[field_foto_galeria_portada]
Ir

Ortega intenta “revivir” al PLC

Ha pasado ya poco más de un mes desde que Eduardo Montealegre anunciara su disposición a sentarse a negociar con Ortega, pero hasta ahora no se ha concretado ni el calendario ni la agenda de ese posible diálogo.
Las declaraciones de Arce, sin embargo, parecen más encaminadas a iniciar una danza política que retrase esas negociaciones.
Tipo de Nota: 
Información
Palabras clave

Ortega intenta “revivir” al PLC

Historia completa Temas clave

PLI asegura que con Alemán no habría diálogo. Bayardo Arce habla de negociaciones a través e intermediarios en las que la oposición quedaría diluida entre varios interlocutores.

Bayardo Arce, el asesor económico de Daniel Ortega, se convirtió la semana pasada en el primer funcionario de peso del Gobierno en pronunciarse sobre la posibilidad de un diálogo con la oposición de cara a unas reformas del Estado necesarias para otorgarle legitimidad al Ejecutivo sandinista. Arce, sin embargo, dejó entrever lo que parece ser la posición de Ortega de cara a estas negociaciones: darle voz a un PLC aplastado en las pasadas elecciones presidenciales, lo que contradice la posición del PLI, que quiere un diálogo bilateral con el FSLN. Adicionalmente, Arce sugirió un diálogo en el que Ortega se mantiene al margen, al decir que éste “va a mandar a dialogar” a sus intermediarios con los representantes de otras fuerzas políticas

Ha pasado ya poco más de un mes desde que Eduardo Montealegre anunciara su disposición a sentarse a negociar con Ortega, pero hasta ahora no se ha concretado ni el calendario ni la agenda de ese posible diálogo. La oposición ha dicho que su prioridad está en un acuerdo para discutir la forma de elegir a los magistrados del Consejo Supremo Electoral, señalados de corrupción y de fraguar dos gigantescos fraudes electorales, además de reformas al sistema electoral que den credibilidad y legitimidad a las próximas elecciones.

Las declaraciones de Arce, sin embargo, parecen más encaminadas a iniciar una danza política que retrase esas negociaciones. Arce dijo que sí debe haber diálogo, pero éste debe incluir a otros actores, como el PLC de Arnoldo Alemán, humillado en los resultados electorales de noviembre, cuando su candidatura apenas obtuvo el 5% de votos. Eduardo Montealegre aseguró que si Ortega intenta darle respiración artificial a Alemán —un personaje despreciado por el 80% del electorado— no habrá diálogo. “El doctor Arnoldo Alemán no tiene ningún papel que jugar. El ya jugó, ya entregó el país, ya desbarató el PLC, ya arruinó la democracia en Nicaragua, ya se vendió”, dijo Montealegre a inicios de marzo, en una entrevista con Confidencial.

Eliseo Núñez, miembro de la comisión creada por el PLC de cara a las negociaciones, criticó la posición expresada por Arce. “Hay una desesperación enorme por parte del FSLN para revivir al PLC”, dijo Núñez. “El FSLN busca revivir el viejo pacto, la repartidera, y eso a nosotros no nos interesa. Si es así, no participaríamos”, agregó el también diputado.

Aunque Núñez dijo que estarían de acuerdo en un “diálogo incluyente”, aseguró que el único papel que podría jugar el PLC en éste sería el de “ser oído”, pero sin posibilidad alguna de voto. “Alemán no puede aparecer resucitado”, aseguró Núñez.

¿Por qué el interés del FSLN de incluir a Alemán y su PLC en estas negociaciones? A simple vista pareciera una decisión descabellada, dado que lo que necesita Ortega y su Ejecutivo es la legitimidad que no le dieron los resultados electorales de noviembre, cuando, a pesar de haber obtenido un arrasador 63% de votos, las irregularidades y mañas en el proceso electoral fueron tan grandes, que hasta organizaciones de observación electoral como la misión de la Unión Europea dijeron que no podrían asegurar qué habría pasado si no se hubiera dado una elección con los dados tan cargados.

No sólo el Gobierno de Ortega necesita esa legitimidad, sino todo el Estado, dado que los funcionarios de los principales poderes se mantienen usurpando sus cargos, arropados por un controvertido e irregular decreto presidencial emitido en enero de 2010. Es la situación que comparten los exmagistrados de la Corte Suprema (quienes abrieron ilegalmente la posibilidad de reelección), como los del Tribunal Electoral (que organizaron una elección a la medida del FSLN), más funcionarios de otras instituciones, como la Contraloría y la Procuraduría.

Alemán recuerda el pacto de 1999, que hizo del Estado una suerte de mafia que respondía únicamente a los intereses de dos caudillos. Para Eliseo Núñez, el peligro de la posición planteada por Bayardo Arce está en el hecho de que Ortega quiera mantener a los actuales magistrados electorales, ir a unas elecciones con las mismas características de los dos comicios pasados y “nivelar” al PLC entregándole algunas alcaldías para luego mostrar que cuenta con peso político suficiente para participar en una negociación.

“Después de las elecciones es poco probable discutir un acuerdo. El diálogo debe darse inmediatamente para que las elecciones sean creíbles”, dijo Eliseo Núñez. El planteamiento de Arce, sin embargo, genera una mayor presión a la oposición, que debe demostrar su habilidad para sostener su posición inicial de una negociación frente a frente con el FSLN, o caer de nuevo en una trampa política que les reste más simpatía entre el electorado independiente y opositor.

 

*Este artículo es parte de Confidencial y es reproducido con su autorización por Plaza Pública. 

Autor
Autor