La diferencia es que en la lotería no es usual (de hecho es casi imposible) que los premios caigan siempre en los mismos números. Pero en los conciertos, si alguna vez te ganás un premio (es decir, encontrás un artista que venda boletos), cualquier promotor puede seguir comprando el mismo número y virtualmente seguir ganando. Es por eso que siempre vienen los mismos artistas a Guatemala.
Para hacer conciertos innovadores en el país se necesita inversión, comprar varios billetes de lotería y disponerse a perder. No cualquiera tiene el capital ni está dispuesto a arriesgarse. Aun cuando los artistas internacionales accedan a venir y presentarse como mera promoción, sin cobrar su cuota usual, los gastos para traerlos son considerables.
Por eso se me hace injusto que el EMF reciba tanto odio en redes sociales por parte de músicos que no han sido tomados en cuenta para participar y de gente que ni siquiera ha escuchado la música que se va a presentar. Es importante reconocer el riesgo y el trabajo que implica un festival de este tipo en un país con un público tan complicado y limitado (en todos sentidos).
No se puede descalificar un evento como el EMF de primas a primeras. Siguiendo con la analogía, los organizadores no compran un billete de lotería, sino varios cada año. No puedo imaginar la cantidad de dinero que arriesgan en cada edición del festival. Claro, existe un interés de negocio detrás. Porque nadie se arriesga solo porque sí.
Hay que decir que es bueno que en Guatemala exista este festival. Ojalá hubiera más. Es un evento con estándares internacionales que ha buscado, a lo largo de sus cuatro ediciones (este año se llevará a cabo la quinta), presentar actos inéditos en el país, ha llamado la atención a nivel internacional y se ha constituido en una plataforma nada despreciable para los artistas nacionales, una con la que no se contaba antes.
Bandas o artistas como Porter, Bomba Estéreo, Diamante Eléctrico, Mexican Juligans, Incubus, Matisyahu y muchos más, que de otra forma no habrían venido al país, se han presentado en el festival. Y eso no se puede ignorar ni despreciar.
Ahora bien, sí hay que decir que no todo está bien con el festival. Yo mismo he criticado la prepotencia y el detestable manejo de su comunicación y sus relaciones públicas. Dicha prepotencia transmite la sensación de que los organizadores piensan que con su evento les están haciendo un favor a Guatemala y a su escena musical, lo cual tampoco es verdad.
También, de primera mano, he sabido que no siempre se ha respetado o valorado a los artistas locales que se han presentado en el festival. Ese es otro tema.
Pero, más allá de sus virtudes y defectos, vale la pena echarle un ojo a lo que el festival ofrece este año. La novedad es que por fin, con su selección de bandas guatemaltecas, el festival presenta una radiografía de lo que está sucediendo en la escena local. Son bandas o artistas que publicaron discos recientemente, que han logrado atraer la atención de diferentes públicos y que han estado activos en el último año, como Filoxera, Yerimkala, De la Rut, Kontra, Dinosaur 88, Cameo Drive y otras.
Activar estas bandas es una estrategia inteligente por parte de los organizadores, pues les conviene que estos artistas empiecen a mover masas. Así, cuando falte el presupuesto, pueden garantizarse una buena asistencia del público a una mayoría de eventos de artistas locales.
También llama la atención la participación de The Gitas (Estados Unidos) y Mink (México), dos bandas que cuentan con integrantes guatemaltecos y que nunca, hasta ahora, se habían presentado en el país.
En cuanto a los artistas internacionales, al menos en algunas cabezas de cartel, este año el EMF no arriesga tanto y trae a varios que ya han visitado Guatemala: La Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio, Mala Rodríguez, Paul van Dyk, Steve Aoki y Matisyahu.
Habrá que esperar las próximas ediciones para saber si el festival sigue arriesgándose como lo ha estado haciendo o si se decide a jugar una y otra vez los mismos números hasta terminar siendo un poco más de lo mismo. Ya veremos.
Aquí una playlist con algunos artistas o bandas de Guatemala (o con participación de guatemaltecos) que se presentarán en el EMF y que vale la pena ver:
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