Según información del atlas, se contabilizaron 123 hablantes de itza’ para el año 2001 a partir de las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística[1].
Dado que me llama la atención el tema de las minorías, decidí investigar el caso para un curso de lingüística maya en la universidad. Gracias a varias personas logré contactar y entrevistar (en San José, Petén) a José Alfredo Chayax[2], presidente de la Comunidad Lingüística Itza’. Con un cálido recibimiento de su parte realicé una entrevista sumamente fructífera para mi investigación, pero que personalmente me dejó un tanto preocupado: la situación actual de este idioma es más crítica, dramática y complicada de lo que podríamos imaginar.
Para comenzar, es necesario aclarar que las cifras del atlas son erróneas. Según Chayax, hoy en día solo hay entre 25 y 30 abuelos de más de 80 años que hablan el idioma. Es más, el día que llegué a San José para realizar la entrevista, una abuela itzahablante de edad muy avanzada acababa de fallecer. Pese a estas dramáticas cifras, hay unos cuantos adultos que, como Chayax, no hablan el idioma tal cual, pero lo entienden y tratan de aprender de poco en poco.
Regresando a la información extra del atlas, este indica que el idioma se habla no solo en San José, sino también en San Andrés, en la ciudad de Flores, en Santa Elena y en San Benito. De nuevo, parece que el atlas fue muy optimista. Según Chayax, hoy en día solo en San José hay unas decenas de hablantes del itza’, pero en algunos pueblos como San Francisco o San Benito se han encontrado casos excepcionales de una o dos personas que entienden el idioma. Sin embargo, como Chayax mismo mencionó, son personas con ascendencia itza’ de San José.
En este punto tocamos un tema clave: estamos indagando sobre los itzahablantes, pero ¿qué hay del resto de personas de San José que no hablan el idioma? ¿Siguen siendo itza’?
Para Chayax, esto es innegable. Según él, el 90 % de las personas en San José son descendientes de itza’ y la mayoría tienen apellidos mayas. Lamentablemente, las ideas de Chayax no son compartidas enteramente por la comunidad. Los niños, los jóvenes y algunos adultos no se ven a sí mismos como itza’. Argumentan que no son mayas, pues no hay un uso regular del traje, no hablan un idioma maya y adoptaron plenamente el uso del castellano. Para Chayax es lamentable, pero ya normalizado, que muchas personas del lugar nieguen ser mayas.
Este desinterés y esa negación pueden visibilizarse en los programas educativos que se han implementado en las escuelas locales bajo la iniciativa de la Comunidad Lingüística Itza’, esta última apoyada y respaldada por la Academia de Lenguas Mayas de Guatemala (ALMG). Por ejemplo, se han ofrecido cursos a jóvenes y docentes de las escuelas, pero la participación ha sido bajísima. Ahora bien, en cuanto a los niños, se logró que la Comunidad Lingüística Itza’ se encargara de impartir clases en las escuelas locales, pero los maestros desacreditaron estos cursos desde el principio: les decían a sus alumnos que «los cursos de maya no tenían nota, por lo que no importaban para sus promedios». Obviamente, estas actitudes de los docentes hicieron que los alumnos se desinteresaran y desvincularan tempranamente del proyecto.
Lamentablemente, las acciones —posiblemente— malintencionadas de los docentes locales no se quedaron allí. De acuerdo con Chayax, con los cambios en el Currículo Nacional Base (CNB), para que se enseñe un idioma maya (L.2), la Dirección General de Educación Bilingüe Intercultural (Digebi) del Ministerio de Educación debe aprobar una resolución para enviar profesores de dicho idioma a las escuelas. Sin embargo, estas resoluciones se hacen a partir de datos estadísticos provenientes de las mismas escuelas. Las cifras se obtienen de formularios llenados por los docentes e incluyen datos como las edades y la etnia de los estudiantes. Es aquí donde aparece una nueva polémica: los docentes, en vez de registrar a los niños en los formularios como indígenas itza’, los apuntaron en la categoría de ladinos. Ante esto, la Digebi cuestionó a la Comunidad Lingüística Itza’ y a la ALMG: «¿Para qué necesitan profesores de itza’ si la mayoría de niños en las escuelas no son indígenas?».
Este es un punto sumamente preocupante, que hace recordar lo que la antropóloga Claudia Dary identificó en el censo nacional del 2002 con la población indígena del oriente del país: un «etnocidio estadístico» en el cual los investigadores, en vez de preguntar las categorías étnicas, se encargaron de engrosar la categoría de ladinos (para simplificarse el trabajo)[3].
Obviamente, todo este oscuro panorama tiene sus bases en hechos históricos. Para Chayax, todo tiene su origen en la conquista. Como bien lo menciona, la región petenera fue bruscamente golpeada por la conquista española. No está de más recordar que el lago Petén Itzá se conquistó hasta finales del siglo XVII y principios del XVIII. A causa de la invasión británica en el Caribe, la Corona española demandó fortificar la defensa y por ende conquistar plenamente el Petén. Primero fue el gobernador de Yucatán Roque de Soberanis quien intentó realizar la conquista y reducción de los itza’, pero falló en el intento por la bravura de los guerreros de dicho pueblo. Luego, el adelantado Martín de Urzúa logró el objetivo, pero, ante el desinterés del gobernador de Yucatán, prefirió pedir ayuda a la Audiencia de Guatemala para completar la conquista[4]. Esta fue la última conquista en Guatemala y por eso mismo fue extremadamente violenta. Se enfocó en debilitar totalmente a los itza’ y en reducirlos a pocos pueblos. Desde aquí se estaba marcando el destino de los itza’.
Pese a la violenta historia colonial, el verdadero evento desencadenador viene unos siglos después, durante el gobierno de Jorge Ubico. Como sabemos, este dictador militar ponía como gobernadores de los departamentos a sus allegados. Chayax contó los relatos olvidados de los abuelos: en 1934, el gobernador del Petén Federico Ponce Valles emitió una ley[5] para impedir que se hablara el itza’ en las escuelas y en la vía pública. Según relatan los abuelos, una maestra de la escuela de San José le pidió al gobernador emitir dicha ley porque los niños en la escuela no empleaban el castellano en clase y hablaban únicamente en itza’. De acuerdo con Chayax, esta ley estipulaba una multa de Q20 a los padres de los niños que hablaran el itza’ en clase y se imponían fuertes castigos para los pequeños. En caso de que los padres no pagaran la multa, eran azotados en la plaza central del pueblo. Desde aquí nació el miedo entre niños, jóvenes y adultos, tanto así que en los años 1980, cuando la ALMG generó la iniciativa para recuperar el idioma, los mayores preguntaban: «¿Para qué si es prohibido?». El miedo seguía presente. Los eventos ocurridos en la época de Ubico condujeron a que muchos itza’ emigraran (casi forzosamente) del Petén. Según Chayax, esta es la razón por la que hoy en día se pueden encontrar apellidos y descendientes itza’ en otras partes fuera de los alrededores del lago Petén Itzá, incluso en Belice y en Yucatán.
Pese a todo este oscuro entramado, Chayax es optimista. Toma como base a uno de los últimos estudios en etnolingüística con trabajo de campo in situ realizados en 1979 y 1980 por Charles Andrew Hofling. El autor estadounidense declaró en 1988 que en 20 años el idioma estaría completamente extinto[6]. Chayax demuestra que el autor se equivocó: han pasado siete años más de lo que el autor predijo y todavía hay itzahablantes. De igual forma, Chayax confía en el nuevo programa de la Comunidad Lingüística Itza’, que consiste en otorgar becas a jóvenes estudiantes de magisterio para que aprendan poco a poco el idioma con los abuelos de la comunidad. Esperemos que el proyecto dé frutos.

Sede de la Comunidad Lingüística Itza’ en San José, Petén. Foto del autor.
[1] Richards, Michael (2003). «Distribución de los idiomas: núcleos de habla y dispersión de hablantes». Atlas Lingüístico de Guatemala. Editorial Serviprensa: Guatemala. págs. 42-59.
[2] Agradezco enormemente al señor Chayax por brindarme toda esta información y dejarme conocer la sede de la Comunidad Lingüística Itza’.
[3] Dary, Claudia (2008). «¿Poqomames, xinkas o mestizos? Hacia la búsqueda y reconstrucción de las identidades étnico-culturales en Jalapa: un análisis del discurso». En Lógicas culturales y políticas: un laborioso tejido en la Guatemala plural, de Sacayón, E. y M. Quiñónez (comp.). Instituto de Estudios Interétnicos. USAC: Guatemala. Págs. 61-95.
[4] Caso, Laura (2002). Caminos en la selva: migración, comercio y resistencia. Mayas yucatecos e itzaes, siglos XVII-XIX. Colegio de México. Fondo de Cultura Económica: México. 387 págs.
[5] Lamentablemente, no logré encontrar dicha ley.
[6] Hofling, Charles (1991). Itza’ Maya Texts with a Grammatical Overview. University of Utah Press: Estados Unidos. 321 págs.
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