En 160 años (desde la de 1825, hasta la actual-1985-), nuestro Estado ha tenido al menos 7 Constituciones (1 cada 22 años en promedio), cada cual con una variopinta cantidad de reformas y enmiendas. Constituciones se intercalan con comisiones constitucionales, Asambleas Constituyentes o Estatutos Temporales de Gobierno. Vista así, nuestra actual Constitución es, después de la de 1879, una de las más estables. Y, hasta ahora, la menos tocada.
Cuando menos 48 hombres,- algunos nombres repetidos y otros en Juntas- han gobernado de 1821 a la fecha. Si fuera un promedio simple , sería 3.3 años cada uno, menos de un período actual de gobierno. Unos duraron días, meses, otros un año o algo más. Para otros, "fin" no era palabra en su diccionario: cuatro gobernaron por un acumulado equivalente al menos al 42% del tiempo transcurrido de 1825 para acá. Otro 12% de nuestra vida republicana corresponde a los gobiernos militares que promulgaron o rigieron bajo la Constitución de 1965. En tiempos "democráticos", otros más han soñado con la continuidad de sus partidos...y no lo han logrado, hasta ahora.
La primera Constitución (1825) duró apenas 14 años (hasta la disolución del Federalismo Centroamericano). 6 años de "ires y venires" constitucionales tomó convertir a Rafael Carrera en presidente vitalicio.
Desde su muerte (1865) hasta que asume Justo Rufino Barrios la presidencia en 1873, las pugnas entre liberales y conservadores eran tan intensas que malograron los intentos de Miguel García Granados por forjar una nueva Constitución. La de 1789 finalmente significó la victoria liberal pero también el "acomodo" de su ideario a la particular manera de gobernar del caudillo Barrios, en lo que el doctor Jorge Mario García Laguardia denomina la "dictadura democrática" de quien fuera presidente hasta 1885, año de su muerte.
La Constitución de 1879, es de todas, la que más larga vigencia ha tenido (hasta 1944); eso sí, sufrió 8 enmiendas en 64 años y cobijó 3 dictaduras diferentes: la de Justo Rufino Barrios (12 años), la de Manuel Estrada Cabrera (12 años) y la de Jorge Ubico (13 años).
En contraste, la Constitución de 1945 y la de la Contrarrevolución duraron cada una, apenas una década. Como ya mencionado, la promulgada en 1965 amparó 20 años de gobiernos militares, entre golpes de Estado y gobiernos electos, amén del conflicto armado interno. Fue derogada en 1982 por otro golpe de Estado, que inició el proceso democratizador del país.
La de 1985 tiene 27 años de vigencia. Ya sufrió también su casi-golpe de Estado (1993), sus asonadas y , para no quedarse atrás, tuvo ya sus correspondientes enmiendas, una aprobada y la otra no. Ha cobijado 8 presidentes democráticamente electos, testimonió la firma de la Paz y una trilogía de leyes que, como pocas veces en la historia jurídica y política del país, han obligado -aún con déficits- a una más amplia participación ciudadana en el devenir del Estado.
Para emitir esta Constitución señala García Laguardia que se eligió libremente una Asamblea Constituyente, en la que distintas fuerzas, ninguna mayoritaria, tuvieron que hacer permanentes negociaciones para obtener consensos y definiciones. Algunas fueron diferencias pospuestas en el tiempo, muchas aún esperando ser resueltas casi tres décadas después.
La historia me muestra que, después de todo, ha sido más fácil cambiar la Constitución que cambiar el Estado; y todavía más cambiar las fuerzas que lo conservan todo en su lugar, a pesar de tanto cambio. Saque usted, estimado lector, sus propias conclusiones. Para ello, la "Breve Historia Constitucional" escrita por el doctor Jorge Mario García Laguardia le puede ser de invaluable utilidad. Su lectura derivó en estas reflexiones, de las cuales soy la única responsable de las inexactitudes y errores de interpretación.
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