Ellos nos acostumbraron a las injusticias y la impunidad, a dar las gracias porque no nos va peor, a encomendarnos a cualquiera de los millones de dioses cada vez que salimos de casa y, peor aún, nos condenaron a pensar que ya no hay nada que hacer.
Por eso les resulta tremendamente incómodo enfrentarse a personas inconformes ante esta patria asesina, dispuestas y dispuestos a luchar para construir un país donde quepamos todes. Les resulta molesto escuchar voces que les dicen sus verdades, que se convierten en los espejos donde realmente pueden verse reflejados como los delincuentes, criminales y parias que son. Por eso, no se hartan de buscar de todas las formas posibles acabar con cualquier chispa revolucionaria, con cualquier movimiento que cuestione los privilegios y beneficios con los cuales han lucrado durante años.
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Por eso es que el Consejo Superior Universitario (CSU), conformado por un grupo de cobardes, cómplices del usurpador Walter Mazariegos, decidió expulsar al digno representante estudiantil Camilo García, quien, con valentía, ha continuado en la lucha por la única universidad pública del país. Misma que se encuentra fuertemente amenazada en su autonomía, sus recursos, su gratuidad y calidad por la banda criminal que a la fuerza y descaro tomó la rectoría. El problema de sanciones de este tipo es que atentan contra el derecho fundamental de disentir, de expresarse libremente y, fundamentalmente, buscan reprimir, amedrentar y generar temor a quienes se oponen a esa mafia que busca destruir a la USAC.
Por eso es que, también, en este año electoral, el Tribunal Supremo Electoral (TSE), aún a pesar de tener la documentación en orden, el 28 de enero negó la inscripción del candidato a vicepresidente Jordán Rodas, por parte del Movimiento por la Liberación de los Pueblos (MLP). Como no podía ser de otra forma con un ente servil, no objetó en lo más mínimo la inscripción de la candidata por la coalición de partidos Valor-Unionista, Zury Ríos, hija del general, dictador y genocida Efraín Ríos Montt, por más claros que sean sus impedimentos constitucionales. O, incluso, llega al extremo del descaro al permitir la participación del autoconfeso narcotraficante Exadillas Ramos del partido Vamos[1], quien ahora es candidato a alcalde para el municipio de Esquipulas Palo Gordo, allá en el departamento de San Marcos. Asimismo, tampoco el TSE coloca impedimentos a la participación de candidatos con señalamientos fuertes como vínculos con el narcotráfico, formar parte de la lista Engel, violentar mujeres o ser muy conocidos por vivir del Estado, que por años han engullido sin sonrojarse los recursos del país para aumentar su mal habido patrimonio.
Es alarmante que el TSE, esté siendo el engranaje de las mafias, y sea esta maquinaria que impulsa el final de una insípida democracia a través de decisiones ilegítimas e ilegales. Parece ser que la dictadura se concreta y nosotros solo estamos siendo espectadores.
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