¿Estado de Derecho?
A propósito de los bloqueos en Alaska, Sololá, han estado diciendo que con respetar la sagrada libre locomoción se vuelve a un "Estado de Derecho”... ¿a cuál se refieren? ¿al que garantiza constitucionalmente la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo integral de la persona? ¿al que establece constitucionalmente que todos somos libres e iguales en dignidad y derechos? ¿al que constitucionalmente señala que el sistema penitenciario debe tender a la readaptación social y a la reeducación de los reclusos? ¿al que indica en su Constitución Política que los habitantes de la República de Guatemala tienen derecho a dirigir, individual o colectivamente, peticiones a la autoridad, la que está obligada a tramitarlas y deberá resolverlas? ¿el de la misma Constitución Política que ordena que los trabajadores del Estado están al servicio de la administración pública y nunca de partido político, grupo, organización o persona alguna?¿al que prohíbe también a nivel constitucional los monopolios y los privilegios? ¿o del "Estado de Derecho" de qué país están hablando? ¿Del que usan para guardar su dinerín?
"Nuestra libre locomoción"
Casi todos los que han estado escribiendo estas últimas semanas sobre el bloqueo de carreteras, sean columnistas de derecha (¿CACIFistéricos?), facebookeros, tuiteros o comentaristas de las versiones electrónicas de los diarios nacionales, se han referido indignados a la violación a “nuestro derecho de locomoción” por parte de los protestantes de los 48Cantones. No sé cuántos de ellos verdaderamente se quedaron varados en el tráfico de ese día, pero sospecho que, si no es ninguno, son muy, muy pocos no solo los que estuvieron allí, sino los que suelen viajar por esa área particular. Esto me lleva a preguntar, nuevamente, cómo y por qué el capitalino promedio jamás puede verse o identificarse con, digamos, un campesino indígena hambriento (puchis, hasta se tienen que ir a meter un finde a su champa para saber que existe y aun así a la próxima visita ya no se apunta…) pero no tiene la menor dificultad para verse en el prójimo que maneja un tráiler (aunque sospecho que no eligen verse en él, sino en el gerente de la megaempresa que fabrica los productos que van dentro del tráiler). ¿Curioso, no? ¿Por qué el capitalino promedio no alega por “nuestros” derechos alimentarios? ¿Por qué no se indigna por “nuestro” derecho a la igualdad? ¿Por qué no pelea también por el cobro injusto de la energía eléctrica, cuando el mismo mal le afecta? En fin, tan importante de pronto resulta la locomoción –que convenientemente se olvida en semana santa por las procesiones o en navidad con desfiles, árboles gigantes o fuegos artificiales– que tal vez el INGUAT, en la gloriosa astucia que le caracteriza lo dirija quien lo dirija, podría capitalizar esta súbita unión nacional y pagarle a Gaby Moreno para que grabe cierta cancioncita en sustitución del himno. ¿Que es en inglés? ¡Pues más chilero!
Méndez Ruiz y elPeriódico
El objetivo de una columna de opinión no es simplemente que quien la escribe se exprese libremente. Eso cada quien lo puede hacer desde su propio blog, muro de Facebook o charla cuchubalera. El objetivo es, entonces, que quienes la lean tengan mejores elementos para formarse una opinión, y eso implica que sepan hilar ideas y exponerlas de forma clara y congruente. Desde ese punto de vista, entonces, las secciones de opinión de los medios no existen meramente para plasmar criterios, sino para promover ideas. Es más: es innegable que ya hasta las noticias son seleccionadas y enfocadas de modo que también promuevan ideas. Por eso mismo, sin importar el espectro ideológico de cada cuál, el medio debe ser cuidadoso para que, de forma alguna, no existan expresiones manifiestas ni sutiles de racismo, misoginia, homofobia, etc. a menos, claro, que esa sea la intención. Dicho eso, creo que fue un terrible error de elPeriódico ceder un espacio en su sección de opinión a Ricardo Méndez Ruiz. elPeriódico es un medio balanceado, con expresiones de izquierda desde moderadas como las de Martín Rodríguez hasta más radicales como las de Mario Roberto Morales y, con la misma amplitud con respecto a la derecha, desde Dina Fernández hasta Andrés Oppenheimer. Pero no es lo mismo un terrible columnista como Raúl Minondo Ayau (cuyo estilacho satirizo hoy) que, a la larga, por su propia incompetencia al escribir es semi-inofensivo, que alguien con la saña de Méndez Ruiz y la desvergüenza de su racismo fascista. ¿Qué esperaba elPeriódico de alguien que salió a la vida pública de la forma en que lo hizo? ¿Le interesará en algo a elPeriódico que un lector convenza a su vecino, diario en mano, que cualquier campesino hambriento que reclame por esa hambre es un terrorista? ¿O que en la charla matutina, un empleado le cuente a otro cuán peligroso es el reconocimiento constitucional a los pueblos indígenas? ¿Ese es el tipo de discusiones que pretende promover? ¿No le parecen indignas de su historial? Y ojo, que no hablo de censura ni de impedir la “libre expresión” de Méndez Ruiz (con todo y que sí creo que las apologías del delito deben tener un claro límite), pero este señor puede abrir un blog o ser publicado en Prensa Libre o tener un espacio en Canal Antigua, por ejemplo. Sinceramente, de elPeriódico yo esperaba más.
¿Ánimo, Guatemala?
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