Sin embargo, pocas comunidades cuentan con institutos de educación básica, y no digamos de educación diversificada. Algunos padres optan por enviar a sus hijos a comunidades cercanas o a cabeceras municipales para que puedan continuar sus estudios. Por ende, la llegada del ciclo escolar genera vida en muchos pueblos y ciudades del país: estimula la economía a través del transporte, de la venta de útiles, materiales escolares y refacciones, etc. Diariamente, microbuses y picops recorren caminos de terracería llevando y trayendo no solo amas de casa de y al mercado, sino principalmente maestros y alumnos que van y vienen de sus casas a los centros de estudios.
Los desplazamientos internos de un número creciente de estudiantes aumentan conforme se eleva el nivel escolar, y los establecimientos educativos, públicos o privados, comienzan a escasear y concentrarse en ciertos pueblos o ciudades. A finales del siglo XIX fueron fundados los institutos normales de varones y de señoritas de occidente y oriente —INVO e INSO—, el primero con sede en Quetzaltenango y el segundo en Chiquimula; el Instituto Normal de Varones, el instituto Belén y el Instituto Normal de Centroamérica —INCA— en la ciudad de Guatemala; y el Instituto Normal Mixto de Occidente —INMO— en San Marcos. Desde entonces abren sus puertas a cientos de estudiantes procedentes de departamentos vecinos. Dadas las distancias, estos establecimientos educativos ofrecían el servicio de internado. Los estudiantes internos tenían así un lugar donde dormir, alimentarse y estudiar fuera de los horarios de clase en un ambiente controlado, lo cual ofrecía a los padres seguridad sobre el desempeño y el comportamiento de sus hijos.
El servicio de internado se sigue ofreciendo en establecimientos como el instituto Adolfo V. Hall (con varias sedes en el país), el instituto de varones Santiago (ciudad de Guatemala), algunas escuelas normales y algunos establecimientos privados, especialmente de corte religioso, como los colegios La Patria, Amigos, La Salle y Bethania, la mayoría de ellos ubicados fuera de la ciudad de Guatemala.
Otra alternativa de hospedaje para estudiantes de nivel medio o universitario son las casas de huéspedes. Estas, manejadas generalmente por familias o amas de casa, ofrecen, al igual que los internados, un espacio para dormir, alimentación y lavado y planchado de ropa. Al igual que en los internados, existen horarios de comida e ingreso a la casa, pero sin control sobre las actividades de los estudiantes.
Los internados y las casas de huéspedes ofrecen una opción de alojamiento a jóvenes que desean continuar estudios fuera de su lugar de habitación. Las casas de huéspedes también ofrecen alojamiento a personas que trabajan periódicamente fuera de su hogar. Los apartamentos compartidos por jóvenes son una opción relativamente reciente que, si bien significa posiblemente un ahorro económico y libertad de comportamiento, también implica las responsabilidades de administrar un hogar. De cualquier manera, estas son alternativas que facilitan el alojamiento de numerosas personas, especialmente jóvenes, que migran para vivir cerca de su lugar de estudio o trabajo.
La educación no solo es fuente de conocimiento. También es motor de economía y causa de movilizaciones dentro del país. Los costos económicos y familiares de desplazamientos y migraciones de los estudiantes generalmente corren a cargo de los padres, un precio que solo un porcentaje bajo de familias puede afrontar. Esta situación continuará mientras el acceso a la educación sea inequitativo.
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