades para los comportamientos desviados, sino que también proporciona justificaciones cuando el comportamiento es cuestionado. Además, es poco probable que los agentes que se han desviado sean detectados. Así, se han normalizado muchas malas conductas como el uso y la venta de drogas, la brutalidad, la protección de actividades ilegales, la insubordinación, el descuido del deber, las borracheras, el aceptar o exigir bajo amenaza regalos monetarios o comida de sus víctimas y el robo oportunista, entre otros.
La suposición básica detrás de la teoría del aprendizaje social es que el mismo proceso de aprendizaje puede producir comportamientos correctos o desviados o delincuenciales. En el caso de un agente de policía, el lugar en que nace, crece y se educa tiene un efecto directo en su forma de pensar y de vivir. Akers explica que la variable central en su teoría es la asociación diferencial o la influencia de aquellos con quienes uno se asocia con frecuencia. Akers sostiene que los individuos desarrollan definiciones favorables o desfavorables a la desviación de acuerdo con las interacciones con sus compañeros. Estas definiciones se refuerzan, positivamente o negativamente, por las recompensas o los castigos (reales o percibidos) que siguen a su comportamiento. Pero, ante todo, los compañeros proporcionan modelos de comportamiento a seguir que podrían ser malos o buenos.
¿Qué podemos hacer?
Los departamentos de la Policía y las unidades de capacitación deben centrarse en el desarrollo y el mantenimiento de actitudes consistentes con la misión que busca el Ministerio de Gobernación. Los departamentos deben reconocer que las actitudes son moldeadas por la subcultura dominante y que la capacitación necesita anular estas actitudes negativas dominantes para prevenir la mala conducta de los agentes.
Los departamentos de la Policía deben rastrear y vigilar activamente las actitudes de los agentes. Además, en el proceso de reclutamiento de nuevos miembros, la fuerza policial debe implementar pruebas psicológicas para evaluar las tendencias conductuales antisociales y los rasgos de la personalidad que vuelven a unos más vulnerables a la corrupción y a las malas conductas.
Para finalizar, mi solidaridad con todos los que hemos sido víctimas de la corrupción y la mala conducta de la Policía. Además, mi apoyo a los hombres y a las mujeres de las fuerzas policiales que hacen su trabajo con integridad y honor y mantienen un código de conducta y ética. Muchas gracias por su arduo trabajo, ya que nos mantiene a salvo de aquellos que violan la ley y ponen en peligro nuestras vidas.
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