Hace una semana publiqué un artículo llamado De cien en cien años… en el que expliqué ese extraño dinamismo de los seres humanos que pareciera hacernos gustar de «ponernos al borde de la extinción cada cien años»[1]. Me refería a las grandes guerras, pero también compartí acerca de que, antes o después de cada conflicto bélico de alcance mundial, la enfermedad había hecho presencia a manera de brotes epidémicos o pandemias.
Extraños signos estos que se repiten una y otra vez, y de los cuales los guatemaltecos no aprendemos. La monotonía de la muerte nos toma cada vez más desprevenidos como si el último desastre no hubiese estado a la vuelta de la esquina. La pregunta que viene como anillo al dedo es: ¿Por qué semejante invariabilidad?
El 9 de octubre del 2015 escribí: «A ojos vistas, sin perjuicio de raíces más profundas, las causas y consecuencias de un desastre nos vienen guangas. Un período de dolor y una descolorida protesta después del impacto es suficiente para calmar conciencias y distraer la mente. La fase de prevención del siguiente suceso queda en papel y letra muerta. ¿O acaso no estamos –solo– esperando el próximo terremoto?»[2].
[frasepzp1]
Este mes de marzo de 2025 se cumplen cinco años de la declaración de estado de calamidad en Guatemala a causa de la Covid-19, y también del confinamiento contra el cual Raymundo y medio mundo despotricó sin tener bases científicas. Ni qué decir de todo aquello que vino después: negación, desinformación, noticias falsas, ataques contra las vacunas y contra el personal de salud que vacunaba (llegando incluso a la agresión física) y la cauda de contaminados y muertos que pudieron evitarse si se hubiera hecho caso a las indicaciones del personal de salud que batallaba en campo abierto y en los hospitales (con los mínimos insumos).
Hoy, a cinco años de aquellos sucesos que nos situaban (también) en un terrible estado de incertidumbre, vale la pena preguntarse: ¿Se sigue desinformando en y de todo aquello que se desconoce? ¿Tenemos claro cuáles son las fases de prevención ante un evento tipo erupción (como el que está sucediendo en el Volcán de Fuego) o para mitigar el impacto de un sismo que pueda catalogarse como terremoto? ¿Hemos ubicado en nuestras casas los lugares seguros para refugiarnos durante un movimiento telúrico?
La respuesta estimado lector, la dejo a su conciencia.
Durante 3 años, 2 meses y 5 días fuimos azotados por la peste, insisto, del 30 de enero 2020 al 5 de mayo 2023. Pero poco o nada aprendimos como sociedad a pesar del número de fallecidos que osciló entre los 18 y 20 mil muertos en nuestro país. ¿Por qué lo digo? A continuación, la respuesta: El recién pasado 10 de marzo me apersoné al Centro de Salud de Cobán para vacunarme contra la Hepatitis B, condición obligatoria para ejercer nosotros, los médicos y cirujanos, y todo el personal de salud. Me fue ofrecida también la inmunización contra la Influenza la que no solo acepté, sino que agradecí de sobremanera. Así, recibí las dos vacunas. Como un recordatorio para nuestros alumnos de las carreras de Ciencias de la Salud y para reconocer las atenciones recibidas, publiqué en mis redes sociales un agradecimiento a los salubristas que continúan en primera línea luchando a manera de prevención. En las redes no hubo comentarios adversos, pero, personalmente tuve una desagradable sorpresa cuando una persona me preguntó: «Oiga doc., ¿usted de verdad cree en las vacunas?».
Mi respuesta inicial fue el silencio, después una sonrisa y luego un ofrecimiento: «Cuando tenga tiempo, platiquemos». Espero pueda darse el diálogo.
Disponibilidad de vacunas hay, personal que las administre también, solo es cuestión de tener una pequeña dosis de sensatez y hacer la fila para recibirlas (sin reñir para pasar primero). Y si alguien tiene dudas acerca de uno u otro tipo de inmunización, que pregunte. Incluso yo, me pongo a sus órdenes para responder.
Hasta la próxima semana, si Dios nos lo permite.
_______________________________________________________________________________
[1] https://www.plazapublica.com.gt/opinion/de-cien-en-cien-anos
[2] https://www.plazapublica.com.gt/content/guatemala-no-aprende-de-sus-desa...
Más de este autor