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Miembros de la comunidad palestina, libanesa y activistas de Guatemala realizaron una marcha para exigir el “cese del genocido” en Gaza y pedir a Bernardo Arévalo cortar relaciones con Israel, el 10 de octubre de 2024.

#EnCorto | El vaivén de Guatemala en la ONU sobre el conflicto israelí-palestino

Javier Corona: «Cuando se usa un tono tan condenatorio contra Israel, siempre estaremos cerca de la Casa Blanca».
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#EnCorto | El vaivén de Guatemala en la ONU sobre el conflicto israelí-palestino

Gráficos: Lionel Fock
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La posición de Guatemala ante el genocidio en Gaza navega entre dos aguas: respalda resoluciones diplomáticas humanitarias, pero evita aquellas que condenan directamente a Israel. Con ello, el Gobierno intenta equilibrar su defensa de la solución de dos Estados con su dependencia política de la Casa Blanca.

Desde octubre de 2023, Guatemala ha mantenido una postura oscilante en la Organización de las Naciones Unidas frente a la guerra entre Israel y Palestina, tras el ataque del grupo armado Hamás contra civiles israelíes que recrudeció el histórico conflicto y dio paso a lo que la ONU califica como un genocidio contra el pueblo palestino.

Así lo muestran los votos de Guatemala en al menos 27 resoluciones adoptadas por la Asamblea General de la ONU entre octubre de 2023 y septiembre de 2025. Los documentos plantean:

  • el alto el fuego y la protección de civiles en la Franja de Gaza,
  • el refuerzo de la asistencia humanitaria en zonas de guerra,
  • la condena a políticas militares israelíes,
  • y la defensa de los derechos del pueblo palestino.

De los 27 pronunciamientos, analizados por Plaza Pública, Guatemala apoyó 12, se abstuvo de votar en otros 12 y rechazó 3. De acuerdo con tres internacionalistas, esta distribución refleja una estrategia diplomática que cambia dependiendo de intereses circunstanciales.

La mayoría de los textos en los que Guatemala se abstuvo de votar acusan de forma explícita a Israel de ocupar ilegalmente territorios palestinos, destruir áreas completas de su país vecino y cometer otros crímenes. Además, exigen investigaciones sobre actos del gobierno israelí.

Según el internacionalista Javier Corona, Guatemala suele guardar silencio en estos debates para mantenerse alineada con Estados Unidos, su principal socio diplomático y el aliado más cercano de Israel en el plano geopolítico.

«Cuando se usa un tono tan condenatorio contra Israel, siempre estaremos cerca de la Casa Blanca. Esto es así porque somos un país pequeño que depende de Washington, como ocurre con las remesas, por ejemplo», explica.

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La abstención, más común que el voto en contra, responde también a un motivo de largo plazo. Roberto Wagner, excónsul en Inglaterra, comenta que rechazar los acuerdos de la ONU contradiría la postura que Guatemala ha defendido desde los años 40 ante al conflicto palestino-israelí: la existencia de dos Estados independientes.

De los 27 pronunciamientos de la ONU, la mayoría de los que respaldó Guatemala tienen carácter humanitario: piden acciones como alto al fuego o asistencia a refugiados en la Franja de Gaza, el lugar más golpeado desde 2023.

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A criterio del abogado Luis Fernando De León, enfocado en derecho internacional, apoyar estas resoluciones es «sentido común» y es una forma en que Guatemala busca demostrar «su compromiso con las normas internacionales».

La guerra entre Israel y Palestina data de principios del siglo XX. Su episodio más crudo, el que comenzó en octubre de 2023, ha dejado al menos 60,000 muertos en Gaza, entre ellos 18,000 niños. Las autoridades locales calculan que cada día mueren más de 90 personas en la región.

La violencia empezó luego de que Hamás —una organización armada que, en la práctica, gobierna Gaza— lanzó un ataque sorpresa contra comunidades fronterizas y bases militares en Israel. Mataron a alrededor de 1,200 personas, en su mayoría civiles, y tomaron más de 200 rehenes trasladados a Palestina.

El 16 de septiembre de 2025, 710 días después de la agresión de Hamás, la ONU concluyó que Israel comete genocidio en Gaza. El gobierno israelí lo niega y sostiene que su ofensiva se dirige únicamente contra Hamás, al que Estados Unidos y la Unión Europea califican como «organización terrorista».

Sobre el informe de las Naciones Unidas, elaborado por investigadores especializados en genocidio, el presidente Bernardo Arévalo evita dar su opinión. En la conferencia de prensa del lunes pasado, llamada La Ronda, solo respondió que lo está «estudiando».

El último comunicado del Gobierno sobre la guerra entre Israel y Palestina, fechado el 27 de agosto de 2025, se limitó a expresar «preocupación por la situación en Gaza» y a pedir un «alto al fuego inmediato, protección de civiles, liberación de rehenes y acceso a ayuda humanitaria», sin mencionar a Israel.

En esta última semana de septiembre de 2025, Arévalo viajó a Nueva York para participar en otro período de sesiones de la ONU, donde diplomáticos discutirán vías para terminar el genocidio en Gaza y establecer un Estado israelí y otro palestino en Oriente Próximo.

Guatemala apoya esta alternativa desde 1947, cuando gobernaba Juan José Arévalo, padre de Bernardo Arévalo.

En 2013, durante el gobierno de Otto Pérez Molina, el país reconoció a Palestina como un país «libre, independiente y soberano». Actualmente, 148 de los 193 miembros de la ONU hacen lo mismo, 11 de los cuales lo anunciaron entre el 20 y 21 de septiembre de 2025, entre ellos Australia, Reino Unido, Canadá y Portugal.

A pesar del creciente respaldo internacional, Palestina sigue siendo un «Estado observador no miembro» de las Naciones Unidas. En 2024, Guatemala votó a favor de su admisión plena, una medida que llevó a diputados opositores del Congreso a interpelar al canciller Carlos Ramiro Martínez.

 

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