Cumbre de las Américas reto para Santos
Cumbre de las Américas reto para Santos
Con la declaración de los países que integran el Alba, que no condiciona la participación de Hugo Chávez, Rafael Correa, Evo Morales y Daniel Ortega en la Cumbre de las Américas, que se llevará a cabo en Cartagena en abril a que Cuba sea invitada, Juan Manuel Santos logró superar la encrucijada que amenazaba con arruinar su debut como líder latinoamericano. Sin embargo, aún le queda el reto de evitar que la agenda se cubanice.
La declaración de los países del Alba es un avance frente al boicot que anunciaron hace 15 días. Pero siguen siendo enfáticos en que Cuba debería estar presente en la Cumbre y reiteraron la condena al bloqueo económico, comercial y financiero que se mantiene a pesar de las promesas de Barack Obama en la Cumbre de 2009, lo que da una clara señal de que intentarán que este tema domine el encuentro con Estados Unidos.
Haber logrado que estos países no arruinen el encuentro ya es un triunfo de la canciller María Ángela Holguín, quien con un intenso lobby diplomático los convenció con el planteamiento de que invitar o no a Cuba no es un tema exclusivo de Colombia sino que exige un consenso entre los países del continente. Una opción es que la mayoría de los 34 países invitados a la Cumbre acepte lanzar una invitación a Cuba, ya sea en calidad de país invitado o con una delegación de carácter no presidencial. Es decir, sin voz y sin voto.
Con esto, Santos lograría, congraciarse con los presidentes de izquierda del continente sin poner en peligro la asistencia de Estados Unidos a la Cumbre.
Pero para que Santos pueda aprovechar su papel de anfitrión de la Cumbre de las Américas para afianzar el espacio de liderazgo que quiere ocupar en Latinoamérica tiene que ir más lejos: tiene que quitarle protagonismo al tema de Cuba e imponer una agenda más amplia que incluya la violencia criminal que afecta a casi todos los países, el tema migratorio de Estados Unidos y principalmente, el de la política antidrogas. Pero es improbable que lo logre.
Un reto difícil
Como está concebida hasta ahora, en Cartagena no habrá mayor avance respecto a la Cumbre de 2009 que tuvo como sede Trinidad y Tobago.
En ese encuentro, uno de los puntos más importantes fue el anuncio de los líderes americanos de eliminar el embargo a Cuba. Incluso, en esa ocasión, el presidente de Brasil, Lula Da Silva, dijo que tenía confianza en que Obama aliviaría el embargo de Estados Unidos sobre la isla y el presidente estadounidense dio esperanzas sobre esa posibilidad. Pero casi tres años después, esto no ha ocurrido.
Es posible que en algún momento Barack Obama haya considerado repensar el embargo cubano, como lo prometió hace tres años, pero claramente no va a ser en esta época de elecciones cuando Obama se está jugando su reelección. Para el Presidente de Estados Unidos es mucho más importante garantizar el voto de los cubanos exiliados —y en menor medida de los venezolanos y ecuatorianos— en Florida que quedar bien con América Latina. Florida pone casi una tercera parte de los votos de los colegios electorales de los "battle ground states", que son aquellos que no son abiertamente republicanos ni demócratas, y por lo tanto, los que son decisivos para la elección presidencial.
Ya los voceros del Gobierno de Estados Unidos dijeron que de ninguna manera aceptarán la presencia de Cuba en la Cumbre. Barack Obama no puede salir en la misma foto con Raúl Castro. Eso no es negociable para Estados Unidos.
Como Colombia tampoco quiere arruinar las relaciones que ha logrado con los países de Unasur ni darle la espalda a Cuba, que podría eventualmente jugar un papel en una eventual negociación con las Farc, lo más seguro es que la Canciller intente lograr un acuerdo previo con todos los países para decirle a Cuba que van a estudiar su inclusión en la siguiente Cumbre ó una declaración conjunta contra el embargo.
Una oportunidad de oro
Si algo quiere Santos es convertirse en líder de la región. Sin embargo, hasta ahora no es claro cómo lo va a hacer.
La internacionalista Sandra Borda piensa que además de la posibilidad de convertirse en un conciliador entre Estados Unidos y el bloque de países de izquierda se abre la puerta para que el presidente colombiano imponga una agenda. Y ahí el tema del narcotráfico podría ser ideal.
La Cumbre sería la oportunidad de presentar la idea de la legalización de las drogas que lanzó en Londres y de abrir el debate en un escenario donde sí habría una posibilidad de decisión. Pero para eso, la Canciller y el Presidente tendrían que impedir primero que el tema de Cuba se tome por completo la Cumbre. Y eso no será fácil.
"Santos es presidente de un país que no tiene peso geopolíticamente hablando y por eso tiene que ganarse su espacio pero la agenda latinoamericana no se lo permite fácilmente", dice el investigador Miguel Cárdenas.
Tampoco existe la posibilidad de alejarse de Estados Unidos, sencillamente porque no sería coherente con el discurso de Santos ni con los intereses de Colombia, que tiene en el país del norte a un socio comercial y militar esencial. Además, porque esa cercanía podría abrirle a Santos la puerta para jugar un papel importante en el mundo, con el apoyo estadounidense. Así lo hicieron en su momento Carlos Lleras Restrepo y César Gaviria.
Si Santos no logra ser un hábil conciliador entre Estados Unidos y los demás países invitados a la Cumbre ni imponer agenda propia, básicamente la Cumbre pasará sin ton ni son para la diplomacia colombiana.
*Este artículo es parte de La Silla Vacía y es reproducido con su autorización por Plaza Pública.
Más de este autor