Hay más métodos anticonceptivos para ellas; los pocos que ellos tienen casi no los emplean
Hay más métodos anticonceptivos para ellas; los pocos que ellos tienen casi no los emplean
- Por cada diez ligaduras de tormpas de Falopio solo hubo una vasectomía.
- El sistema de salud provee la vasectomía y el condón como las únicas opciones anticonceptivas para hombres. Los destinados para cuerpos femeninos son las cirugías permanentes, píldoras, inyecciones, implante subcutáneo y dispositivos como la T de cobre.
- La cirugía para no tener hijos para mujeres tiene un costo de 4,200 quetzales y la de hombres, la vasectomía, 750 quetzales.
- La antropóloga y feminista, Silvia Trijullo, responde que es una noción histórica que representa que las mujeres tienen un cuerpo para otros, es decir, que son usados solo para reproducir o gustar.
La responsabilidad de la planificación familiar recae en las mujeres. La diferencia entre cirugías definitivas es contundente: Por cada diez ligaduras de tormpas de Falopio solo hubo una vasectomía, a pesar de ser un procedimiento simple del que ellos pueden salir caminando. En Quetzaltenango, la pandemia limitó estos servicios lo cual prevé para 2021 y 2022 más embarazos no deseados.
Ella es escritora y él es propietario de una editorial. Se conocen porque coinciden en actividades como que en la editorial de él se publicó un libro de ella.
Tienen más en común, hace algunos años se plantearon la misma pregunta: ¿Tener o no tener hijos? Ambos se respondieron para sí mismos, no. Ella es Hael López y él Manuel Rodas, 27 y 29 años.
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En internet buscaron información y el algoritmo hizo el resto, recibieron en sus redes sociales información y así se enteraron de Alas. La organización está presente en Quetzaltenango desde 2001 y se dedica al tema de la planificación familiar, ya sea para espaciar o nunca tener hijos.
Realizan dos jornadas mensuales para evitar procrear, en una de esas Hael se ligó las trompas de Falopio y Manuel se hizo la vasectomía. Para ambos, los procedimientos fueron gratuitos en el Hospital Regional de Occidente (HRO).
En 2005, el Instituto de Estadística (INE) registró en Quetzaltenango 19,789 nacimientos, en 2020 fueron 20,631.
Roxana Ramírez, ginecóloga encargada de la clínica de Planificación Familiar del Hospital Regional de Occidente, explica que la cirugía para mujeres (Oclusión Tubárica Bilateral, OTB) es más compleja y laboriosa: Utilizan anestesia epidural que abarca desde la cintura hasta las extremidades inferiores. Trazan una incisión en la cavidad abdominal para ligar las trompas de falopio. Este procedimiento puede tener efectos secundarios en las pacientes.
En tanto para la vasectomía se utiliza anestesia local, realizan una pequeña incisión en el escroto y al localizar los conductos deferentes se ligan.
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En el HRO, las OTB se recomienda luego de una intervención postparto, cesárea o legrado, se debe informar a la mujer sobre el significado de este método el cual es irreversible, y firmar un consentimiento que no requiere de la aprobación o permiso del esposo o pareja.
Hael nunca se vio como madre, aprendió sobre el embarazo como un proceso físico duro y la maternidad con todas las cargas sociales y políticas que conlleva. Al comienzo de su vida sexual temía quedar embarazada a pesar de «cuidarse». «Miles de veces escuché a cualquiera decirme que ya iba a madurar, que era cuestión de edad y que era natural, pero todo eso me hacía eco y de tantas veces que lo repitieron, ya parecía algo importante», sostiene.
Un día antes de la cirugía volvió a pensar si era lo correcto, buscó algo que la hiciera dudar o alguna posibilidad de querer ser mamá, pero no lo sintió.
Manuel escuchó durante su niñez y adolescencia a su padre decir que él no quería tener hijos, pero a pesar de eso los tuvo. El editor no quería repetir ese patrón para luego recriminar la existencia de alguien. Además, se resigna desde un plano moral a que sus hermanos ya tienen hijos por lo tanto no recae en él hacer abuelos a sus padres.
Él nunca había sido intervenido quirúrgicamente, tuvo una fractura de brazo nada más y la vasectomía le provocó miedo. «Mi cita fue en enero del 2020, lo comenté en mi casa y hubo un pequeño conflicto con mis padres, vengo de una familia tradicional que dice que “hay que tener hijos”. Me fui sin su aprobación, aunque ya no la necesitaba, soy mayor de edad».
A Hael le colocaron anestesia local, sintió dolor cuando el personal médico realizaba el procedimiento. Intentó contar el tiempo que duró la cirugía, pero el dolor la desconcentró, probablemente fueron dos minutos. La dieron de alta ese mismo día y tuvo pocas molestias en las siguientes horas. Su ciclo menstrual fue irregular, pero nada grave.
En Quetzaltenango, alrededor de 30 mujeres buscan cada mes este método definitivo de anticoncepción, contra tres o menos hombres la vasectomía. Hay más opciones para ellas porque la ciencia ha estudiado más su cuerpo en este aspecto.
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El poco estudiado cuerpo de los hombres
El Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), a través de una solicitud de Acceso a la Información Pública, enumera los métodos de planificación familiar proveídos en los Centros de Atención Permanente (CAP), puestos de salud y la red de hospitales. En todos, la vasectomía y el condón son las únicas opciones para hombres. Los destinados para cuerpos femeninos son las cirugías permanentes, píldoras, inyecciones, implante subcutáneo y dispositivos como la T de cobre.
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Para NohemÍ Racancoj, coordinadora de la Red de Organizaciones de Mujeres Indígenas, el Estado Guatemalteco violenta la Ley de acceso universal y equitativo de servicios de planificación familiar, al no tener disponibilidad de los 16 métodos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés).
Tampoco hay personal capacitado y disponible para aplicar estos procedimientos y dar el plan educacional con pertinencia cultural, o incluso en el idioma materno de las personas. Salud debe priorizar la profesionalización del recurso humano, la adquisición de insumos y no depender solo de oenegés para cubrir esta necesidad en la población, dice.
En la última década, en el departamento de Quetzaltenango se aplicaron 262,378 métodos de planificación familiar en mujeres, contra 9,538 en hombres. O sea: nueve de cada diez personas que buscan métodos anticonceptivos son mujeres, y uno es hombre, según el MSPAS.
La antropóloga y feminista, Silvia Trijullo, responde que es una noción histórica que representa que las mujeres tienen un cuerpo para otros, es decir, que son usados solo para reproducir o gustar.
El sistema patriarcal mantiene los cuerpos tutelados y controlan la sexualidad de las mujeres, con el único fin de reproducción. «Es una violencia institucional, estamos pensadas por el sistema de salud como seres para reproducir y encarna una violencia, pero como está naturalizado no lo vemos como tal».
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El Observatorio en Salud Sexual y Reproductiva (Osar), realiza monitoreos constantes con respecto al acceso de métodos de planificación familiar. Mirna Montenegro, su directora, afirma que hay más opciones para las mujeres porque históricamente se ha investigado más la fisiología de las mujeres y por lo tanto es más fácil impedir la ovulación y otras formas de evitar embarazos. Para hombres solo se ha querido estudiar cómo cortar los conductos deferentes para la vasectomía.
Falta investigar más la fisiología reproductiva masculina.
La planificación es atribución de las mujeres y pocos hombres se involucran, porque lo asocian a la infidelidad y machismo, sabe Montenegro. Por lo tanto, su intervención es la prohibición del uso de los mismos.
Más condón que vasectomía
Hasta 2016, el Consejo de Investigación Médica (ICMR por sus siglas en inglés) inició la investigación y elaboración de una inyección anticonceptiva para hombres. Tres años después se incluían las pruebas científicas y permisos para sacar al mercado este medicamento llamado Vasalgel. Medios de comunicación internacionales reportan que aún se desconoce cuándo podría usarse.
De los 9,538 hombres registrados en Quetzaltenango entre 2011 y 2021 que buscaron la anticoncepción, solo 55 optaron por el método permanente. En esos mismos diez años, 12,057 mujeres se acercaron a prevenir embarazos, entre métodos modernos y tradicionales.
Jaime Ajtún, de la Red de Hombres de Quetzaltenango, quienes trabajan en temas de salud sexual y reproductiva, y paternidad responsable, no entiende aún por qué existe resistencia para someterse a métodos anticonceptivos. Han abordado la importancia de planificar con grupos de hombres desde el ámbito económico, pero no es suficiente.
«Se necesita más acompañamiento. Con una charla de 45 minutos no es suficiente, debería ser como una escuela para que los hombres lleguen y aprendan», asegura.
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La ginecóloga, Roxana Ramírez, resalta que la efectividad en ambas cirugías, tanto para hombres como para mujeres, es similar y representa un 0.5 % de probabilidades de un embarazo. En la vasectomía hay una leve diferencia, los resultados no son inmediatos porque pueden quedar restos de espermatozoides en los conductos y deben utilizar condón al menos en las siguientes 20 eyaculaciones, después pasar por un examen llamado espermograma.
Los hombres que entienden que la planificación familiar es cosa de dos es cuando deciden operarse, dice Montenegro.
Para la activista feminista e integrante del colectivo Beradfem en Quetzaltenango, Alejandra Teleguario, es de vital importancia una educación integral en sexualidad para hombres y mujeres. La prevención de los embarazos no es solo responsabilidad de las mujeres sino un proceso a realizar en acompañamiento de ambos así tomar decisiones conscientes y a largo plazo. Ello promueve una vida integral y digna.
En la Asociación Pro Bienestar de la Familia de Guatemala (Aprofam), la cirugía para no tener hijos para mujeres tiene un costo de 4,200 quetzales y la de hombres, la vasectomía, 750 quetzales.
El Osar verificó en Quetzaltenango los servicios de salud y de los seis CAP del departamento, solo en el de la cabecera tienen personal para realizar vasectomías; las OTB de mujeres, en los hospitales nacionales. Han solicitado personal y equipo para el de San Juan Ostuncalco que cuenta con la infraestructura, pero no el recurso humano.
En Guatemala existe desde noviembre de 2005 la Ley de Acceso Universal y Equitativo de Servicios de Planificación Familiar. El artículo 3 dice: «el destinatario es para la población en general, pero hace énfasis en “mujeres, adolescentes, parejas y hombres del área rural que no tengan acceso a servicios básicos de salud promoviendo y asegurándose el acceso equitativo de servicios de planificación». Pero las estadísticas distan de ser equitativas y reflejan la desigualdad entre hombres y mujeres para hacerse cargo de la planificación familiar y el uso de métodos anticonceptivos.
El informe de Oxfam Entre el suelo y el Cielo, de marzo de 2019, aborda el tema de la desigualdad en Guatemala en el ejercicio de los derechos reproductivos. Alguien con escolaridad universitaria y un nivel socioeconómico alto tiene más probabilidades de emplear métodos anticonceptivos. Lo atañen a un privilegio, a tener la información al alcance sobre las posibilidades para planificar e incluso evitar embarazos en adolescentes.
El mismo estudio evidencia que el porcentaje de embarazos en adolescentes sin mayor escolaridad es cinco veces mayor al de las universitarias, y eso lo condiciona a violencia contra la mujer.
«Vengo al control de mi hijo, pero mi esposo me pregunta qué hice, controla lo que hablo porque dice que las enfermeras quieren que ya no tengamos más hijos y que ese no es el plan de Dios», cuenta una joven de 23 años y con dos hijas con dos años de intervalo entre ambas. Hasta ahora no ha utilizado métodos para evitar un tercer embarazo.
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Y la pandemia
Desde marzo de 2021 se suspendieron servicios de consulta externa en los hospitales y otras especialidades en los centros y puestos de salud, miles de cirugías y atenciones especializadas programadas se cancelaron. También se cerraron las clínicas de planificación familiar.
En el Hospital Regional de Occidente de enero a mayo de 2019 se realizaron 953 cirugías, en los primeros tres meses de 2020 contaron 874. De enero a mayo de 2021 fueron 253. El MSPAS declaró alerta roja en hospitales de la red de servicios públicos para priorizar la atención en caso de COVID-19. Las cirugías electivas están suspendidas.
El jefe del Centro de Atención Permanente en Quetzaltenango, Salvador Soto, informó de la interrupción del convenio con Aprofam para realizar cirugías gratuitas de planificación familiar para mujeres. Las vasectomías, sin embargo, sí las realizan incluso en un CAP (los viernes) porque requiere menos equipo quirúrgico por su sencillez.
En el mes destinaban dos días para llevar a cabo operaciones de ligadura de trompas de falopio, significaba 40 mujeres contra siete hombres en busca de la vasectomía.
En un análisis de Osar sobre el impacto de la pandemia respecto al acceso a servicios de salud, profundizó las desigualdades e inequidades en la salud sexual y reproductiva. Los meses de confinamiento redujeron la atención y consejería en temas de anticoncepción.
En la revisión comparativa de marzo a diciembre de 2019 y 2020, se nota la disminución del uso de métodos anticonceptivos un 40 % y esto llegará a 2021 y 2022 convertido en embarazos no deseados.
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A Manuel le quedó pendiente el espermograma porque la pandemia cerró esos servicios, su pareja lo entendió.
Hael opina que la sociedad machista ha hecho creer que las mujeres tienen como última y mayor meta ser madres, pero ella tuvo la oportunidad de decidir. Enfatiza que esta cirugía representó un gran cambio en su vida, que no está ligado al sexo siquiera, sino en la autonimía sobre su cuerpo, quitarse un miedo impuesto y sentir una pertenencia completa.
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* Esta publicación es parte del programa de formación para periodistas departamentales Plaza Pública 2021. Para conocer cómo ser parte haz click aquí.
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