Visas de trabajo: Más testimonios revelan agresiones sexuales, discriminación y explotación laboral a guatemaltecos en EE.UU.
Visas de trabajo: Más testimonios revelan agresiones sexuales, discriminación y explotación laboral a guatemaltecos en EE.UU.
Diez nuevos testimonios de trabajadores guatemaltecos que participaron en el Programa de Movilidad Laboral hacia Estados Unidos revelan situaciones de acoso y abuso sexual, maltrato laboral y discriminación durante su estancia en el extranjero. Sus relatos destacan la falta de acompañamiento y apoyo legal, psicológico y económico por parte de las autoridades guatemaltecas.
Tras el reportaje Visas de trabajo: La oportunidad que terminó en terror, diez personas se comunicaron a Plaza Pública y brindaron su testimonio acerca de su experiencia –su mala experiencia– como parte del Programa de Movilidad Laboral. Suscriben cada palabra de lo descrito en el texto publicado.
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Sus llamados de ayuda desde Estados Unidos tampoco fueron escuchados por las autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores a través de los consulados, ni del Ministerio de Trabajo. La noche del 27 de abril, un día antes de la publicación, este último emitió un comunicado en sus redes sociales acerca de las acciones tomadas ante las denuncias recibidas por parte de los trabajadores de la empresa Caribbean Cleaning. Semanas antes, se les había consultado para contrastar el testimonio antes de publicar la primera historia.
Las nuevas voces insisten –también– en el deficiente apoyo de las autoridades de frente a los malos tratos de este empleador. Por motivos de seguridad, sus relatos son anónimos, este es un resumen de horas y horas de conversación con los afectados.
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«Fue una pérdida de tiempo y de dinero»
38 años. De Villa Nueva
Viajé a Carolina del Sur en marzo de 2023, para trabajar en el hotel Omni Hilton Head. Me dijeron que iba como mesero y ganaría 15 dólares por hora. Cuando llegamos a EE.UU. nos dieron otro contrato que decía otra cosa: sería asistente de mesero y ganaría 7.5 dólares por hora. Trabajaba de 6:00 A. M. a 1:00 P. M. y luego de 5:00 P. M. a 11:00 P. M. Ganaba alrededor de 700 dólares a la quincena, pero al descontar renta e impuestos me quedaban, si mucho, 400 dólares.
En ese tiempo, mi papá estaba enfermo y no podía ayudarlo porque no me alcanzaba el dinero, además tengo un hijo. Contactamos al Ministerio de Trabajo porque ya era demasiado y expusimos las injusticias. Dijeron que harían algo al respecto. Regresamos a Guatemala y no hicieron nada. Mi contrato terminaba en noviembre, pero me enviaron de vuelta en octubre. Fue una pérdida de tiempo y de dinero. Ya no quise trabajar con el Ministerio de Trabajo. Busqué otra oportunidad con una reclutadora y desde octubre estoy de nuevo en Estados Unidos, de forma regular. Odio ese lugar –Omni– porque no pude ayudar a mi papá, él falleció. Nos estafaron a todos.
«Me tocaron y me golpearon»
26 años. De Ciudad de Guatemala
Soy guatemalteca y hablo inglés. En marzo de 2023, viajé a Carolina del Sur a trabajar como cocinera en el hotel Omni Hilton Head. La reclutadora fue Mirna Berglund, una guatemalteca que nos vendió un discurso muy bonito de querer ayudar al país y a nosotros, pero no fue así. En el trabajo debíamos compartir con compañeros de Jamaica, cuyo trato era abusivo. Ni la empleadora, ni las personas de Recursos Humanos nos apoyaron. Yo fui objeto de acoso sexual que reporté al Ministerio de Trabajo y no hicieron nada. En mi lugar de trabajo me tocaron (de manera inapropiada) y me golpearon. Me tocaban la espalda, el trasero, me jalaban el pelo. En ocasiones los compañeros me encerraban en un cuarto frío.
Recursos Humanos dijo que yo era una problemática, pero no era así, solo alcé la voz. De parte del Ministerio de Trabajo solo era un «lo siento, vamos a tomar medidas", después no me contestaban.
Decían que hablarían con el empleador, pero eso no funcionaba. Si te quejabas te ponían los peores horarios o dejabas de trabajar. Las condiciones eran malas como darnos comida vencida, descontarnos 600 dólares de renta para vivir en una traila, o pagarnos menos de las horas trabajadas. Mi cuerpo colapsó y fui internada en un hospital en Estados Unidos que me exoneró los gastos al ver lo poco que yo ganaba. Volví a Guatemala en octubre con solo mil dólares.
Nunca consideré volver, prefiero comer tortilla con sal aquí. Regresé con muchos problemas de salud, hasta tuve que ir al psicólogo porque lloraba mucho. Y la empresa sigue reclutando gente.
Plaza Pública consultó a Mirna Berglund sobre estas acusaciones. Su respuesta fue: «Gracias por contactarme. Sin embargo, quiero informarle que no he tenido contacto con esa organización durante varios meses. Le recomiendo que se comunique directamente con ellos para obtener ayuda».
Según información oficial del Ministerio de Trabajo, el hotel Omni Hilton Head aún figura dentro del listado de empresas que reclutan trabajadores a través del Programa de Movilidad Laboral. De 2021 a la fecha, ha admitido a más de 70 personas.
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«El Ministerio de Trabajo busca lavarse las manos ante lo que nos pasó»
30 años. Originaria de Ciudad de Guatemala
El 26 de junio viajé con un grupo de guatemaltecos hacia Carolina del Sur, para trabajar con la empresa Caribbean Cleaning, a cargo de Claudette Abraham. Desde que llegamos, sentimos el rechazo de esta persona y de otras de origen jamaiquino que vivían en la misma casa, en ese lugar llegamos a vivir hasta 16 gentes. Esa casa era todo menos un lugar seguro para descansar y poder estar tranquilas. Sumado a eso, no era una vivienda libre de drogas y alcohol.
Al llegar,no tenía trabajo asegurado. Me ubicaron en atención de una tienda. Tal vez a mí no me fue tan mal como a otras compañeras que regresaban bañadas de sudor por el trabajo tan pesado. Yo trabajaba de 10:00 de la mañana a 4:00 de la tarde. Pero para todos el abuso existió, la violencia verbal existió. La falta de voluntad de parte de la señora Claudette existió hacia nosotros los guatemaltecos afectados. Quienes huimos lo hicimos sin ayuda del Ministerio de Trabajo y decidimos tomar las acciones que no vimos por parte de las autoridades competentes en Estados Unidos y a través del consulado de Guatemala.
Contacté a mi familia en Nueva York, compré mi boleto y salí de ese lugar el 3 de agosto.
Tengo una deuda por impuestos con ese país y aún no la he pagado porque espero que nuestro caso avance en Estados Unidos. Quiero que ellos respondan, que se hagan cargo de las faltas que cometieron, en función de nuestros derechos por ser migrantes regulares. Tampoco es posible que las autoridades del Ministerio de Trabajo se quieran lavar las manos con lo que nos pasó con un comunicado. Si a nosotros que fuimos a través de un programa de intercambio de oportunidades laborales gestionado por una entidad de gobierno nos sucedió todo lo que hasta ahora se conoce (se nos humilló, desmoralizó verbal, física y psicológicamente), ¿qué podríamos esperar para los migrantes irregulares?.
«Estaba viviendo con alguien que prácticamente intentó matarme»
33 años. Originaria de Ciudad de Guatemala
En marzo de 2023, fuimos a Carolina del Sur a trabajar al hotel Omni Hilton Head. Yo había ido a trabajar con Movilidad Laboral en años anteriores y me había ido bien, pensé que sería lo mismo, lamentablemente no fue así. Me dieron un puesto de mesero. Comenzamos a trabajar y, en la primera quincena, el pago fue de 3 dólares por hora, supuestamente con la propina se ajustaba el resto de mi salario. Trabajaba de 10:00 A. M. hasta las 7:00 P.M., por 3 dólares la hora. Cada quincena me pagaban de 300 a 400 dólares. Con eso tenía que comprar mi comida, no me quedaba nada. Teníamos compañeros de Jamaica que nos trataban mal. Yo soy gay y ellos eran homofóbicos, aunque me quejé, Recursos Humanos no hizo nada, tampoco la señora Mirna Berglund. Yo presentaba mi renuncia y no me la aceptaban porque decían que arruinaría mi estatus legal.
En una ocasión, uno de los compañeros de Jamaica me agredió mientras veía una película. Yo estaba asustada: rompió la pared, una silla, quería golpearme. Reporté lo sucedido, pero nadie hizo nada, –de nuevo– no aceptaron mi renuncia y tuve que convivir con esa persona en la misma casa, donde vivíamos ocho. Prácticamente intentó matarme. Mirna solo se reía de eso, nunca hizo nada al respecto.
Nosotros nos quejamos, porque había gente a la que no le pagaban bien y hablamos con el Ministerio de Trabajo, en ese entonces con Luis Juárez. Lamentablemente nunca tomaron cartas en el asunto y esta señora sigue reclutando gente.
Plaza Pública consultó a Luis Juárez, quien entonces era encargado del programa de Movilidad Laboral, sobre estas acusaciones. Su respuesta fue: «los pagos se realizaron conforme al contrato firmado. El trabajador esperaba recibir más, pero la ley en Estados Unidos permite que ciertos ingresos como las propinas se tomen en cuenta como parte del salario mínimo, esto varía en cada Estado. Nosotros verificamos que se cumpliera lo pactado”. En cuanto a la agresión física, no hizo comentarios.
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«Fui abusado sexualmente y nadie hizo nada»
28 años. Ciudad de Guatemala
Fui a trabajar al hotel Kiawah Island Golf Resort. El 15 de marzo de 2023 en Carolina del Sur. Viajé porque durante la pandemia adquirí una deuda de casi 10 mil dólares, tengo esposa e hijos. Tomé esta oportunidad para pagarla y salir adelante con una buena entrada de dinero. Me da pena decirlo, en Estados Unidos yo fui abusado sexualmente por un compañero de trabajo que vivía en el mismo espacio. Cuando informé al Ministerio (de Trabajo) me dijeron que verían qué hacer. A través de chats presionaban para que yo regresara de inmediato, también mi empleador, pero yo quería quedarme para procurar mi caso contra el agresor. Logré que la persona confesara y fuera a la cárcel. Al regresar a Guatemala simplemente me dejaron fuera de cualquier programa sin ningún seguimiento, sin ningún apoyo ni ayuda médica o psicológica.
Fue una experiencia que no le deseo a nadie. Ha sido difícil. Uno piensa que nunca le va pasar esto a uno. Tampoco resultó lo esperado económicamente y, después de lo que me pasó, fue peor. Sin apoyo, porque no tenían protocolo de cómo proceder. Simplemente te dejan a la deriva. Después de lo ocurrido, me costó la interacción social, antes salía y platicaba, ahora me siento incómodo rodeado de mucha gente.
Plaza Pública cuestionó a Luis Juárez, entonces funcionario a cargo del programa de Movilidad Laboral, sobre las acciones tomadas ante este caso. Su respuesta fue: «El caso fue profundamente doloroso. Era un escenario nuevo para todos, pero al tratarse de migración regular, pudimos actuar: proteger a la víctima, facilitar su retorno y activar a las instituciones responsables. Si este joven hubiera migrado de forma irregular, probablemente habría quedado solo y expuesto».
Según información oficial del Ministerio de Trabajo, el hotel Kiawah Island Golf Resort aún figura dentro del listado de empresas que reclutan trabajadores a través del Programa de Movilidad Laboral. De 2021 a la fecha, ha reclutado a 17 personas.
«Sigo en EE.UU. mientras lucho para que avance nuestro caso y se logre justicia»
35 años. Originaria de Morales, Izabal
Yo fui una de las personas que viajó con Caribbean Cleaning en junio de 2023. Pensábamos que íbamos bien protegidos y con un contrato de trabajo. Dejé a mi esposo y mis hijas por tomar esta oportunidad. Cansada, pero llena de sueños por una nueva oportunidad. Al llegar, estuve seis días sin trabajo hasta que fui asignada a un hotel. Cuando recibí mi primer cheque el pago era de 350 dólares, ganaba 13 dólares por hora.
Sufrimos maltratos y mala paga. Ella nos decía que debíamos estar agradecidos de estar en el paraíso cuando en realidad estábamos en el infierno. Nos decía: «¿han visto cómo se llevan a los deportados, encadenados de pies y manos? ¿Quieren regresar así?» Un día no pude más y presenté mi carta de renuncia y salí de ahí en agosto con ayuda de mi familia.
Con apoyo de la organización mexicana Centro de los Derechos del Migrante, logré obtener un permiso de trabajo para permanecer en Estados Unidos. Acá sigo, lucho porque avance nuestro caso aquí y se logre justicia. Lo que busco es que esta señora ya no tenga oportunidad de traer gente inocente a sufrir.
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«Mientras reunía el dinero para volver a Guatemala mi visa se venció»
29 años. Vecina de Mixco
En Guatemala tenía estabilidad laboral, pero con lo que se me había pintado, pensé que valía la pena la oportunidad. Arriesgué toda mi vida prácticamente. Me fui de Guatemala el 5 de junio de 2024. Fui reclutada por Claudette Abraham. Al llegar allá tenía dos trabajos. De 8:00 A. M. a 4:00 P. M.; después de 5:00 P. M. a las 12:00 de la medianoche. Luego me cambiaron de 6:00 A. M. a 11:00 P. M., pero el chofer llegaba de madrugada por nosotras y debíamos esperarlo. Yo ganaba lo de un trabajo, pero tenía dos. Cada día terminaba muerta, a veces pedía permiso para ir al baño solo para poder sentarme un rato.
Ante los maltratos de Claudette, con otros compañeros fuimos a la policía. Hicimos nuestras maletas y salimos de madrugada, pensamos que nos ayudarían. El policía nos dijo que no había un caso para actuar y debimos regresar.
Denunciamos lo que pasaba ante el Ministerio de Trabajo, pero no pasó nada. Aguanté tanto como pude porque quería hacer las cosas bien. Finalmente, pedí ayuda a unos amigos para salir de ahí y fueron por mí, me llevaron a otro estado. También puse una denuncia en el Departamento de Trabajo de Estados Unidos. Mientras reunía el dinero para volver a Guatemala, mi visa se venció y tuve que quedarme porque no sabía qué más hacer. Espero que desde acá pueda lograr que las denuncias avancen a nuestro favor y haya justicia.
«Mi mamá murió en Guatemala y no pude enviarle dinero para atender su enfermedad»
28 años. Originario de San Marcos
Cuando apliqué al programa mi plan era generar dinero y regresar a Guatemala, pero acá la señora (Claudette Abraham) no tenía trabajo para nosotros. Yo trabajaba cuatro o tres horas al día, a veces solo cuatro días a la semana. No tenía las suficientes horas para laborar y acá debemos trabajar por hora. Yo tenía a mi mamá enferma, empezó a ponerse mal en diciembre de 2023, tenía tuberculosis y estuvo internada dos meses en el hospital. Fue un año muy complicado para mi porque yo tenía gastos con ella, tenía que apoyarla.
Decidí irme por la emoción del dinero, pero también para conocer a EE.UU. y por la experiencia, pero con lo de mi mamá se tornó una prioridad hacer dinero. De lo poco que ganábamos nos quitaban 450 dólares de renta, vivíamos cuatro hombres y cuatro mujeres en un mismo apartamento. Ganaba 13 dólares por hora.
Con un grupo de compañeros nos escapamos de madrugada para pedir ayuda a la policía, pero no nos hicieron caso. Solamente queríamos que alguien nos ayudara. Yo no sabía qué hacer, pedí consejos, quería volver a Guatemala por mi mamá.
Dos días antes de irme de Carolina del Sur hablé con mi mamá, ella no sabía nada de lo que me estaba pasando, pero le conté. Mi mamá me dijo: váyase de ahí, Dios lo va bendecir donde quiera que esté. Esas palabras fueron las que me animaron a irme de ese lugar. Con ayuda de unos amigos huí a otro estado, el día que salí de ahí llevaba dos maletines, sentía que las tripas se iban a salir de mi estómago, temblaba. Estaba feliz por irme finalmente, pero triste porque sabía que ahí se terminaba mi oportunidad de estar legalmente en Estados Unidos. Mi mamá murió y no pude ayudarla económicamente. Hace poco conseguí un trabajo y acá estoy.
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«Apliqué otra vez porque quedé endeudada en la primera experiencia»
22 años. Originaria de Totonicapán
El 17 de junio de 2024 salí de Guatemala hacia Carolina del Sur a trabajar en un hotel. La empleadora era Claudeth Abraham. En Guatemala yo trabajaba en un call center, me arrepentí de haber renunciado, pero era por querer salir adelante. Yo pensé que era un programa serio, que iban a proteger nuestros derechos, pero no. Regresé desnutrida porque no teníamos para comer. Éramos felices cuando los huéspedes dejaban restos de comida en los hoteles y nos lo llevábamos para compartir con los compañeros.
Estando allá nos enteramos de otro grupo de guatemaltecos que llegaría. Aunque les advertimos no nos creyeron. Yo no quise quedarme de forma irregular, así que pedí ayuda a una tercera persona para comprar un boleto y volví a Guatemala en agosto de 2024. Fui reubicada por el Ministerio de Trabajo y ahora (al momento de la entrevista) cumplo 15 días en Estados Unidos, de nuevo pruebo suerte. A pesar de lo que viví, apliqué otra vez porque quedé endeudada por la primera experiencia, en Guatemala no podría salir de esas deudas.
Debo alrededor de 300 dólares de impuestos. Tengo miedo de que la experiencia se repita, pero estoy más preparada ahora porque compré una línea telefónica para estar comunicada y recibir apoyo del Centro de los Derechos del Migrante. Ellos han estado al pendiente de mí. En el tiempo que llevo acá el Mintrab no me ha escrito o preguntado cómo estoy. Incluso les pedí hace unos días copia del contrato de trabajo y solo me dejaron en visto. (Con ellos) es lo mismo. interpuse una denuncia en el Departamento de Trabajo de Estados Unidos y espero que haya justicia.
«Yo nunca había recibido discriminación ni por ser latino ni por mi orientación sexual»
22 años. Ciudad de Guatemala
Viajé a Carolina del Sur en marzo de 2023. No tengo hijos ni familia que dependa de mí. Apliqué con la intención de vivir una nueva experiencia y viajar para conocer otros lugares. La oferta era para ser recepcionista, pero estando allá me ubicaron como botones en el Omni Hilton Head. La señora que nos contrató (Mirna Berglund) se portó de una forma muy diferente. Incluso en la capacitación que nos dieron se puso a llorar y nos dijo que era un sueño para ella traer gente de Guatemala y todos estábamos emocionados por eso. Luego, nuestros contratos de acá eran muy diferentes a los que recibimos en Guatemala. Lo que decía en ese contrato en cuestión de pagos no era nada cercano a lo que vivimos. Yo ganaba 13 dólares por hora, más propina, pero al recibir propinas ya no teníamos pago por parte del empleador. Debieron explicarnos eso para que evaluaremos si nos convenía esa oportunidad laboral. En mi primer cheque recibí 300 dólares, eso no alcanza para nada en Estados Unidos
Teníamos compañeros de trabajo de Jamaica. Yo nunca había recibido discriminación, ni por ser latino, ni por mi orientación sexual. Allá sí la recibí y ni siquiera en mi país viví eso. Cuando nos quejamos de eso, nos decían: Ah, es que ellos (los jamaiquinos) son así.
Fui testigo de cómo un compañero agredió a otro, casi que trató de matarlo, yo lo presencié. Tuve que dar mi testimonio ante Recursos Humanos y no pasó nada. Esa persona era violenta, además ingería drogas, daba miedo vivir con él. Fue horrible. Mi último día de trabajo fue el 30 de noviembre, luego pedí una extensión para trabajar en otro hotel en Nueva Orleans, ahí la experiencia fue muy diferente, gratificante.
Para esta segunda entrega, Plaza Pública solicitó por escrito a la ministra de trabajo, Miriam Roquel, y a la encargada del Programa de Movilidad Laboral, Heidy Sunún, una postura en respuesta a estos nuevos testimonios. La unidad de Comunicación Social se limitó a informar que tuvieron conocimiento de algunas inconformidades de trabajadores en el hotel Omni Hilton Head por descuentos a sus pagos, sin mencionar otras experiencias sufridas por los trabajadores.
Para el caso del hotel Kiawah Island Golf Resort justificaron así: «Actualmente se encuentran dos trabajadores laborando en la empresa Kiawah Island, quienes al momento de ser contactados no manifestaron algún tipo de anomalía en la empresa. También se revisó la base de datos del año 2024 en la que aparecen cinco personas contratadas, según reportes tampoco indicaron si alguno de ellos había sufrido de algún tipo de anomalía que vulnerara sus derechos humanos o laborales». Los testimonios recopilados en esta publicación coinciden en un reclamo unánime: exigir que estos abusos no sean olvidados y se tomen medidas efectivas para prevenir que otras personas sufran situaciones similares.
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