Ambas noticias son malas, ya que gracias a investigaciones del MP y de la Cicig, en los casos conocidos como Negociantes de la Salud e IGSS-Pisa, conocimos que varias de las peores mafias del país se volvían multimillonarios a través de los procesos de adquisiciones, en los cuales se compraban medicinas a precios dos o tres veces más caros que los del mercado. Esta bacanal de corrupción se les ha ido cerrando con la implementación de los procesos de la Unops.
Es por ello que, al ver las noticias de los cientos de millones de quetzales que se ha ahorrado el país en esas compras, me sorprende que la respuesta a esto sea un ataque de la Controlaría General de Cuentas ordenando múltiples auditorias. En mi experiencia reciente, sé que esta entidad se ha convertido en el arma del Congreso y de otras fuerzas oscuras para atacar a sus rivales políticos o a quienes entorpecen sus negocios. Ya lo vimos en mi campaña con una denuncia espuria y en el caso de la sobrevaloración inexistente en la compra del edificio del MP en la zona 5.
Pero dejó de sorprenderme cuando vi quién es la secretaria general designada por el presidente Giammattei. La abogada Leyla Lemus también fue jefa del departamento jurídico de la Contraloría en los años de Nora Segura (de quien se dice que controla, junto con Carlos Mencos, los procesos de elección de contralor general en las comisiones de postulación) y fue nombrada contralora en el gobierno de la UNE por recomendación de Gustavo Alejos en los tiempos de este como secretario privado. También se rumoraba que esta persona regresaría a la Contraloría con la entrada del nuevo contralor.
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Sin embargo, la abogada Lemus no regresó, pues servirá mejor a los intereses de sus clientes desde la Secretaría General. Estos clientes son nada más y nada menos que farmacéuticas que venden insumos al IGSS y que se han visto afectadas por la implementación del acuerdo con la Unops, el cual, reitero, le ha permitido al país ahorrar cientos de millones de quetzales. La entidad Nipro, a la que la abogada Lemus ha representado, aparece en Guatecompras adjudicada en varias ventas de hemodiálisis por la vía de la compra directa, poniendo los precios que quiere y abusando del hecho de que es casi el único proveedor que participa en esta modalidad de compra.
Estas prácticas monopólicas y corruptas en la modalidad de compra directa, ya sea por solicitud de los hospitales regionales o por medio de acciones de amparo interpuestas por abogados pagados por casas farmacéuticas, fueron reveladas mediante el caso Negociantes de la Salud. Sin embargo, continúan a la fecha, pues, aunque el trabajo de la Unops y del IGSS ha sido digno de aplaudir, todavía falta mucho por hacer.
En su momento me sacaron de la SAT por haberles cobrado a grandes defraudadores y buscado que todos respetaran la ley por igual. Ahora no me extraña que quieran intervenir el IGSS y sacar a la Unops por el simple hecho de ahorrar cientos de millones de quetzales en medicinas y de afectar así los negocios corruptos de los mismos ladrones de siempre. Vivimos en el país del absurdo, donde los delincuentes ahora juzgan a los funcionarios públicos probos en comisiones ilegales y donde los buenos esfuerzos por mejorar las instituciones reciben como premio la intervención o el despido de sus autoridades.
¿Será que el presidente electo Giammattei conoce los intereses que defiende su secretaria general designada? ¿Sabe además de la relación de esta con Gustavo Alejos y con las mafias de las medicinas? ¿Conoce a fondo los beneficios del convenio con la Unops? Ojalá tome las mejores decisiones en beneficio de todos los afiliados al IGSS y del país en general.
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