Estos eslóganes reflejan el carácter de las contiendas electorales en el país, que cada vez son más superficiales, siendo esta última la peor en cuanto a propuestas y la más cara en cuanto a publicidad. Pero la elección hecha está y como titulo esta columna, a golpe dado… no hay quite.
Con cierta dosis de agrado y desconfianza, he reaccionado a algunos de los nombres mencionados para ocupar carteras de gran importancia en el país. Habrá nuevas caras en muchos cargos públicos p...
Estos eslóganes reflejan el carácter de las contiendas electorales en el país, que cada vez son más superficiales, siendo esta última la peor en cuanto a propuestas y la más cara en cuanto a publicidad. Pero la elección hecha está y como titulo esta columna, a golpe dado… no hay quite.
Con cierta dosis de agrado y desconfianza, he reaccionado a algunos de los nombres mencionados para ocupar carteras de gran importancia en el país. Habrá nuevas caras en muchos cargos públicos pero en otros contaremos con varias personas que fueron funcionarios durante el gobierno de la Gran Alianza Nacional (GANA). Entre las nuevas caras, debo resaltar las aptitudes profesionales de Francisco Arredondo en el tema de salud y el de Mauricio López Bonilla en el de seguridad. Con ambos he tenido el gusto de compartir aulas como compañeros y estoy seguro que, de ser confirmados, darán lo mejor de sí en sus cargos.
Sin embargo, una gestión pública exitosa (entiéndase trazar objetivos de beneficio nacional y encaminarnos hacia los mismos o alcanzarlos) no depende solamente de la persona que ocupe un cargo, sino de su equipo. Aquellos que regresan a la cosa pública después de haber sido parte de la administración Berger (2004 -2007) conformarán una parte importante de este equipo. Espero que muchos rescaten los aciertos y reconozcan los errores cometidos durante esa etapa para enfrentar los retos y superar los obstáculos de los próximos cuatro años que son diferentes en cuanto a complejidad de aquellos de hace ocho años.
Ninguna de las dos propuestas en la pasada segunda vuelta de la contienda electoral me pareció. En este punto concuerdo con Martín Rodríguez pero, con la elección en el pasado, me gustaría ver hacia el futuro y darle el beneficio de la duda a las autoridades electas. Muchos no me agradan, pero el esfuerzo del que hablo implica dejar de verlos por su trayectoria y verlos en relación al cargo que ocupan.
Pero algo del pasado me preocupa. En el 2004, el gobierno de Berger (en el cual yo ocupe un cargo público) llegó para reparar gran parte del daño causado por el Pollo Ronco y sus secuaces. Lamentablemente por varias razones, entre las cuales yo quiero resaltar la inacción, muchas de las intenciones de cambio quedaron precisamente en eso: intenciones. Virtualmente nada de lo positivo de aquel gobierno fue rescatado por la Unidad Nacional de Esperanza quienes, como lo han hecho varios gobiernos, ya sea por necesidad o por antojo, dieron borrón y cuenta nueva.
Espero entonces que quienes tendrán una primera y aquellos que ahora tienen una segunda oportunidad de hacer gobierno, rescaten lo positivo de anteriores gobiernos y no comentan los mismos errores. Que tengan claridad para gobernarnos durante los próximos cuatro años, recordando lo que son: servidores públicos.
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