Colombia: arranca TLC

Lo que no cambia

Colombia mantiene sus ventajas arancelarias para exportar
A través del programa Atpdea, por el que Estados Unidos eliminaba unilateralmente los aranceles sobre algunos productos como contraprestación a la lucha contra las drogas, productos como textiles, confecciones, o las flores, llevan varios años entrando sin arancel a Estados Unidos. El plan comenzó en 2001, y desde 2004 cubre más de la mitad de las exportaciones colombianas. Esas ventajas se mantienen pero ahora se vuelven permanentes en el TLC.

No desaparecen los problemas para los productos agropecuarios
El acceso de algunos productos a Estados Unidos tiene unas dificultades que no resuelve el TLC. El caso más conocido es el de la carne, que ha explicado el presidente de Fedegán José Félix Lafaurie: como en Colombia hubo fiebre aftosa, Estados Unidos no recibe carne colombiana. Pero no es el único. Para exportar algunos bienes, como los agropecuarios, se necesitan registros sanitarios. El problema es que el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) y el Instituto Colombiano Agroopecuario, que son las entidades encargadas de su trámite, aún no han adoptado las normas sanitarias internacionales. Entonces, aún con la firma del TLC, Estados Unidos seguirá sin aceptar los registros sanitarios que no cumplan con los estándares internacionales.

El país sigue sin estar listo
Para preparar a Colombia para el TLC, el primer gobierno de Uribe, mientras negociaba el tratado,desde Planeación Nacional hizo un ejercicio para definir la “agenda interna para el TLC”. Pero ese trabajo nunca se tradujo en políticas concretas y, en medio de la idea de que el Congreso de Estados Unidos no iba a aprobar el TLC esa agenda interna terminó refundida entre otras prioridades.
Eso produjo no sólo el rezago en infraestructura que tanto se ha criticado recientemente, sino también una falta de inversión en tecnología para que las aduanas estén preparadas para los nuevos volúmenes de comercio. Tampoco se decidió qué sectores requerían subsidios para competir en Estados Unidos ni se estimuló la creación de polos de desarrollo (clusters) que pudieran aprovechar las nuevas oportunidadesdel TLC.

Por ejemplo, el puerto de Cartagena, que será uno de los mayores beneficiados con el TLC, ha dicho que las vías de acceso no son suficientemente grandes para una fácil entrada y salida de productos. Entonces las ampliaciones del puerto terminan en un cuello de botella cuando se descarga el producto en los camiones.

Lo nuevo

Se eliminan aranceles
El grueso del Tratado, y probablemente lo que más se ha debatido, son los aranceles que desaparecen. Hasta ayer, el arancel promedio que cobraba Estados Unidos a los productos colombianos era del 3 por ciento; Colombia cobraba un promedio del 12,5 por ciento a los productos de Estados Unidos. Esos aranceles son los que, en su mayoría, se eliminan en ambos países.

Esta reducción cubre centenares de productos colombianos, desde helados hastacubiertos. Desde hoy, por ejemplo, se eliminan todos los aranceles que cobraba Estados Unidos para software, video y grabaciones de sonido. Incluso en textiles y confecciones, que tenían buen acceso gracias al Atpdea, hay nuevos productos beneficiados pues se eliminan todos los aranceles.

Las importaciones desde Estados Unidos también entrarán desde hoy sin restricción. Esto incluye productos como los cortes finos de carne de res, trigo, soya y manzanas, además de productos alimenticios como galletas, mineros como el titanio o industriales como ventiladores y sus partes. En total, el 77 por ciento de los productos agropecuarios quedan sin arancel y comienzan a competir de una con los productos colombianos.

Desaparece la incertidumbre de las preferencias arancelarias
Los beneficios del Atpdea eran unilaterales y se renovaban periódicamente. En ocasiones, como en febrero de 2011, esa renovación se demoró y las exportaciones colombianas sufrieron. Con el TLC los aranceles desaparecen permanentemente, lo que le da más seguridad a los empresarios colombianos y permite hacer proyectos exportadores a más largo plazo.

Se permite la importación de productos remanufacturados
Por regla general, Colombia solo permitía la importación de productos nuevos. Pero con el TLC, a partir de hoy los estadounidenses podrán exportar productos remanufacturados (hechos con piezas usadas) como celulares y computadores.

A licitar con los gringos
Con el TLC los dos países se permitieron mutuamente participar en los procesos de compra del Estado como si fueran empresas locales. Esto abre la puerta para ver compañías gringas licitando en Colombia con los mismos derechos de las empresas locales.

Lo que falta

Aranceles de algunos productos
Aunque la meta final es que todos los productos terminen sin arancel, el TLC prevé un cronograma para llegar a esa meta: Los productos se distribuyeron en varias categorías, cada una de ellas con un cronograma diferente. La gran mayoría de los aranceles serán eliminados antes de 2023; los últimos productos que quedarán sin arancel (como el arroz), terminarán de eliminarlo en 2031.
Pero desde hoy el 80 por ciento de los productos quedarán libres de aranceles.

Las cuotas irán desapareciendo
A partir de mañana, Colombia permitirá la entrada limitada de algunos productos, como arroz, maíz o cuartos traseros de pollo. Esas cuotas se irán reduciendo cada año, hasta que terminen desapareciendo. La última en hacerlo será la del arroz, en 2031.

Lo que no se ve

Aumentan los atractivos de invertir en Colombia
EL TLC se puede convertir en un nuevo atractivo para la inversión. Primero, porque empresarios de países que no tienen la posibilidad de entrar tan fácilmente al mercado estadounidense podrían usar a Colombia para exportar desde acá. El Ministerio de Comercio ha mencionado el interés de empresas chinas para hacerlo, por ejemplo. Y se sabe que ya los coreanos están comenzando a montar sus compañías desde aquí. Esto en teoría creará más empleo en Colombia dado que hay un límite de la proporción de trabajadores extranjeros por empresa, y debería aumentar el recaudo de impuestos.

También está la posibilidad de recibir inversión de Estados Unidos. El TLC protege esas inversiones entre Colombia y Estados Unidos y, con las dificultades que ha tenido la economía estadounidense en los últimos años, el mercado colombiano que está creciendo es un destino atractivo sobre todo con estas nuevas protecciones.

Se refuerza la propiedad intelectual
La llamada Ley Lleras 2, que esencialmente aumentó la protección a la propiedad intelectual con más años de reserva y mayores sanciones, fue producto de uno de los compromisos de Colombia para el TLC.La industria química y farmacéutica de Estados Unidos se beneficia porque el Estado colombiano cedió en los motivos que le permitían hasta ayer revocar patentes.

Mejores estándares para los trabajadores colombianos
EL TLC creó una serie de compromisos laborales, como la eliminación de las cooperativas de trabajo asociado y la persecución sindical, que el Ministro de Trabajo ya está poniendo en práctica.

Los nuevos negocios financieros
SI un banco o una compañía de seguros de Estados Unidos querían ingresar a Colombia, hasta ayer tenía que crear un nuevo banco colombiano desde ceros. Ahora puede simplemente abrir una sucursal en Colombia, lo cual exige muchos menos requisitos. Además, las compañías de seguros pueden ofrecer sus productos en el otro país, y los administradores de inversiones podrán manejar diferentes fondos, incluyendo fondos pensionales del otro país. Obviamente, dados los respectivos tamaños –la economía colombiana es el 2,2 por ciento de la economía gringa- serán las compañías financieras gringas las que entren al país. Esto en teoría debería mejorar los servicios bancarios (salvo que la competencia quiebre a los colombianos y monopolicen aún más el mercado).

A aplicar mejores reglas contables
Uno de los requisitos menos visibles del TLC es la necesidad de que Colombia finalmente acoja reglas internacionales de contabilidad, un cambio que se viene discutiendo hace una década. Ese cambio ayudaría a hacer más transparentes las cifras de las empresas y a que sus resultados fueran más fácilmente comparables con las compañías de otros países.