Continuamos aquí con el análisis de la tributación de las grandes empresas guatemaltecas que comenzamos el 13 de marzo en este artículo.
Cuarto
Si le parece poco lo que las empresas pagan en Guatemala, pasemos a mencionar que hay que tener cuidado con las cifras que reporta la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) como pago de impuestos por parte de personas jurídicas, pues las cifras pueden estar sobrestimadas. ¿Por qué? Porque hay que recordar que varias empresas actúan como agentes retenedores de impuestos (impuesto sobre la renta —ISR— e impuesto al valor agregado —IVA—) y porque, dentro de las estadísticas tributarias de la SAT, ese monto no está desagregado. Veamos el caso de la minería:
Del aporte total bruto del sector minería a la tributación nacional, aproximadamente el 30 % corresponde a retenciones realizadas a otros contribuyentes, así como a IVA pagado en las compras de bienes y servicios tanto en el mercado local como en el internacional, el cual posteriormente es devuelto por la SAT, debido a que muchas de estas empresas se encuentran calificadas como exportadoras. En ese sentido, las cifras del período 2009-2012 muestran que las empresas mineras calificadas como exportadoras han realizado pagos por concepto de IVA doméstico e importaciones por un monto total de 398.5 millones de quetzales. Sin embargo, al final del año 2012, la institución recaudadora ya había procedido a devolver un total de 303.2 millones, por lo que únicamente estaba pendiente de recuperar el valor diferencial, que asciende a 95.3 millones.
Icefi (2014). La minería en Guatemala: realidad y desafíos frente a la democracia y el desarrollo. Págs 57 y 58.
Quinto
En cuanto a la asistencia pública para empresas, técnicamente más conocida como gasto tributario, es importante mencionar que su metodología es diferente en cada país. Incluso, en el caso de Guatemala, fue actualizada a partir de 2012 con la reforma tributaria. Este dato habría que descontarlo de las estadísticas de pago de ISR de las empresas. ¿Es poco? Según la SAT, para 2014 la asistencia pública para empresas le costó al país 1 589.3 millones de quetzales (solo en ISR). ¡Que es una suma insignificante, dicen los defensores de privilegios fiscales! Pero, si ese dinero fuese pagado por las empresas, se podría triplicar el monto destinado a la alimentación escolar, que actualmente es inferior a US$0.20 diarios por alumno.
Sexto
Adentrémonos más en los datos y consideremos que tan equitativo es nuestro sistema impositivo con los mismos empresarios. En información proporcionada por la SAT en el régimen sobre utilidades del ISR para el año 2014 se reportaron 52 039 contribuyentes, de los cuales 44 774 tienen ingresos promedio mensuales inferiores a los Q60 000. Sin embargo, de estos últimos una tercera parte reportó pérdida, así que no pagó ISR. Quienes tuvieron utilidad, ¿cómo pagaron su ISR? A los 60 000 quetzales mensuales les aplicaron para pagos trimestrales un 8 % de renta imposible y luego 25 % de tasa impositiva, es decir, con ingresos anuales de Q720 000 pagaron en ISR un estimado de Q14 400. O sea, un impuesto del 2 % de sus ventas.
Aquí simulamos el pago del decil de los empresarios que más bajos ingresos tienen, que representaron el 85.9 % del total registrado en este régimen de pago del ISR.
Pero pasemos a analizar a los empresarios agrupados en el decil de mayores ingresos. Aquí aparecen clasificadas únicamente 8 empresas, cada una con ingresos mensuales estimados en un promedio de 507.3 millones de quetzales. En ese régimen, ¿cómo calcularon ellos su ISR? De un total de ingresos anuales de 6 088.38 millones de quetzales (cada una) aplicaron el porcentaje de la renta imponible del 8 % y luego el 25 % de tasa impositiva. O sea, un impuesto del 2 % de sus ventas. ¿Qué opinión les merece a los microempresarios el hecho de que pagan la misma tasa impositiva que las empresas gigantes (posiblemente transnacionales)? ¿A quién debemos cobrarle más?
Séptimo
Si usted cree que las cosas pueden ser peores para los empresarios con un sistema tributario tan inequitativo con ellos mismos, pues quienes más deberían pagar no lo hacen, resulta que también es injusto. Vea el siguiente ejemplo: en el decreto de presupuesto (22-2014) que emitió el Congreso de la República para aprobar el presupuesto de 2015 se incrementaron las regalías para empresas mineras a un 10 %, excepto las regalías para el níquel y el jade, que sufrieron un incremento de solo el 5 %[1].
Gráfica 1: exportaciones de níquel de Guatemala en millones de dólares estadounidenses (2012-2014 y estimado de 2015)
![](https://www.plazapublica.com.gt/sites/default/files/styles/large/public/grafica1_0.png?itok=RC1OgZ-2)
Fuente: Banco de Guatemala.
¿Por qué un trato preferencial a una industria extractiva pujante, que pudo haber pagado esas regalías y ser una fuente de financiamiento del desarrollo? ¿Será esto justo para el país?
Por último, ¿qué sí hay de cierto respecto al ISR en Guatemala?
El país necesita mejorar el ISR, pero para personas individuales, ya que dicho impuesto es de los más bajos del continente. Sin embargo, esto abre otra vertiente de análisis. En un país con casi el 60 % de su población empobrecida, ¿a quién debemos cobrarle esos impuestos?
Con esa interrogante casi se podría arreglar el tema de los elevados impuestos que pagan las empresas de una manera sencilla: eliminemos el pago de ISR para personas jurídicas y que este forme parte de un crédito para el ISR que deberá pagar el accionista cuando reciba sus dividendos. Eso sí, con tasas progresivas.
¿Será acaso que los accionistas —de esas ocho empresas— estarán dispuestos a dar una rodaja más de sus dividendos para financiar el desarrollo del país?
Y si de algo deberían estar agradecidos los empresarios es de que no les toca ser empleados, pues a estos no se les está preguntando si quieren hacer una regalía voluntaria, como a las mineras, que obtienen utilidades superiores al millardo de dólares. Tampoco les piden que no paguen IVA porque generan el empleo de la señora que ayuda en las tareas del hogar, tal cual lo hacen con las maquilas, que con tal de preservar empleos no pagan impuestos.
¡Es hora de que las élites económicas del país reconozcan que están en deuda con el financiamiento del desarrollo de Guatemala!
[1] Si bien al final la Corte de Constitucionalidad dictaminó que dicho incremento no procedía, se pone el ejemplo haciendo énfasis en el trato preferencial de una actividad económica.
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