Les deseo lo mejor para el fin de año y un 2018 lleno de música.
Los mejores discos
Collective Awakening, de Filoxera
A solo unos meses de haber lanzado su disco debut, #JustMakeMusic (2016), la banda Filoxera publicó en abril de este año Collective Awakening, un álbum lleno de color, creativo y con personalidad, que lleva un paso más allá a una banda cuya característica principal es la búsqueda de nuevos sonidos con la vanguardia como horizonte. Podés leer mi reseña original sobre este álbum aquí.
Cuatro piezas guatemaltecas, de Imox Jazz
El cuarteto Imox Jazz decidió inyectarles nueva vida a cuatro de las canciones guatemaltecas más populares de todos los tiempos. Esto, a través de arreglos originales en jazz que son un deleite para cualquier persona que gusta de la música. Cada integrante del grupo compuso un arreglo para una pieza. El resultado es rico y sorprendente.
Kontrabando, vol. 1, de Kontrabando
Con canciones compuestas y grabadas entre 2014 y 2016, Kontra Marín y su banda Kontrabando (que más funciona como un colectivo) publicaron este año Kontrabando, vol. 1. Es un disco interesante, donde el rap se luce con arreglos orgánicos que ayudan a dar otra dimensión a las filosas letras de Kontra Marín.
Las mejores canciones
The Killer Tomato regresó este año al estudio de grabación y presentó Las ausencias, una llamada de atención hacia la memoria histórica presentada elegantemente con un rocksteady y armonías vocales.
En abril, la banda Yerimkala demostró, con su álbum homónimo, que el rock fuerte sigue latente en la escena. De ese material, la canción Fer Zach Pepe combina efectivamente el inglés y el español al mismo tiempo que el funk y el rock pesado.
El Clubo publicó en noviembre Bajo control, su primera canción inédita desde su disco Documento gris (2013). En este tema, Rodrigo el Canche Zarco hace una intensa interpretación vocal con un rock potente y bien hecho.
Siguiendo con el rock, en agosto, Cameo Dr. lanzó su álbum debut You Know You’re Wrong, del cual el primer sencillo, Reach Me, presenta un rocanrol con influencias de Queens of the Stone Age que se pega y se disfruta.
Por su parte, Kin, que sigue sin lanzar disco, presentó Cuadro de abstinencia. Esta fantástica canción recuerda al rock sudamericano de los 90, pero con personalidad actual y propia, además de la excelente interpretación vocal de Tony Delgado.
Hot Sugar Mama presentó en julio On a Row como un sencillo de transición en el que, además, el guitarrista Charli Springmuhl toma las voces. Una canción enérgica, bien hecha y que marca un antes y un después en la banda.
Este año marcó el regreso de Easy Easy. Sin Jesse Báez en las voces, pero con Sofía Insúa, quien, hay que decirlo, será una digna sucesora. En noviembre la banda presentó Look at Me, una canción pop con sonido moderno, creativa, rica y con mucho potencial comercial.
Carol Villagrán convirtió toda la indignación y frustración en un tributo a las niñas del hogar seguro con el tema Antes de irme, una canción sentida, que duele en el alma.
En febrero, Tijuana Love publicó Te quedaste, una joya de dance alternativo. Es una canción que se disfruta, divertida, con un estribillo que se queda y bonitos arreglos.
José Soto irrumpió en la escena musical este año y presentó en noviembre Madrid, una canción orgánica en la que hace alarde de sus dotes para la composición efectiva y en la cual, además, deja ver una genuina intención de hacer música pop de calidad.
El guitarrista Cristóbal Pinto dejó su banda de rock Yerimkala para presentar su álbum de jazz Déjà vu, del cual sobresale la canción del mismo nombre, que deja ver el talento y el virtuosismo de un guitarrista que promete mucho para la escena de este género en Guatemala.
Lo bueno
Los Premios Estela
Por segundo año consecutivo, Musicartes y Aginpro llevaron a cabo los Premios Estela, que premian lo mejor de la música hecha en Guatemala y en los que tuve el honor de participar como jurado calificador. Iniciativas como esta son vitales para el fortalecimiento de la industria musical en el país no solo porque se hace un reconocimiento a quienes trabajan en la música, sino también porque se le da un valor a la producción nacional, valor que muchas veces pareciera ser nulo, incluso para quienes están inmersos en las diferentes escenas. Hay que destacar, además, la convivencia que se genera entre el gremio musical durante la ceremonia, en la que no importa quién gana o pierde, sino la experiencia de compartir y valorar la música de todos y todas en comunidad. Ojalá el próximo año sean más los músicos que se unan a esta iniciativa y presenten sus materiales para ser tomados en cuenta.
Festival Barrilete
Este año, por segunda ocasión, se llevó a cabo en noviembre el Festival Barrilete, el cual presenta una radiografía de lo que está sucediendo en la escena de la música alternativa en Guatemala. Este año, a diferencia del 2016, fueron dos días de música y celebración, con más bandas y mejor organización. Ojalá el festival siga creciendo.
El Abejorro
Hay que reconocer que este año El Abejorro abrió de par en par sus puertas a la música nacional. El lugar no solo dio oportunidad y espacio con todo y sonido para que bandas y artistas de diferentes géneros se presentaran, sino que también organizó varias ediciones del festival Abejorrock, que puso en escenario a cuatro bandas de rock por noche y además les pagó por su participación, aunque no le haya sido del todo rentable. Hay que decir que esto es una verdadera rareza, pues la mayoría de lugares solo están dispuestos a pagar por la música cuando son covers. Para las bandas será muy importante trabajar en sus estrategias de convocatoria y así mantener oportunidades como las que dan El Abejorro y otros pocos lugares.
Viernes Verde
La banda más longeva del rock nacional cumplió 24 años ininterrumpidos de hacer música y de recorrer el país. Es esperanzador para la industria musical guatemalteca que después de tanto tiempo exista una banda en Guatemala que contra todas las probabilidades haya logrado mantenerse sin descansos y siga haciendo música (este año la banda lanzó su séptimo disco de estudio, titulado P. M.) y trabajando en próximos proyectos. La banda se dispone a lanzar su octavo álbum de estudio en 2018 y fue invitada al festival Vive Latino, uno de los más importantes de América Latina. Aquí mi artículo sobre la trayectoria de Viernes Verde.
Jesse Báez
Con su propuesta de trap y R&B, el cantante guatemalteco parece haber encontrado la fórmula de la internacionalización y ha viajado por varias partes del mundo presentando su música. Este año Báez firmó con la disquera transnacional Universal Music. Sin lugar a dudas, una buena noticia.
Lo malo
Una cartelera llena de tributos
Tristemente, este año nada cambió en el rock. Los fines de semana estuvieron repletos de tributos. Al parecer, lo único que mueve a una persona a pagar una entrada o a ir a algún lugar es la música vieja, muchas veces mal interpretada por bandas que ganan mejor que las que tocan música original. Es problema del público. Ojalá el próximo año haya más música original y menos covers.
La interminable lista de tributos a la música de Ricardo Andrade (reunión de Estrés incluida)
A 15 años del fallecimiento de Ricardo Andrade, parece ser que los tributos a su música son y han sido, durante la misma cantidad de años, una constante en las carteleras, lo cual da un sentimiento como de abuso de un recurso cuyo autor, lastimosamente, ya no está más con nosotros. Duele también porque Ricardo siempre quiso inspirar a la gente a hacer música en Guatemala, no a reproducir la suya una y otra vez hasta el hartazgo con tal de ganar algunos quetzales. No se trata de olvidarlo. Se trata de seguir su ejemplo.
En cuanto a la reunión de Estrés, sé que hubo un genuino interés por parte de los organizadores de hacer algo interesante y bonito con la música de este cantautor y que, además, lo lograron invitando al cantante mexicano Ugo Rodríguez, de Azul Violeta (de quien me consta que Ricardo era fan). Sin embargo, aunque haya sido un mejor evento, cae en lo mismo que los tributos, más tomando en cuenta que se revivió a una banda que, después de haber conocido bien a Ricardo (lo puedo decir con propiedad), él nunca habría revivido. Ojalá esa reunión sirva, más que para seguir quemando las canciones clásicas de Ricardo Andrade, para publicar nueva música y hacer cosas chileras.
Casi nula presencia de música nacional en radio
Este año, Monitor Latino presentó algunas estadísticas sobre lo que suena en las radios nacionales y se pudo comprobar lo obvio: en Guatemala, el porcentaje de música nacional que suena a través de las ondas es del 2 %, o sea, casi nada. Una lástima considerando, primero, la cantidad y la calidad de producción que existe en el país y, segundo, el poco respeto a la ley por parte de las radios, ya que esta establece que su programación debe contener un mínimo del 25 % de música nacional. No respetar la ley también es corrupción. Ahora bien, también hay que decir que existen muchos artistas que, aunque tienen una propuesta de calidad, no son nada cumplidos, no cuentan con insumos e información preparada sobre su música y no hacen el trabajo de medios o de relaciones públicas para llegar a las estaciones y presentar su propuesta de una forma completa.
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