Estos son algunos temas tabú que no serán discutidos abiertamente en la próxima campaña electoral. Más adelante argumento en torno a esta predicción pesimista.
- La necesidad de una reforma fiscal progresiva. Es probable que sea abordada por el Movimiento Semilla, pero no creo que este base su discurso en dicho tema, que requiere desmontar una serie de mitos afianzados en las capas medias y bajas, las cuales, sin saberlo, protegen a sus explotadores.
- La pobreza extrema, que debería ser un asunto de interés nacional y que guarda relación con los más severos problemas nacionales. En este continente, solo Guatemala y Honduras aumentaron la pobreza extrema en los últimos diez años. Para revertir esa tendencia es necesario disponer de recursos provenientes de impuestos.
- La política monetaria y en particular la deuda pública, que crece sin parar y que además es un negociazo para los bancos que se dedican a mamar de los títulos exentos de impuestos. La fauna del sector financiero estará feliz de permanecer invisible.
- La regulación de actividades públicas y privadas que destruyen el ambiente y construyen riesgos para las personas. En ese sentido, se necesitan leyes e instituciones que modernicen el ordenamiento territorial, la construcción, la protección y el uso del agua, el rescate y la protección ambiental y temas puntuales como la proscripción de la minería más contaminante. Esos y otros temas tienen costos que debemos asumir, pero existen sectores que están a gusto con el estado actual de las cosas.
- La legislación laboral, incluyendo los salarios mínimos diferenciados y la contratación a tiempo parcial, pero con mecanismos efectivos para la protección de los derechos y el acceso a la seguridad social. Ofrecer solamente salarios diferenciados es no solo irresponsable, sino también más de lo mismo, o sea, más pobreza.
- La recuperación de un Estado financiado con impuestos, que crezca en tamaño y en eficiencia en sectores obligados como la salud, la educación, la seguridad democrática y el combate de la pobreza. En ese sentido, percibo que la excepción es el MLP, que ha planteado una estrategia fundacional para transformar estructuras sociales de manera radical. Evidentemente, más Estado significa, para algunos sectores, menos negocios.
- Otros temas como los derechos de las mujeres, de los pueblos originarios o de las minorías víctimas de exclusión. Seguramente estarán ausentes en la mayoría de las campañas. Y si aparecen, no creo que sean centrales en los discursos.
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¿Por qué pienso que los temas anotados arriba no se discutirán abiertamente? En pocas palabras, quienes controlan el acceso al discurso controlan la mente de las personas, pues así determinan aquello en lo cual se pensará y de lo cual se hablará. Por supuesto existen intereses claros de quienes se benefician con este recurso efectivo: en un país con abrumadoras desigualdades, desplazar el debate a temas intrascendentes sirve para que todo siga igual.
En ese orden de ideas, Manolo Vela discurrió sobre la contienda para controlar el discurso electoral, en la cual resalta la oposición entre el discurso de la lucha contra la corrupción y el del miedo y el odio. Pero incluso el primer discurso no deja de ser superficial, ya que la lucha contra la corrupción es un tema importante y transideológico, pero que no alcanza para desmontar la corrupción legalizada por décadas de neoliberalismo. Asimismo, temas importantes para la gente, como el empleo, se quedan en la superficie porque cualquiera puede ofrecer empleos, pero en la mayoría de los casos encontraremos detrás la misma receta de los últimos 40 años: poca o nula tributación, regulación inexistente y una risible protección de los derechos laborales.
Habrá que esperar al inicio de la campaña, en la cual algunas voces tal vez rompan con mi predicción pesimista. Pero estoy seguro de que ya existe una contienda discursiva que ocupa dos temas: la lucha contra la corrupción y los discursos antiderechos, que posiblemente disputarán la atención de la gente y le harán un favor a quienes se beneficien de que, en el fondo, todo siga igual.
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