Su tesis central es que, a causa del orientalismo, Oriente no es un tema sobre el que pueda tenerse libertad de pensamiento, puesto que se nos da ya definido de una forma cerrada y acabada—algo así como ha sucedido con América Latina. También nos dice que la relación entre Oriente y Occidente es una relación de poder, en la que el primero se subordina al segundo.
Por supuesto, no se trataba de puras construcciones teóricas, Said pasó mucho tiempo analizando las huellas que dejó en él una educación colonialista. Había nacido en Jerusalén (entonces bajo el Mandato Británico de Palestina) dentro de una familia árabe cristiana; vivió y creció en dos colonias británicas, Palestina y Egipto, en donde fue educado dentro de una tradición occidental, y en 1951 se trasladó a los Estados Unidos, en donde desarrolló su carrera académica y murió.
Guatemala —y el continente americano en su totalidad—, por su parte, también puede hablar de sus propias historias de dominación y colonialismo, sin que de éstas escapen tanto indígenas como ladinos, pero para poder enunciarlas primero es necesario llevar a cabo una arqueología del saber que nos permita identificar en dónde residen y cómo se manifiesta esa colonialidad de nuestro pensamiento. El simposio “Del gesto al pensamiento decolonial“, organizado por el Festival del Absurdo de este año —a realizarse en Quetzaltenango del 20 al 22 de noviembre en Ciudad de la Imaginación— podría ser un espacio para reflexionar acerca de esto.
La convocatoria al evento se articula de esta manera: “El pensamiento decolonial pregunta por qué categorías como la ‘belleza’ o la ‘representación’ han llegado a dominar toda discusión sobre el arte y a establecer los valores artísticos”. También cuestiona cómo esas categorías han llegado a organizar la forma en que pensamos de nosotros mismos y los demás.
El pensamiento decolonial estimula el análisis profundo de las “matrices de poder” establecidas por Occidente, desde el uso de herramientas críticas y de la simple desobediencia a las reglas del arte y de la “buena sociedad”. Todo ello para exponer las contradicciones de la “colonialidad“.
Este 5to Simposio de arte y pensamiento político contemporáneo, ha abierto su convocatoria a artistas, escritores, investigadores, académicos, activistas, teóricos del arte, curadores, críticos de arte y estudiantes para participar en una serie de conversaciones con Walter Mignolo, uno de los más influyentes pensadores contemporáneos del post colonialismo en América Latina.
Por supuesto, ya desde Guatemala se viene haciendo una reflexión a partir de la descolonización de los saberes dentro del arte, las ciencias sociales y otras disciplinas, pero me parece que todavía existe una falta de articulación que nos impide empezar a pensar, dialogar y debatir juntos, de ahí que algunos valiosos análisis se diluyan y pierdan el poder que podrían tener dentro de plataformas más amplias. Y me temo que esta desarticulación le viene muy bien a los poderes políticos, académicos y sociales que se benefician con poblaciones que no reflexionan acerca de su historia.
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