La tierra se derrumba en zona 2 y Tu Muni lo esconde
La tierra se derrumba en zona 2 y Tu Muni lo esconde
Los trabajos para construir un colector de agua en zona 2, ciudad de Guatemala, iniciaron en marzo del 2023. En septiembre hubo un derrumbe según constató Plaza Pública por medio de fotografías, informes y testimonios. Un mes después hubo otro. La empresa pidió suspender la obra en diciembre, no por el socavamiento, sino argumentando cambios en la planificación. Fue hasta mayo de 2025 que la constructora notificó oficialmente a Tu Muni de un «derrumbe». La única alerta que han recibido los vecinos son los retumbos que escuchan bajo el suelo.
Era septiembre del 2023. Carlos, quien desde hace 15 años se dedica a realizar pozos, se encontraba junto a tres compañeros a 18 metros bajo tierra. Para ser precisos, en la 10 calle entre 12 avenida «B» y 13 avenida de la zona 2. Trabajaban en la construcción de un nuevo colector de concreto con forma circular.
Mientras cavaba también pensaba en qué haría para el tercer cumpleaños de su hija. Quería que fuera especial y que ningún detalle fallara.
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Pasaban las 11 de la mañana del 12 de septiembre. Carlos escuchó, primero, un estruendo que lo volvió a la realidad. Luego, una fuerte succión de aire, el espacio se cubrió de polvo. Cuando la tierra cayó, Carlos y sus dos compañeros sintieron como si hubieran succionado el oxígeno que estaba en el túnel: el pozo por el que habían bajado estaba derrumbado.
A cuclillas, en medio de la oscuridad, apenas alumbrado por sus pequeñas lámparas instaladas en los cascos, huyeron por el colector de 1.25 metros de diámetro. En el trayecto, Carlos pensó que no volvería a ver a su hija y que moriría soterrado.
«Llevo 15 años haciendo pozos. Si hubiéramos estado cerca más de alguno habría muerto» explicó. Recuerda que recorrieron desesperadamente unos 50 metros hasta llegar al siguiente pozo y salieron a la superficie. Un colega que estaba en la superficie utilizó una garrucha para bajar y subió a los trabajadores uno a uno.
Un mes después, en octubre del 2023, otro pozo que se encuentra frente a una escuela también se derrumbó. Aunque le pidieron a Carlos que descendiera para revisar en qué condiciones había quedado, decidió no hacerlo porque le dio miedo.
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Él y sus compañeros trabajaban para la empresa Consultora El Castaño a quien en enero del 2023 la Municipalidad de Guatemala le adjudicó la creación de casi 400 metros lineales de un colector nuevo por 1 millón 032 mil 070 quetzales.
Carlos es un nombre ficticio pues aseguró que tiene miedo a represalias. Sin embargo, Plaza Pública comprobó su relación con la empresa por medio de documentos legales, así como testimonios de vecinos que lo vieron salir del colector el día del derrumbe, completamente cubierto de lodo.
Hablar de socavones en el área no es nada nuevo, más bien, es traumático. Hace 15 años, a seis cuadras de donde descendió, se abrió un enorme agujero y varias personas desaparecieron.
Era gigante, tomó meses y millones en repararse. En aquella época no alertaron a los vecinos, hoy tampoco.
La obra en riesgo
En septiembre del 2022, la Municipalidad lanzó el evento de licitación para construir 394.68 metros de un sistema de alcantarillado dividido en ocho tramos. Además del colector (un túnel de 1.25 metros recubierto por concreto de 35 centímetros) se solicitó la construcción de ocho pozos para bajar al colector y diez tragantes.
Esta obra serviría para captar agua de lluvia que corre por las calles y depositarla en un barranco cercano. El objetivo era desfogar el sistema de alcantarillado ya existente.
En noviembre del 2022 recibieron cuatro ofertas: La más alta fue de 2.1 millones quetzales y la más baja fue de 1.3 millones presentada por la Consultora El Castaño, de quien su representante es Alejandro Castañón, quien recibió la adjudicación.
Los trabajos comenzaron el 16 de marzo del 2023 según consta en el acta 10-2023 de la Dirección Técnica del Consejo de Desarrollo. El plazo inicial era de 11 meses, por lo que las obras debían concluir el 15 de febrero del 2024.
El primer colapso fue el que presenció Carlos. Ocurrió seis meses después de haber comenzado con los trabajos, entre el tercer y cuarto tramo del proyecto. «Ese derrumbe tiene unos ocho metros de alto y unos 2.50 metros de diámetro. Lo sabemos porque nosotros hicimos el pozo, y por cada metro que escarbamos dejamos una señal» indicó Carlos.
Las fotografías del hecho demuestran que la unión entre el pozo y el colector sucumbió. A falta de inspección se desconoce cuánta tierra más ha caído.
En noviembre del 2023 ocurrió otro derrumbe, esta vez entre el tramo 4 y 5 del proyecto. También fue en la unión del pozo y colector, aunque según Carlos, es más grave.
«Este derrumbe tiene unos diez metros de alto y entre 3 y 3.50 metros de diámetro. La tierra en este pozo está más suelta. Me pidieron que lo revisara, pero este sí me dio miedo. No lo hice» explicó.
Ambos derrumbes están bajo la calle. Si colapsan por completo, podrían afectar casas y un centro educativo donde por la mañana funcion la Escuela para niñas Las Rosas, y por las tardes la Escuela Delfino Sánchez. En la misma área funciona otra escuela de párvulos ubicada sobre la 12 avenida «B» y 11 calle del barrio moderno, zona 2.
Plaza Pública buscó a personas expertas en el tema para dimensionar los riesgos que representan los socavones. Accedieron a conversar con este medio un arquitecto especializado en construcción de colectores que ha realizado trabajos para la comuna, y un técnico municipal. Ambos revisaron las fotografías, videos, planos e informes de obra, no obstante, debido al historial de represalias —anular contratos, despidos o incluso campañas de desprestigio—, pidieron no ser citados. Ambos coinciden en que el riesgo de colapso es real.
«Hay sectores del túnel que únicamente están escarbados (no fundidos con concreto). Es un área donde existe presencia de agua subterránea que provocará un derrumbe tarde o temprano» explicó el arquitecto tras evaluar las imágenes.
Por su parte, el técnico municipal advirtió que el túnel que aún no ha sido fundido ya perdió su forma cilíndrica. «Se puede observar que se está derrumbando y hay agua filtrándose. Es una bomba de tiempo» dijo.
Lo esconden
Los documentos presentados al concejo municipal a los que tuvo acceso Plaza Pública indican que la empresa El Castaño solicitó el 27 de diciembre del 2023 —cerca de dos meses antes del vencimiento del plazo del contrato y tres meses después del derrumbe— la suspensión de la obra. En la petición argumenta «cambios significativos a las cantidades solicitadas» en el contrato original, sin explicar a qué se refería ni hacer referencia al socavón.
Carlos afirmó que personal de la Municipalidad llegó a verificar los derrumbes. Fuentes dentro de la Municipalidad explicaron a Plaza Pública que sí estaba al tanto, pero decidieron callar y no dejar constancia en documentos oficiales, pese al riesgo.
El 2 de enero del 2024, el ingeniero José Roberto Rosado Oliveros, supervisor de la obra por parte de la municipalidad, dio el visto bueno para la «suspensión temporal de la obra» debido a los cambios mencionados.
Los trabajos quedaron en pausa desde entonces hasta julio del 2024, cuando la empresa solicitó la autorización para realizar trabajos adicionales tras detectar filtración de agua en las obras abandonadas. La solicitud ingresó el 5 de julio, cuatro días después fueron autorizados, y para el 11 de julio la empresa reportó haber concluido con los trabajos. Contradictoriamente el 12 de julio la obra fue suspendida nuevamente.
Carlos explicó que los «trabajos» consistieron sólo en revisar que el derrumbe no siguiera.
«Esos días había llovido. Los vecinos dijeron que escuchaban ruidos, y era porque parte de la tierra se estaba cayendo. Se fue a revisar, nada más. No se hizo nada» explicó. Los trabajadores sólo regresaron dos días a las obras.
El 20 de agosto del 2024, la constructora solicitó la ampliación del plazo contractual para continuar con los trabajos «debido a las complejidades en el proyecto y las modificaciones significativas en las cantidades contratadas». El 23 de agosto del 2024, los supervisores municipales recomendaron otorgar la prórroga.
Aunque al hablar de modificaciones podría pensarse en los derrumbes, el 7 de octubre el ingeniero Rosado explicó en un oficio que el problema era que inicialmente se contempló construir dos pozos de visita dentro de una escuela municipal «lo que pone en riesgo la vida de alumnos y personal». Jamás se mencionaron los derrumbes.
El 29 de enero del 2025 el alcalde y el concejo municipal autorizaron la prórroga de dos meses al contrato original justificando el cambio del lugar para la construcción de los pozos de visita. El pasado 27 de febrero se formalizó la ampliación por lo que las obras deberían concluir el 28 de abril.
Vecinos sospechan
Roberto se asomó ese 12 de septiembre del 2023 a la puerta de su casa cuando observó que un grupo de trabajadores salían de un pozo. Los vio desesperados y cerca del llanto. «Había uno, un canchito, así pequeñito. Venían cubiertos de lodo. Yo les dí permiso para que se cambiarán dentro de mi casa. Guardaron sus cosas y se fueron» explicó.
Agregó que los mismos trabajadores le contaron que un poco de tierra se había caído, pero que seguirían trabajando después. Así pasaron los meses.
«Nosotros sospechamos que algo está pasando, pero nadie nos ha dicho nada» agregó.
Doña Sonia, otra vecina, explicó que las obras inconclusas les ha traído contratiempos. «Hay mucho polvo porque dejaron tirada tierra y ripio» indicó. Añadió que debido a los trabajos inconclusos una vecina tuvo un accidente. «Ella iba caminando y por la tierra y material suelto se resbaló y se fracturó la cadera. Pensaron en demandar en la municipalidad, pero mejor no lo hicieron para evitarse problemas» explicó.
Otra vecina que vive frente a la escuela cuenta que pidió explicaciones a los trabajadores sobre por qué habían dejado a medias las obras, pero no se las dieron. «Los niños al salir se pueden lastimar por eso que dejaron allí, mire —dijo mientras señaló un cúmulo de madera y concreto que rodea el ingreso al pozo—. Si quitan eso y los niños se caen puede pasar algo que nos vamos a lamentar».
Un mes después del primer acercamiento de este medio, algunos vecinos llamaron Plaza Pública para explicar que el agujero se estaba abriendo. «Yo soy la vecina que se cayó y se quebró la cadera. No quiero problemas con nadie, tampoco lograré que me paguen nada, pero ahora sí es preocupante que se esté abriendo un hoyo en la calle. Por eso le mandé las fotografías por Whatsapp» indicó. Tampoco quiso dar su nombre.
Lo terminan aceptando 20 meses después
Según consta en acta municipal, el 8 de mayo pasado el representante de la empresa, Alejandro Castañón, se reunió con el José Roberto Rosado, supervisor de proyecto de la Municipalidad de Guatemala para solicitar la terminación anticipada del proyecto ya que en abril pasado encontraron «un derrumbe» en las obras que realizaban. A pesar de que hay evidencia de que el derrumbe ocurrió 20 meses antes. Según la empresa la formación de una «cárcava» puede atribuirse a «inundaciones ocasionadas por el constante ingreso de agua servidas y pluviales del colector».
Además, informa que las obras para «mitigar» las consecuencias del derrumbe aumentaría el costo de la obra y por eso solicitan la terminación del contrato. Sin embargo, Rosado sugirió la suspensión temporal del contrato.
La Muni lo sigue negando
Plaza Pública se comunicó con José Miguel Benitez, titular de la Dirección Técnica de los Consejos de Desarrollo, encargado del proyecto. Se le preguntó cuál era la situación del proyecto y si detectaron derrumbes. Él indicó que sería la unidad de prensa quien daría la versión.
Un día después la persona delegada por Tu Muni envió un mensaje vía Whatsapp donde explicaban que la obra había sido suspendida, pero jamás mencionaron el derrumbe, aunque sí consta en documentos oficiales. Lo que sí mencionaron fue que la obra estaba en proceso de terminación anticipada por dos motivos. «En primera instancia por la presencia permanente de un flujo de agua subterránea que no estaba identificado. En segundo lugar la detección de varias conexiones ilícitas a la red que, además de ser ilegales, ocasionaron ingresos de caudal y sedimentos fuera de especificación, complicando los rendimientos previstos».
Además, informaron que ya activaron los protocolos de control de calidad y prevención de riesgos. Con el fin de evitar posibles contingencias para los vecinos» sin explicar cuáles son.
Se enviaron otras preguntas para establecer la situación del derrumbe, pero no hubo respuesta. Los vecinos consultados aseguran que no han recibido alertas.
También se contactó por teléfono al dueño de la Consultora El Castaño, Alejandro Castañon, quien declinó dar información. «No tengo nada que decir. Póngase en contacto con la Municipalidad. Ellos tienen la información».
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