De inmediato recibiremos 1.5 millones de dólares extras diarios (y no será bueno)

Con su tuit, Trump aparentemente abandonaba la vía de la conciliación y apuntaba sus cañones hacia las sanciones económicas: ha hablado de subir los aranceles a productos guatemaltecos y de establecer gravámenes a las remesas familiares. Me concentraré en esto último.

Si se concreta la medida anunciada por Trump, la economía guatemalteca sufrirá de manera insospechada. Si el gravamen fuera del 5 %, supondría una merma de 550 millones de dólares al año. Muchos hogares caerán con facilidad debajo de la línea de pobreza extrema si se les bloquea la ayuda proveniente de remesas familiares. Un impuesto castigará inmediatamente los bolsillos guatemaltecos.

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Hay otro efecto menos evidente pero también previsible: solo con el anuncio de las medidas y la difusión masiva del mensaje las remesas crecerán de un 3 a un 5 % en las siguientes dos semanas, según mis cálculos. Es decir, la economía nacional empezará a recibir 1.5 millones de dólares extras cada día.

A corto plazo suena bonito, pero este incremento instantáneo puede encarecer de forma inmediata nuestra moneda nacional y sacudir el tipo de cambio. Eso perjudicaría seriamente a los exportadores de la Agexport, que obtendrían menos quetzales por cada dólar que les paguen por sus productos. Beneficiaria, en cambio, a los importadores de la Cámara de Comercio, que comprarían más barato en moneda local.

Ya hay ejemplos de estados que han gravado las remesas. Oklahoma, por ejemplo, carga con el 1 % las trasferencias de migrantes irregulares. Eso les ha significado ingresos de hasta 15 millones de dólares al año a sus arcas, pese a ser un estado poco relevante en materia de remesas. Es decir, la medida ya es aplicada y viable. Pero me parece poco probable que diseñen una tarifa de gravamen que afecte únicamente las remesas con destino específico a Guatemala. Sería una política extensible a todas las transferencias salientes de migrantes en condición irregular. De lo contrario, incurriría en discriminación de una minoría específica, la guatemalteca, y por lo tanto sería inconstitucional y no avalada por las cámaras.

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Las remesas familiares son una de las dos patas de la economía guatemalteca. Hoy por hoy Guatemala recibe un flujo exorbitante: en 2018, 9,300 millones de dólares, equivalentes a 71,000 millones de quetzales. En el país se paga diariamente un promedio de 200 millones de quetzales por medio del sistema financiero. Al mes, 2.2 millones de personas reciben un promedio de 2,500 quetzales que sostienen o facilitan la vida en sus hogares.

Las remesas crecen entre 12 y 14 % desde hace un lustro. La economía nacional agrega alrededor de mil millones de quetzales mensuales, y el 97 % se origina en el trabajo desarrollado por los guatemaltecos que residen en los Estados Unidos. Nuestra economía tendría un crecimiento aún más pobre sin el empuje de las divisas generadas por los trabajadores guatemaltecos en el extranjero.

Anualmente, alrededor de dos millones de guatemaltecos envían dinero desde el exterior a sus familias en Guatemala. Por lo menos 50 municipios reciben más de 30 millones de quetzales mensuales de remesas familiares. Hay territorios en los que prácticamente el consumo local es sostenido por este dinero.