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La misteriosa captura y extradición a EE.UU. de “Che” Manuel López Morales

Sin ningún aviso, su detención quedó registrada el 17 de agosto de 2017, en un país no identificado.
El Coliseo Municipal de San Juan Ermita lleva el nombre del ahora extraditado, "Che Manuel López Morales".
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La misteriosa captura y extradición a EE.UU. de “Che” Manuel López Morales

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Las autoridades lo identificaban como uno de los principales narcotraficantes de Chiquimula, donde se trafica la mayor cantidad de cocaína por vía terrestre hacia Guatemala. En Virginia, EE.UU., lo acusan en el mismo caso que hizo caer a los hermanos hondureños Valle Valle. Juntos eran capaces de traficar hasta tres toneladas de cocaína y US$7 millones en tres meses. Ahora, Ché Manuel está detenido en Miami, Florida, donde enfrenta otra acusación por narcotráfico. Todavía es un misterio dónde lo capturaron.

En mayo de 2017, algunos residentes de Chiquimula se permitían hablar de José Manuel López Morales solo entre susurros. No imaginaban que tres meses después estaría sentado en la celda de una cárcel en Miami, Florida, en EE.UU., para enfrentar cargos por narcotráfico. Para octubre, su captura todavía era un secreto tan bien guardado, que atribuían su ausencia a que prefería mantener un perfil bajo.

El 27 de septiembre de 2014, López Morales, conocido como “Ché Manuel” (un diminutivo de su otro apodo, “Chema”), escapó de un operativo en San Juan Ermita y otros municipios de Chiquimula. Lo buscaban porque un gran jurado y la Fiscalía del Distrito Sur de Florida encontraron suficientes evidencias para presentar una acusación en su contra el 27 de mayo de 2014, y porque la Fiscalía del Distrito Este de Virginia también lo acusó, el 23 de junio del mismo año, de ser un socio clave de los hermanos Valle Valle, en Honduras —a quienes la Fiscalía en Florida también perseguía—. Ambas fiscalías pidieron la captura y extradición de “Ché Manuel” para que enfrentara cargos por narcotráfico en EE.UU.

Lo buscaron 50 policías apoyados por soldados y cuatro helicópteros, uno de ellos de la Agencia Antidrogas de EE.UU. (DEA, por sus siglas en inglés). La cacería duró ocho horas, pero las autoridades sólo lograron capturar a su esposa Deidy Nufio Franco de López, y a su guardaespaldas (aunque para 2017 Nufio ya estaba libre). “Ché Manuel” caería tres años después, en el completo anonimato.

La noticia de su captura no apareció en ninguna parte, aunque el Ministerio Público (MP) y el Ministerio de Gobernación (Mingob) lo identifican como uno de los principales narcotraficantes de Chiquimula donde, según la Fiscalía de Narcoactividad, se trafica la mayor cantidad de cocaína por vía terrestre hacia Guatemala. Sin ningún aviso, su detención quedó registrada el 17 de agosto de 2017, en un país no identificado, en el expediente 14-CR-20378 de la Corte Distrital del Distrito Sur de Florida, el cual fue consultado por Plaza Pública. La fecha se registró un día después, en Virginia.

En Guatemala, el vocero de la Policía Nacional Civil (PNC), Pablo Castillo, dijo que esa institución divulga todas las capturas de alto perfil, y que no capturó a nadie con ese nombre en esas fechas o en días previos. Tampoco hay reportes de prensa de la aprehensión en Belice, Honduras o El Salvador, donde otros narcotraficantes guatemaltecos de alto perfil han sido capturados y enviados a EE.UU.: Byron Berganza, en El Salvador, en 2003; Jorge Mario Paredes, en Honduras, en 2008; Ottoniel Turcios Marroquín, en Belice, en 2010.

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Por lo regular, en los expedientes de las cortes estadounidenses la fecha de captura se refiere al día en que un extraditado tocó suelo estadounidense, donde se oficializa la detención a manos de autoridades de EE.UU., porque no tienen jurisdicción en otros países. Si los documentos incluyen la fecha de captura del extraditable en el extranjero, también revelan el lugar. El documento No. 17 del expediente solo indica que fue extraditado a EE.UU., pero no revela desde dónde.

Lo que sí revela es que el 30 de agosto, en una audiencia de dos minutos, “Ché Manuel” llegó a una corte en Miami para declararse “no culpable”. El 26 de octubre, según el documento 26, su defensa solicitó una audiencia para que el guatemalteco pudiera cambiar su declaración. También esperaba una propuesta escrita de la Fiscalía de Florida acerca de las condiciones de colaboración. Eso significaba que estaban en negociaciones, y que solo podría cambiar su declaración a “culpable”.

Las evidencias que lo hunden

El jurado, reclutado para analizar evidencias que la fiscalía reunió en Miami, concluyó que “Ché Manuel” había conspirado al menos desde febrero de 2013 para traficar cocaína en Colombia, Venezuela, Ecuador, Honduras, Guatemala y México, a sabiendas de que sería enviada a los EE.UU. Estas conclusiones bastaron a la fiscalía y la corte para pedir su captura y extradición a Guatemala. Pero su captura era parte de una estrategia mayor.

En 2014, había una coordinación transnacional entre Honduras, para desarticular la estructura entre los hermanos Valle Valle en ese país, y Guatemala, para capturar a Ché Manuel, con apoyo de EE.UU. La DEA había conseguido documentar que los Valle Valle enviaban cocaína a “Ché Manuel” en Chiquimula, y este les enviaba millones de dólares a Honduras. También les enviaba cargamentos de armas de grueso calibre, según una investigación de El Periódico e InSight Crime.

En la Corte del Distrito Este de Virginia, “Ché Manuel” aparece acusado de narcotráfico junto a tres hermanos Valle Valle, y once personas, según el expediente 14-CR-00135. Esta es una conspiración que la fiscalía rastrea desde 2005, ocho años antes que la de Florida. El expediente tiene 349 documentos (casi triplica el de Florida), pero sólo 14 están accesibles al público.

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La acusación en Virginia, fechada en junio de 2014, describe a López Morales como “un narcotraficante guatemalteco que recibía cargamentos de cocaína de la Organización de Narcotráfico Valle (Valle) y facilitaba su traslado de Honduras hacia Guatemala”. La fiscalía indica que el guatemalteco y los hondureños también conspiraron para trasladar la cocaína hacia México y a los EE.UU. La droga que pasó por manos de los hondureños y de “Ché Manuel” fue rastreada hasta California, Arizona, Texas, Illinois, Nueva York y Virginia.

El expediente en Virginia revela que alrededor del 9 de febrero de 2014, “Arnulfo (Valle), Mario Urbina (lugarteniente de los Valle Valle), (Ché Manuel López) Morales y otras personas traficaron aproximadamente 513 kilos de cocaína desde Honduras hacia Guatemala”. La acusación añade que en esas fechas Arnulfo Valle Valle tenía en manos una factura “que reflejaba una deuda de US$6.4 millones por un cargamento de cocaína”, una deuda que el lugarteniente de los Valle Valle tenía instrucciones para cobrarle a “Ché Manuel”.

El 13 de febrero, según la Fiscalía, Arnulfo (Valle) y otros co-conspiradores, planificaron el asesinato de un grupo de sujetos que transitaban la zona de trasiego sin autorización. Ordenaron que los mataran afuera de la frontera El Florido, aunque no especifican si del lado de Copán, Honduras, o de Camotán, Chiquimula.

“Alrededor del 18 de febrero de 2014, Arnulfo, Erlis (León Castellanos, casado con una hermana de los Valle Valle) y otros traficaron unos 500 kilos de cocaína de Honduras hacia Guatemala”, continúa la acusación en Virginia. “Arnulfo, Mario Urbina, (Ché Manuel López) Morales, y Erlis (también bodeguero de la cocaína y el dinero) facilitaron el depósito de aproximadamente US$2.5 millones de dólares en una cuenta del Banco de Occidente en Honduras (esta era una parte del pago que Ché Manuel debía). Dos días después, Arnulfo, Luis (Valle), (Ché Manuel López) Morales y otros traficaron aproximadamente otros 500 kilos de cocaína de Honduras a Guatemala”.

“Cerca del 27 de febrero de 2014, Arnulfo y (López) Morales se comunicaron para discutir cómo evadir la detección policial por medio de la obtención de información de las mismas autoridades”, según el expediente. Se referían a los datos que un informante había suministrado acerca de la organización, a la identidad del informante y a la advertencia de un cateo inminente a las propiedades de los Valle Valle.

“Aproximadamente el 17 de marzo de 2014, Arnulfo orquestó el asesinato de José Cristian Espinosa Erazo, en parte, porque Espinosa era un rival de Arnulfo en el negocio del narcotráfico”, continúa la acusación. La noticia del asesinato apareció en los diarios hondureños el 19 de marzo. En los próximos dos meses, los Valle Valle enviaron otros mil kilos de cocaína a Guatemala, pero el documento involucra directamente a “Ché Manuel” hasta el 22 de abril, en el trasiego de unos 743 kilos desde Honduras a Guatemala, y de otros 201 kilos el 27 de abril de 2014. La acusación indica que el 4 de mayo siguiente, Arnulfo Valle, Mario Urbina, Erlis León, Ché Manuel, y otros, transportaron cerca de US$2.3 millones de dólares en un vehículo y otros US$2.7 millones de dólares en otro vehículo, desde México hacia Guatemala, para entregarlos en Honduras.

Los Lorenzana y algunos socios peligrosos

Algunos hechos indican que “Ché Manuel” seguía los pasos de los hermanos Eliú y Waldemar Lorenzana Cordón de Zacapa (capturados en 2011 y 2013). Según la traficante guatemalteca Sebastiana Cottón Vásquez, los hermanos compraban cocaína de los Valle Valle entre 2000 y 2001, los Lorenzana le enviaban la droga a San Marcos, y ella la trasladaba hacia México. El portal Personas de Interés revela que López Morales también compraba cocaína a la colombiana Yaneth Vergara Hernández. Ella había sido proveedora de los Lorenzana Cordón entre 2004 y 2006, por medio de Marllory Chacón Rossell.

Cottón también se asoció con “Ché Manuel”, según Personas de Interés, pero como los Valle Valle, fue capturada en octubre 2014. Cayó en México, y fue devuelta a Guatemala, que la extraditó a EE.UU. En ese país, Cottón declaró contra los Lorenzana, y reconoció estar dispuesta a colaborar en otros casos para intentar reducir su condena; su fecha de excarcelación está fijada para 2029. Lo que sabe, le permitiría hacerlo: Cottón tiene información importante de los Valle Valle y “Ché Manuel”.

Archivo

Después de la captura de los líderes de la estructura hondureña en octubre de 2014, la logística de trasiego quedó en manos del hondureño Víctor Hugo Díaz Morales (alias “El Rojo”), hasta su aprehensión el 4 de marzo pasado en la zona 10 capitalina. Díaz Morales, quien residía en Esquipulas, Chiquimula, también fue capturado porque EE.UU. lo requiere para que enfrente cargos por narcotráfico en una corte de Nueva York, uno de los destinos de la cocaína que trasegaban los Valle Valle y “Ché Manuel”.

No era casualidad que El Rojo viviera en Chiquimula. La cercanía geográfica le permitía estar en contacto con “Ché Manuel”, en San Juan Ermita. En ese municipio, el alcalde municipal, Mario Rolando Lemus Martínez (quien también fue gobernador de Chiquimula), es tío de López Morales, según el portal Personas de Interés, y el Coliseo Municipal lleva el nombre del ahora extraditado. Pese a que ningún dato vincula la violencia en ese municipio al narcotráfico, su tasa de homicidios se incrementó desde el operativo de captura en 2014, y en 2016 fue la segunda tasa municipal más alta de Chiquimula, un departamento con la cuarta tasa de homicidios departamental más alta del país.

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El sitio Personas de Interés, parte del Proyecto de Reporteo sobre Crimen Organizado y Corrupción (OCCRP), señala que “Ché Manuel” también tuvo vínculos con Juan Vanegas, reelecto como alcalde (por el desaparecido partido Lider) de Concepción Las Minas, municipio de Chiquimula que colinda con El Salvador. En septiembre pasado, un mes después de la captura de López Morales, Vanegas sufrió un atentado en ese municipio, casi dos años después de sufrir otro en El Salvador. Las autoridades no vincularon los ataques al narcotráfico.

Un Robin Hood que jugó a las escondidas

En los últimos tres años, “Ché Manuel” había refinado el arte de escapar, pero también de jugar a Robin Hood, para asegurarse lealtades que lo protegieran en Chiquimula, y fueran sus ojos y oídos ante cualquier peligro de captura. En octubre de 2014, una publicación de prensa reveló que aunque habitantes del departamento lo vinculaban al narcotráfico, también afirmaban que había ayudado a muchos miembros de la comunidad. En mayo de 2017, un testigo de esa ayuda reveló que para Navidad, López Morales regalaba canastas de productos básicos a varias familias, y que en medio de los víveres incluía un sobre que contenía dinero en efectivo.

Desde su primera visita a la corte en EE.UU., “Ché Manuel” tuvo la representación de la abogada Daniela Posada, del Bufete Posada, Taddeo y Dietiker, y del abogado Robert Feitel. Posada ha llevado al menos un caso más por narcotráfico, de un ciudadano mexicano, para quien consiguió una reducción significativa en su sentencia. Feitel, con práctica en Washington, D.C., es exfiscal del Departamento de Justicia. En agosto de 2015, la DEA investigaba a Feitel porque su bufete recibió cerca de US$50 mil de dudoso origen como pago por la defensa de un narcotraficante, pero el caso no le ha causado consecuencias legales. En enero de 2016 aparecía como defensor de Miguel Arnulfo Valle, uno de los exsocios hondureños de López Morales.

Los hermanos Valle Valle, por consejo de sus abogados (en cuenta, Feitel), se declararon culpables el año pasado en EE.UU., lo cual podría implicar que colaboraron con la delación de algunos exsocios. Aun así, en septiembre pasado, una corte en Florida, que absorbió la acusación en Virginia, los sentenció a 23 años de cárcel. Para entonces, “Ché Manuel” ya tenía un mes de guardar prisión en Florida, que también podría absorber su acusación en Virginia.

La defensa de López Morales lo habría llevado a declararse “no culpable” sólo mientras conseguía negociar una sentencia benévola, aunque ello lo situaba ante una pena máxima de cadena perpetua, según el documento No. 3 del expediente. Que la defensa le aconseje ahora declararse “culpable” no es descabellado considerando que uno de los fiscales del caso, Walter Norkin, ha logrado sentencias largas contra otros narcotraficantes. Norkin lideró la acusación contra el narcotraficante hondureño Juan Carlos Arvizú Hernández, capturado en febrero de 2016, extraditado a EE.UU. en junio de ese año, y sentenciado a 30 años de cárcel el pasado 29 de septiembre en Miami. En 2013, Arvizú también tenía vínculos con los Valle Valle, además de Los Cachiros y otros traficantes en Honduras.

Algunos guatemaltecos extraditados, que se declararon culpables, como Otto Herrera García y Byron Linares Cordón, cumplieron sentencias de cárcel de seis y tres años, respectivamente. Chacón Rossell cumple ahora una de 11 años desde 2014 (su excarcelación, está fijada para 2025). Su caso también pasó por la corte distrital del juez José Martínez, que tiene el caso de Ché Manuel.

Si también se declara culpable, “Ché Manuel” se deberá comprometerse a hacer delaciones que conduzcan a decomisos y capturas, y a testificar en cualquier juicio según le sea requerido, como lo hicieron en 2016 Chacón Rossell, Herrera García y Linares Cordón, que declararon contra los Lorenzana Cordón. El cronómetro comienza a correr el 9 de noviembre, la fecha de la próxima audiencia de López Morales. Para entonces, su reconocimiento público como “culpable” de traficar cocaína a EE.UU. significará una cosa: deberá decidir a quién hundir en los siguientes meses, una perspectiva que podría hacer temblar a más de alguno en Chiquimula.

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