Pareciera entonces que el Partido Patriota, al igual que la Gran Alianza Nacional durante las elecciones del 2003, tenía como finalidad ganar las elecciones. El ejercicio del gobierno se caracterizó más por las improvisaciones (que en buen chapín conocemos como chapuces).
Reitero que aún hay tiempo para enderezar las cosas y por esa razón el segundo semestre de este año será crucial para OPM y compañía.
Se refleja entonces cierta ingobernabilidad al leer más
Pareciera entonces que el Partido Patriota, al igual que la Gran Alianza Nacional durante las elecciones del 2003, tenía como finalidad ganar las elecciones. El ejercicio del gobierno se caracterizó más por las improvisaciones (que en buen chapín conocemos como chapuces).
Reitero que aún hay tiempo para enderezar las cosas y por esa razón el segundo semestre de este año será crucial para OPM y compañía.
Se refleja entonces cierta ingobernabilidad al interior del gobierno lo que genera un desgaste innecesario y que, como bola de nieve, obstaculiza y obstaculizará los objetivos de corto y mediano plazo trazados. Pero la actual administración también sufre del mal manejo de factores externos que generan ingobernabilidad en el país. Aunque no me trago del todo el aspecto de la novatez, reconozco que se requiere tiempo para lograr cambios, pero, como ya he dicho en anteriores ocasiones, es importantísimo mostrar voluntad política para hacer las cosas.
Me gustaría creer que así sería aplicada la tal mentada “mano dura” que fue el símbolo y lema del Partido Patriota. Como la voluntad política para hacer cambios. Incluso me entusiasmé con el tema de la despenalización, pero de allá para acá, las cosas han ido girando en dirección contraria.
Se aplicó la mano dura para poner orden en Santa Cruz Barillas (uno de los 82 focos de conflicto social reportados por la Procuraduría de Derechos Humanos) mediante un estado de sitio. Esto después del asesinato de un líder comunitario. Adverso las medidas de hecho pero entiendo el malestar de la gente cuando no hay autoridad que prevenga que un par de tipos le “vuelen plomo” a quien les venga en gana o por órdenes superiores. Le conviene al gobierno que se investigue el caso hasta las últimas consecuencias y sean sancionados los responsables directos e indirectos, independientemente si se trata de la cantina del pueblo o de una transnacional millonaria.
¿Cómo serán tratados los otros 81 focos? Es más, ¿cuándo se aplicará mano dura a las guerras territoriales de los narcotraficantes, al crimen organizado, a las maras, a los motoristas que roban celulares y a los funcionarios corruptos?
Pregunto porque esa fue la oferta. Una oferta que puede satisfacerse con voluntad política y sin la discrecionalidad para tratar ciertos casos según sus actores.
Gobernar en Guatemala es como cruzar un lago que cuya superficie está cubierta por una delgada capa de hielo. Hay que saber cruzarlo entonces y procurar evitar los tropezones. Situaciones como el estado de sitio en Santa Cruz Barillas que se da paralelo a la expansión del narco en el país ponen en duda la capacidad del Estado y acrecientan la ingobernabilidad en el país. Junio y julio pueden ser meses para reflexionar, pero si de aquí a diciembre la cosa no ha cambiado, entonces sabremos cómo pretende este gobierno cruzar el lago helado.
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