Cualquiera que sea, esta segunda vuelta, al igual que las anteriores, recurre a la violencia, la traición y la mentira como elementos válidos para ganar las elecciones.
Sería ideal que a estas alturas de la contienda presidencial, los partidos Patriota y Lider discutieran cómo piensan materializar sus propuestas electorales. Los candidatos deben poner a prueba su capacidad para comunicar a la población cómo piensan generar empleo, disminuir los índices de criminalidad, sanear la econom...
Cualquiera que sea, esta segunda vuelta, al igual que las anteriores, recurre a la violencia, la traición y la mentira como elementos válidos para ganar las elecciones.
Sería ideal que a estas alturas de la contienda presidencial, los partidos Patriota y Lider discutieran cómo piensan materializar sus propuestas electorales. Los candidatos deben poner a prueba su capacidad para comunicar a la población cómo piensan generar empleo, disminuir los índices de criminalidad, sanear la economía, construir infraestructura, entre otras cosas. Tristemente, la catarata de promesas y ofertas continúa sin que ninguno de los dos se rete a ser más propositivo. Para lo que sí son buenos es para desacreditarse mutuamente y utilizar cualquier medio disponible para hacerlo.
Una nariz de payaso sobre Baldizón y un par de cachos para Pérez Molina caracterizan muchas de las vallas publicitarias de estos. Circulan correos con los posibles integrantes del gabinete de cada uno de los candidatos presidenciales en los cuales se ve cada “firmita” que le eriza la piel a cualquiera. Apócrifos acompañados con los sellos e insignias de medios como este o en nombre de la Universidad de San Carlos los encuentra uno pegados en postes de luz o inundando los buzones de entrada de nuestros correos electrónicos. Las campañas negras nunca faltan en las elecciones pero el descarado uso de estas parece justificarlas. “Todo vale en la política” es el lema de muchos que hacen funcionar la maquinaria electoral.
En estas aguas, los políticos no salen a pescar votos con cañas artesanales con las que tengan que demostrar sus habilidades para conseguir su objetivo. Salen con masivas redes para agarrar todo lo que se encuentre a su alrededor, salen a maximizar votos. No importa que hoy se hayan acabado todos los peces y que no quede nada para mañana. ¿A quién le importa el futuro? Lo que importa es ganar la elección, hasta el 14 de enero nos preocuparemos de hacer gobierno. Aquellos que me leen se sorprenderían de los “honorables” políticos de quien he escuchado semejantes barbaridades.
Todos coincidimos en que hay muchísimo por hacer en este país y que cuatro años no son suficientes. Estamos de acuerdo también en que tenemos un sistema electoral y de partidos políticos que se ha agotado y debe ser reformado. Los candidatos deben estar conscientes de esto y que su trabajo es encarrilar al país en una dirección correcta, no hacer lo que les venga en gana una vez ganan las elecciones.
Hay que exigirles más a nuestras autoridades y también a nuestros candidatos. Estos deben al menos tener vergüenza por sus acciones o inacciones según el caso. Hay que exigirles que se tomen más en serio los destinos de este país puesto que nuestras vidas dependen de ello. Cientos de niños no tienen un lugar digno donde estudiar, enfermarse es un lujo y morir también, la economía informal aumenta, a diario muere alguien por un celular, a diario muere un niño de hambre. Todo esto pasa bajo las vallas que muestran a los dos candidatos sonriendo.
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