Ya no es posible hacer separaciones claras entre el Primer Mundo y el Tercer Mundo, y los lugares donde actualmente conviven los individuos más ricos, los principales centros de alta tecnología y las más amplias clases medias del mundo están rodeados-contenidos por áreas de extrema pobreza, desertificación social o zonas de anarquía y cefalea estatal. Entender esto bajo las teorías mainstream de las ciencias sociales es, principalmente por las razones anteriormente expuestas, un intento demasiado vago para intentar explicar y formular cuál es la situación pasada, presente y futura del mundo. Así, desde mi área de especialización buscamos dar especial relevancia y atención a la problematización del Sur global en la reinterpretación de las categorías convencionales que ofrecen los medios de comunicación y las ciencias sociales.
Para lograr esto, primero es necesario que reconozcamos el auge de los países del Sur como un hecho, incluso si se ajusta a todo tipo de obstáculos y reveses. No hay duda de que el Sur global ahora juega un papel importante en las categorías de la industrialización, el comercio, las finanzas, la política, la educación y la demografía. Además, las economías del Sur han estado creciendo a un ritmo mucho más rápido que los establecidos en las últimas tres décadas, y las proyecciones muestran que esto continuará.
Es bien sabido por todos que los centros de fabricación están creciendo en el Sur global y que la desindustrialización es el tema principal en el Norte. Los nodos en Colombia, Brasil, China e India que combinan mano de obra barata con buena infraestructura y educación decente se han convertido en las fábricas globales, mientras que las de Europa y de América del Norte en el sector manufacturero han ido disminuyendo en la última década (Nederveen Pieterse, 2009). Expandiendo la lupa, y sin hacer juicios respecto a los países anteriores, es como nuestro análisis se vuelve más complejo al identificar que dentro de la dinámica anterior hay otros países, como Guatemala, Bangladesh o Sudáfrica, que compiten aprovechando la libertad que les ofrece el Estado para explotar mano de obra aún más barata, menos sana y menos alimentada e incrementar así el rol que el Sur global juega en el comercio global (Winters y Yusuf, 2007).
China se ha convertido en el principal exportador del mundo. Al mismo tiempo, la creciente importancia de las materias primas refuerza la posición de los exportadores de las que hasta ahora se han considerado como la encarnación de la teoría de la dependencia. La reorientación de los flujos de producción y comercio está vinculada a una nueva geografía económica. Las reservas mundiales de dinero están siendo almacenadas en Abu Dabi, Dubái, Pekín y Panamá, y no en Londres, Fráncfort y Washington. Sin acceso a estas reservas, el Norte está cerca de la declaración de quiebra (Prestowitz, 2005) y la crisis continuará.
La confianza en la economía mixta (neoliberalismo) y la capacidad del capitalismo corporativista occidental se han hecho añicos y se han vuelto a levantar gracias a lo que el famoso Piketty llamaría «estrangulación» de los países del Sur global. El sistema internacional dirigido por el FMI y el Banco Mundial (o, más claro, por los Estados Unidos) no es relevante para el siglo XXI de la misma manera en que lo fue durante el siglo XX. Ahora, estas instituciones se han vuelto más sagaces y peligrosas en sus estrategias económicas y financieras con la firma de acuerdos regionales y Sur-Sur de cooperación, que en apariencia están empezando a sustituir ese sistema (Harris, 2005). Ante esto, el surgimiento de la cooperación Sur-Sur parece ser una forma de evitar las dinámicas de acción de los países del Norte, siempre y cuando estos acuerdos internacionales tengan el consentimiento de Pekín y Moscú, al menos en el mismo grado en que solían tenerlo de Washington. Y es que, por el momento, los Estados que componen el Sur global no son ni un contrapeso real ni un sistema unificado para los Estados del Norte global (Palat, 2009).
Así, la tendencia histórica nos lleva ahora a identificar que la dominación euro-americana regresa velozmente al mundo multicéntrico que ha caracterizado la mayor parte de la historia humana (Abu-Lughod, 1989; Frank, 1998). Entender cuál es este mundo multicéntrico al que nos enfrentamos será un enorme reto para nosotros. Problematizar sus orígenes (énfasis en la multiplicidad), comprender sus fuentes (el discurso androcéntrico en el que fue engendrado), identificar la agencia y las relaciones de poder (antecedentes y existentes), repensar nuestro rol (como agentes y sujetos, como votantes locales y como ciudadanos globales) y concretar una historia transversal que nos informe y abra más puertas a más preguntas sociales es uno de los objetivos del próximo artículo.
Referencias:
- Abu-Lughod, Janet L. Before European Hegemony. The World System, A. D. 1250-1350, Nueva York: Oxford UP, 1989.
- Frank, André Gunder. ReOrient, Berkeley: University of California Press, 1998.
- Harris, Jerry. «Emerging Third World Powers: China, India and Brazil», en Race & Class, 46, 2005. S. 7-27.
- Nederveen Pieterse, Jan. «Twenty-first Century Globalization: Global Sociology», en Boike Rehbein: Globalization and Emerging Societies. Basingstoke: Palgrave, 2009. S. 15-38.
- Palat, Ravi A. «Rise of the Global South and Emerging Contours of a New World Order», en Jan Nederveen Pieterse y Boike Rehbein: Globalization and Emerging Societies. Basingstoke: Palgrave, 2009. S. 39-60.
- Prestowitz, Clyde. Three Billion New Capitalists. Nueva York: Basic Books, 2005.
- Winters, L. Alan & Yusuf, Shahid. «Introduction», en Dancing with Giants. China, India, and the Global Economy. Washington-Singapur: World Bank, 2007. S. 1-34.
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