Su país combatió cada intento de transformación y colaboró en convertir las fuerzas armadas de dichos países en entes criminales, determinado sistemáticamente por su política anticomunista y ahora antiterrorista, antidrogas, antimaras y antinmigrante. ¿Qué esperaba, Mr. Trump? ¿Que su frontera sur no fuera signo del fracaso de su política para con el que siempre ha considerado su patio trasero?
Desde Nicaragua hasta Guatemala, miles de jóvenes salen de su lugar de origen no por vacaciones o por temerarios, sino por hambre, persecución y falta de oportunidades de trabajo; porque fracasaron los supuestos modelos de desarrollo, basados en la agroexportación y en la exportación de contingentes de fuerza de trabajo barata y con mínimos niveles educativos. Hoy las remesas equivalen a lo que produce esa industria de exportación, pese a que esta última tiene todos los privilegios para su actividad económica, mientras que a los migrantes todo les es negado.
Así, los Estados centroamericanos no pudieron consolidarse y pasaron de guerras sangrientas que ustedes financiaron a procesos de paz raquíticos que aplicaron al pie de la letra lo que ustedes bautizaron como Consenso de Washington, por lo que los sistemas de bienestar de los que gozaban otros países por esas épocas se constituyeron aquí en sistemas excluyentes, con mediocre cobertura en educación, salud y protección social. No es casualidad, entonces, que estos países generen migraciones forzadas y que estas incluyan cada vez más mujeres, menores de edad y hasta núcleos familiares.
¿Cree usted que las personas desean emprender el viaje a Estados Unidos sabiendo que en su tránsito por México pueden ser violadas, extorsionadas, desaparecidas o asesinadas; que migran porque son manipuladas o porque los países no hacen lo suficiente para detenerlas? ¿Acaso no sabe usted que hoy el sistema de detención de su país es muy rentable, que una mayor seguridad fronteriza, como es su deseo, beneficia a más empresas? Bien le cae a ese sistema infame una narrativa de miedo, odio y desprecio contra los migrantes; una que los utilice para venderlos a su electorado como el enemigo a vencer.
No obstante, en algo sí tiene usted razón, Mr. Trump: ¿por qué darles dinero a gobiernos que se lo roban para su beneficio? Pero parece que usted no recuerda que su propia administración y muchas de las anteriores han fortalecido a estos líderes caudillistas apañando dictaduras por años y avalando golpes de Estado y fraudes electorales, los cuales se reflejan en la historia reciente en los casos de Ortega-Murillo en Nicaragua, de Orlando Hernández en Honduras y de Jimmy Morales en Guatemala (visto este último en particular como un aliado cuando trasladó su embajada en Israel e interactuó con sus asesores y principales colaboradores de gobierno).
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Recuerde también que el crimen organizado y el narcotráfico que han hecho de esta región una de las más violentas responden al negocio de armas y al mercado de drogas más importante del mundo, que está precisamente en su maravilloso país. ¿Qué puede esperar usted entonces de Estados anacrónicos y tomados por mafias? ¿Cree que de verdad están interesados en combatir estos flagelos? Más bien, usted se ha convertido en un aliado del comercio perverso de mercancías y desgraciadamente de personas, con lo cual ha traicionado los principios de su propia Constitución Política y los valores que inspiraron a sus llamados padres fundadores.
Lo que sí es seguro es que seguiremos siendo vecinos del Nafta y que nuestra condición geográfica será la misma por siempre. Quizá por eso sus opositores demócratas entendieron antes que usted que la solución no está en la frontera, sino en crear condiciones de gobierno más democráticas y justas con sus vecinos. Quizá por ello es que se dio un acuerdo bipartidista de contribuir a combatir la corrupción y de invertir en programas que equilibren las condiciones de desigualdad e impunidad en estos países: un acuerdo bipartidista que usted se ha encargado de destruir cuando, en su lugar, amenaza con cortar la ayuda y cerrar la frontera.
Tal como afirman algunos analistas de su país, esto será dispararse una bala en el pie. Al exacerbar la ingobernabilidad en el Triángulo Norte de Centroamérica, los territorios quedarán más libres para el avance del narcotráfico. Y el muro que usted se empeña en construir será solo un símbolo de lo que usted se negó a entender. Get it, Mr. Trump?
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