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Ilustración: Diego Sac para Plaza Pública

Código 300. Episodio 6. El estudiante

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Código 300. Episodio 6. El estudiante

Autoría
Ilustración: Diego Sac
Historia completa Temas clave

Willy era un muchacho callado, así lo recuerda su hermana, Miriam Ramírez Gálvez. Las fuerzas del Estado lo acusaron de tener granadas y distribuir estopines. Miriam y su familia presenciaron su tortura y secuestro el 14 de febrero de 1984. Es otra de las víctimas que aparece en el Diario Militar.

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Esta es la transcripción del Episodio 5 de la serie Código 300: Las historias del Diario Militar, 25 años después

Miriam: Yo, en lo particular, me llevaba más con él, porque su carácter era tranquilo. Él no peleaba, no discutía, o sea, era bien bonito su modo, ¿verdad?

Melani: Ella es Miriam Ramírez, es secretaria de la junta directiva de FAMDEGUA, la Asociación Familiares de Detenidos de Guatemala. También es hermana de Carlos Guillermo Ramírez Gálvez, Willy, desaparecido por el Estado guatemalteco hace 40 años.

-MÚSICA SUAVE-

Soy Melani Coyoy y este episodio forma parte del especial  de Plaza Pública, Código 300, que recoge algunas historias del Diario Militar a 25 años de que se hiciera público.

Miriam: mi papá fue comunista, o sea, traía de dónde, era verdad. Pero no todos fuimos así, no todos pensamos así. Yo creo que fue él solo, el único que decidió tomar esa militancia.

Melani: Miriam recuerda a su hermano. Le decían Willy por Guillermo y era más bien un joven reservado.

Cerca de su casa, en la zona 21 de Ciudad de Guatemala, hay una iglesia y Willy había participado ahí como monaguillo. Era muy tranquilo, por eso les resultó difícil imaginarlo participando activamente en movimientos sociales.

Miriam:  Él era un niño bien tranquilo y todo. Él trataba la manera de jugar, de bromear. A veces nos hacía como preguntas, qué queríamos ser nosotros cuando ya de grandes, verdad y que queríamos estudiar, qué queríamos hacer. E incluso una vez me preguntó él ¿tú te quieres casar? me dijo. No, le dije. Yo, no me quiero casar, le dije. Pero ¿por qué? ¿por queé? No, le dije. No, no me quiero casar.

Bueno, me decía. Entonces vine yo y le pregunté: ¿y tú te quieres casar? Ah, no sé, no sé, todavía no lo sé porque no tengo la edad para casarme, me dijo

Melani: Willy era el quinto de seis hermanos y entre Miriam y él había una brecha de 8 años.

Al contrario de su hermanito, ella tenía un carácter fuerte y cree que por eso quizá de haber pertenecido a la Organización del Pueblo en Armas, ORPA, como aparece en el Diario Militar, nunca le habría contado

Miriam:  Mi carácter era un poco fuerte. Y cuando ellos me decían algo y a mí no me gustaba, yo se lo comentaba a mi mamá o a mi papá, a cualquiera de los dos, verdad. Pero en ese entonces él, sino me imagino, le digo, me imagino, verdad, que mi hermana la más grande sí, supo que él estaba meditando él sí, supo. Ella sí supo, pero nunca lo dijo, ni se lo dijo a mi papá.

Melani: Para Miriam es extraño que su hermano no haya compartido con su papá su activismo, pues él sí les había hablado de cómo él mismo se había involucrado en su momento en la ideología comunista.


Miriam:  Mi papá fue comunista, o sea, traía de dónde era verdad. Pero no todos fuimos así, no todos pensamos así. Yo creo que fue él solo el único que decidió tomar esa militancia, ¿verdad? Porque mi mamá no, como mi mamá trabajaba en el Estado, ella no, o sea, nunca nos habló del comunismo, nunca nos habló de nada. En cambio, mi papá sí hablaba, pero poco, no era mucho. Incluso mi papá parece que nos contó una vez que tuvo que salir exiliado y se fue para Honduras.

Melani: Sin embargo, en la familia tampoco se hablaba de ideología política

Miriam recuerda la animadversión de su papá por el ejército, aunque a ella no le quedaba claro el porqué.

Tampoco tenía certeza de por qué habían secuestrado a su hermano, hasta que vio su registro en el Diario Militar.

Miriam: Con mi hermano sí, no, al menos yo nunca supe, si él estaba, si pertenecía a la guerrilla, verdad. Ahí, pues me enteré por el archivo del Diario Militar, porque ahí aparece él. Es caso número 66 y tiene varias cosas, ¿verdad? Por ejemplo su seudónimo que era Douglas, la fecha en que los secuestraron, la fecha en que él fue muerto  y un número que es el 300 que significa que está muerto. La fecha de fallecimiento tiene el 6 de marzo del 84.

Melani: Un recuerdo que permanece claro en la memoria de Miriam es el secuestro de Willy. Ella y otros miembros de la familia estaban ahí cuando lo torturaron y se lo llevaron.

Miriam: El 14 de febrero, mi hermano se había ido con mi mamá, porque la abuelita de mi mamá estaba ya en agonía. Ellos vivían en la zona 5 y mi hermano fue el que la acompañó. Fue el único que dijo yo te acompaño, le dijo, o yo me voy, verdad.

Melani: En casa de la familia quedaron esperando por ellos Miriam junto a sus hijos, su hermana Nina y otro hermano más pequeño,  dos sobrinos y su papá, Carlos. 

La noche llegó y a eso de las dos de la madrugada del siguiente día, varios hombres entraron a la casa.

Buscaban a Willy, pero él y Natalia, su mamá, no habían vuelto de  casa de la bisabuela.

Melani: Eran varios hombres, pero tres fueron los que entraron a la casa. Nina salió a su encuentro.

Miriam: Cuando entraron ella salió y les dijo: ¿se pueden identificar? Entonces vino uno de ellos y le dijo a mi papá: a esta vieja tal por cual nos la llevamos, le dijo, pero mi papá se metió en medio y le golpearon el estómago.

Melani: Rodeando la casa habían otros hombres, Unos estaban en el techo y otros detrás y a los costados de la casa. Miriam calcula que eran unos diez. Algunos se cubrían la cara con un pasamontañas.

Miriam: uno que entró que yo me fijé en el rostro, verdad, pero sí me recuerdo a lo lejos que era algo moreno, no tan alto y era de complexión media, pero él llevaba traje de militar. Y habían otros que también iban con vestuario de color azul, era otra otra seguridad.

Melani: Aquellos hombres interrogaron a Carlos. Preguntaron cuántos hijos tenía y si eran hombres o mujeres. Hugo Leonel, el más pequeño de los hermanos, seguía durmiendo en su cuarto, llegaron hasta él.

No era a quién buscaban. Preguntaron específicamente por Willy.

Miriam: Mi papá les dijo: está en la zona 5, acompañando a mi esposa y no está aquí. Entonces se lo llevaron a mi papá y se lo llevaron una panel blanca.

Melani: Llegaron directo a la casa de la bisabuela, pero Willy se había ido a dormir donde una tía, Siguieron hasta ahí, lo apresaron y lo llevaron de vuelta a  su casa en zona 21.

Miriam: Estaba en una casa de una tía y ahí lo fueron a traer. Desde ahí, ya lo vimos nosotros porque ellos regresaron a la casa tipo como tres de la mañana regresaron a la casa y ahí lo torturaron.

Melani: La familia de Willy escuchó cómo sufría mientras le torturaban, incluídos sus cuatro sobrinos que eran unos niños de entre 4 y 8 años. Estaban encerrados en diferentes espacios de la casa, pero sus lamentos fueron suficientes para saber qué era lo que estaba pasando.

Miriam: Estaba en una casa de una tía y ahí lo fueron a traer. Desde ahí ya lo vimos nosotros, porque ellos regresaron a la casa tipo como tres de la mañana, regresaron a la casa y ahí lo torturaron, le pusieron choques eléctricos. Él no gritaba porque no podía sino que solamente mugía y desde esa vez, pues ya no lo volvimos a ver, verdad.

Melani: Miriam intentó entrar, pero no se lo permitieron. Más o menos una hora después, los hombres se fueron y se llevaron a Willy con ellos. La familia no volvió a verlo.

Miriam: Mi mamá a la entrada de la casa, tenía tienda y ahí lo pusieron, lo pusieron. Incluso ellos se pusieron a beber cerveza, agarraron aguas, se agarraron productos y como una en realidad, no, no se imagina, ¿verdad? Estaba la basura y todo al día siguiente que yo fui a ver. Pero como mi mamá tenía la costumbre de decirnos que no le gustaba la basura, que no le gustaba nada, entonces yo empecé a recoger la basura, la eché en una bolsa, la fui a tirar al bote de la basura y hasta los años después me dice alguien: pero es que ese era medio de pruebas, verdad y uno ni siquiera se imaginaba en eso.

Melani: Los hombres que secuestraron a Willy, además de la basura y el robo de productos de la tienda, también habían registrado el interior de la casa.

Miriam:  No sé qué buscaban ahí porque la primera vez que entraron ellos fueron a un lugar donde mi mamá tenía la ropa. Era como un mueblecito, verdad, que ya lo habían hecho cuando le entregaron la casa. Entonces, dijeron que habían encontrado granadas y no era posible, porque mi mamá cada ocho días arreglaba, limpiaba, ordenaba esa parte de la ropa. Porque decía mi mamá: no, es que hay que limpiar. Si nosotros hubiéramos encontrado algo, lo hubiéramos visto, pero no. Y de ahí (dijeron) que se lo llevaron porque él andaba repartiendo estopines y no sé qué más y todavía dijeron que estaba entregando propaganda.

Melani: Su familia no entendía qué estaba pasando, Willy era un muchacho tranquilo que estaba por cumplir 19 años y estudiaba un técnico en soldadura en el Instituto Técnico de Capacitación y Productividad, Intecap.

Lo acusaban de acciones que su propia familia no podía siquiera imaginar, no porque las creyeran malas, sino por el carácter reservado del muchacho.

Intentando entender, Miriam le preguntó a uno de sus primos sobre la última noche en que vieron a Willy.

Miriam: Yo tengo una duda, ¿es cierto que mi hermano andaba en la calle repartiendo propaganda?, le dije. Oye, no, me dijo ella, estaba dentro de la casa. Estaba durmiendo. Me dijo cuando llegaron a traerlo, incluso iba  Carlon, que así le decían a mi papá, verdad? Incluso iba Carlon y él entró con ellos y después cuando sacaron porque los pusieron a todos en el suelo y con armas, ¿verdad?

Melani: Los padres comenzaron la búsqueda de Willy, pero el silencio se instaló.  Había una herida muy profunda recién abierta que cambió para siempre el rumbo de la vida de toda su familia. 

Miriam: después de esto, no se comentó mucho. Simplemente dentro del hogar hubo como tres meses que no comíamos casi ninguno. Se hacía la comida, pero a veces se tiraba porque ni siquiera los niños comían. Y también hubo una situación en que mi papá y mi mamá se echaban la culpa uno a otro, que por culpa de uno, que por culpa del otro.


Melani: Aunque Miriam no es la mayor de sus hermanos, se hizo cargo de la situación pues las diferencias entre sus padres hacían que el trauma se hiciera aún más pesado.

Miriam: Quiero hablar con ustedes, les dije. ¿Y para qué me dicen ellos? Y nos vamos a la sala y nos ponemos a platicar y le digo yo: porque es una situación bien difícil. Miren les dije: yo sé que mi hermano está desaparecido,  pero acuérdense que no solo él es su hijo, sino que además otras personas más, habemos muchos más hijos. Pero también en ese entorno como que nos fuimos alejando, mis hermanos, como mi papá y mamá.

Melani: La conversación con sus padres no fue sencilla, Miriam trataba de comprenderles pues ella también sentía culpa.

Era una culpa irracional, pues ninguno de ellos era responsable de lo ocurrido. Luego de esa charla las cosas empezaron a funcionar mejor, poco a poco y la búsqueda, que fue liderada por los padres desde el primer momento, continuó.

Miriam: Ellos desde el inicio, desde que vieron que mi hermano no apareció, ellos fueron a poner la denuncia a la Policía Nacional de ahí de la zona cinco, la de La Palmita. Estaba la estación ahí, La Palmita. Fueron a poner la denuncia y al día siguiente iniciaron la búsqueda en Cruz Roja, en el hospital, en varios lugares, incluso hasta fueron a algunos cementerios, a ver si no había algún cadáver o algo

Melani: En un telegrama urgente del 15 de febrero de 1984, Olga Molina Obregón, jueza segunda de primera instancia penal, quien interpuso un recurso de exhibición personal, solicitó a la Policía Nacional informar si habían detenido a Willy. Como no había una captura oficial realizada por esta institución, la respuesta fue negativa. Sus padres no descansaron con esa respuesta, buscaron llegar hasta la autoridad más alta.

Miriam: Incluso solicitaron también una audiencia con Oscar Mejía Victores, que era el jefe de Estado en ese entonces y se las dieron, les dieron la audiencia, verdad, de ellos podían y  fueron hablar con él.

Melani: Óscar Mejía Víctores, militar que llegó a ser inspector general del ejército, había comenzado su mandato en agosto de 1983, luego de  derrocar a Efraín Ríos Montt. La respuesta que encontraron en el jefe de Estado no era la esperada.

Miriam: Le dijeron a mi mamá y a mi papá que mi hermano se había ido. Que saber a dónde se había ido y que lo buscara, esa fue la respuesta que le dio Mejía Víctores a mi papá y a mi mamá.

Melani: Con la tarea agotadora que era buscar a su hijo, ambos padres se refugiaron en organizaciones que trataban el tema de desaparición forzada. Su papá en el Grupo de Apoyo Mutuo, GAM, y su mamá en la Fundación Myrna Mack.

15 años más tarde, llegaría otra respuesta. En las noticias se informaba de la aparición del Diario Militar y ahí, encontraron una pequeña luz en la historia tan confusa que habían tenido que protagonizar. 

Miriam:  Fue  mi mamá, se enteró primero, porque cabalmente el 20 de mayo era cumpleaños de mi abuelita, de la mamá de mi mamá. Entonces cuando a ella le avisaron, ella tenía que ir a visitar a mi abuelita, pero ya no la pudo ir a visitar porque les llamaron de la Fundación Myrna Mack, que habían encontrado ese archivo. Bueno y también que quien lo sacó a la luz fue Kate Doyle,  que ella dio la noticia que había un archivo del Diario Militar, que aparecían varias personas desaparecidas incluso y varias personas porque ahí eran estudiantes, sindicalistas, personas que ya trabajaban y varios, verdad.

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Melani: Esa es la voz de Natalia Gálvez, la mamá de Willy y Miriam, para un video del canal de YouTube Genocidio Guatemala. Ahí cuenta  cómo vivió encontrar el nombre de su hijo en el Diario Militar. Sin embargo el registro no revela dónde están los restos de Willy y Natalia falleció con la esperanza de saberlo.

Para Miriam este documento significó vivir sentimientos contradictorios. Por un lado tenían esperanza de saber más sobre su hermano, pero por otro les embargaba la tristeza de saber su destino.

Miriam:   Yo cuando lo supe dije que emoción, verdad, qué emoción, porque vamos a saber qué fue lo que pasó con él. Vamos a tener siquiera algo de historia para nosotros, verdad, pero a la vez tristeza porque cabalmente ahí aparecía él, su foto de cédula y con sus datos y ahí fue donde yo supe que él era militante de la guerrilla. Bueno no militantes, sino que iniciaba porque él iniciaba.

Melani:

 

66. Carlos Guillermo Ramírez Gálvez

 

(s) Douglas

 

14-02-84: Capturado en la zona 5, entregando granadas y estopines. Vendió una Carabina Cal. 30, posiblemente a un finquero.

 

06-03-84: 300

 

 

Melani:  Nunca se comprobó que Willy portara o entregara armamento. Sus primos negaron que la noche de su captura estuviera entregando propaganda. Willy tampoco tuvo un juicio.

A través de la fundación Myrna Mack, la familia de Willy se sumó al Caso Gudiel Álvarez y otros versus Guatemala presentado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. La sentencia fue favorable para las familias que representaban a personas desaparecidas por el Estado. Para Miriam, este proceso fue valioso para acercarse a la justicia. 

Miriam:  Para mí significó bastante, verdad. Porque aquí en el país no se podía tener justicia o no se podía llevar este caso a la Corte Suprema de Justicia, que es donde están los jueces. Pudieron ir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos a poner y a exponer el caso, ¿verdad? Para que ellos dieran una resolución y sí fue bastante favorable porque ellos sabían de todo lo que pasaba en verdad, porque ya los militares y el país, o sea, el Estado, ya estaba organizado también

Melani: Sin embargo la situación es diferente ahora. Hay un proceso judicial avanzado en contra de 12 militares, no solo por casos particulares, sino por todas las personas mencionadas y registradas en el Diario Militar. Entre registros y menciones llegan a ser 195 personas.

Miriam espera que los acusados sean condenados y que si son inocentes lo demuestren en el proceso.

Miriam: Para uno en el caso de mi hermano y yo digo, la justicia es para que los que tuvieron responsabilidad en esos casos, sí, tendrían que estar presos, verdad. Si tendrían que hacer las cosas como se tienen que hacer, pues hay mucho militar que está pidiendo que lo saquen y todo y ellos dicen que no tienen la culpa, que ellos no tuvieron nada que ver, pero como yo siempre digo, que lo demuestren. Si yo no demuestro que yo no tuve nada que ver, pero con las actitudes que ellos hacen le demuestran a uno lo contrario, que si fueron ellos, estuvieron implicados, tal vez no en el secuestro, pero sí en la organización que hicieron.

Melani: El camino de Miriam dentro de FAMDEGUA comenzó al querer formar parte de los querellantes en el caso del Diario Militar en Guatemala. 

A través de su búsqueda, Miriam llegó a comprender las convicciones de su hermano, tanto que ahora considera que las comparte con él.

Miriam: Sí, comparto muchas cosas. Que él mire, a raíz de todo eso, la gente tenía razón, ¿verdad? Estamos hablando del pueblo. Tenía razón en muchas cosas, porque al igual que hoy por hoy todo se había encarecido, le querían subir al pasaje y un montón de cosas que que también estaban haciendo y principalmente que el Estado pues era un militar, verdad. Y digo yo sí, sí tenían razón. Tenían razón, mi hermano tenía razón en haber aceptado ser militante, porque quería un país mejor.

Melani: A Miriam la hace sentir orgullosa la constancia de sus padres en la búsqueda, pero también los ideales de su hermano.

Miriam: mi hermano pensaba diferente a nosotros. Y también la lucha de mi papá y de mi mamá, que ellos fueron constantes buscando la osamenta de mi hermano, buscando la justicia, buscando la verdad. Pero lamentablemente, pues no, no se ha dado, no se ha dado. Yo espero en Dios que me dé un poco más de vida y que pueda encontrar  la fosa de mi hermano.

Melani: La historia de Carlos Guillermo Ramírez Gálvez aparece en el Diario Militar. Desde que fue secuestrado por el Estado, sus padres, Carlos y Natalia se dedicaron a buscarlo. Ambos ya fallecieron. Ahora su hermana Miriam trabaja por el caso de su hermano y el de otros desaparecidos en el país.

Escucha el resto de capítulos que en Plaza Pública investigamos para el especial Código 300, historias del Diario Militar 25 años después.

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Equipo de Plaza Pública que participó en este episodio: 

Investigación, entrevistas y locución: Melani Coyoy 

Audio de entrevistas: Emmanuel Andrés 

Diseño de portada e imagen: Diego Sac 

Post producción: Josué Sac y Melissa Coronado 

Edición: Liliana Villatoro 

Editora gráfica: Rosana Rojas 

Fotografía y vídeo: Emmanuel Andrés 

Editora de fotografía: Laura García 

Coordinadora de redes: Nydia Fuentes 

Dirección General: Francisco Rodríguez

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