Luis Arturo Marroquín vive en nuestra memoria

El caso de Luis Marroquín se trata de un asesinato político. Ese nueve de mayo de 2018, cuando se dirigía a realizar una asamblea comunitaria, fue atacado a balazos al salir de una librería, a manos de dos policías municipales que estaban asignados como seguridad del entonces alcalde de San Pedro Pinula, Jalapa, el señor José Manuel Méndez Alonzo, cuyo vehículo fue visto por testigos del asesinato y al cual se le dio seguimiento por parte del subinspector de la Policía Nacional Civil, Lester Saquil que, a pesar de haberle dado alcance, no procedió a consignarlos, incumpliendo así con sus deberes.

José Manuel Méndez Alonzo estuvo prófugo por más de cuatro años; fue capturado en agosto del año pasado, a pesar de esto, en diciembre fue beneficiado con arresto domiciliario, luego de que la jueza Abelina Cruz Toscano, del Juzgado de Mayor Riesgo D, le otorgó medida sustitutiva tras haberle cambiado el delito de asesinato por el de encubrimiento propio y portación ilegal de arma de fuego.  

Con el cambio de delito el exalcalde recuperó su libertad, ya que se trata de delitos menores. De aceptar el cargo podrá salir impune de este caso, pagando únicamente una multa, con lo cual se concretarían la impunidad e injusticia, las cuales desde un inicio han rodeado este asesinato.

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Luis Marroquín fue percibido como un problema por parte de su asesino, ya que José Manuel Méndez Alonzo (quien llegó a la alcaldía por el Partido Patriota -PP-) pretendía reelegirse a través del partido Unión del Cambio Nacional -UCN- (fundado por Mario Estrada, quien se encuentra preso en Estados Unidos por delitos de narcotráfico), por lo que si se concretaba la participación de Luis en las elecciones de 2019, a través del Movimiento por la Liberación de los Pueblos -MLP-, existiría el riesgo de que Méndez Alonzo llegara a perder la alcaldía. 

Esta violencia atroz, perpetrada contra Luis Marroquín, buscaba infundir terror e inmovilizar a un movimiento sociopolítico, el cual hasta la fecha ha sufrido el asesinato de más de 30 de sus integrantes, como resultado de la persecución sistemática que se ha ensañado en contra de CODECA.

Dicha violencia ha sido alimentada a través de discursos de odio, estigmatización, racismo y clasismo que han provenido del mismo Estado. Asimismo del sector que ostenta el control político y económico del país, el cual ve en este movimiento un enemigo latente, ya que busca provocar cambios estructurales y la constitución de un Estado plurinacional, a través de un instrumento político que venga desde abajo, desde los pueblos y grupo sociales que históricamente han sido excluidos.

Quien lucha por la vida, por la dignidad y por la madre tierra no muere, porque su legado permanece en cada una de nosotras y nosotros y seguirá brotando en cada paso que demos por construir un país diferente, uno donde podamos vivir en paz.