El pasado 23 de diciembre, el diario oficial anunció la decisión del presidente Otto Pérez Molina de “crear oportunidades de trabajo para contribuir con el desarrollo”. El mandatario considera que dicha medida dignificará a los trabajadores y erradicará la pobreza.
¿En qué consiste esa decisión? En incrementar el salario en cuatro municipios del país: San Agustín Acasaguastlán, Guastatoya, Estanzuela y Masagua, donde los ingresos reales no sobrepasan los Q600 mensuales. A pesar de que el país no cuenta con un censo poblacional desde 2002 y de que en las encuestas de hogares y de empleo sus niveles de desagregación no son a nivel municipal, sino departamental o regional, resulta cuestionable dicho cálculo, pues no existe en el país información pública disponible para generar ese dato. En tal sentido, la primera acción que deben implementar el ministro de Economía y el comisionado de Competitividad es hacer públicos los estudios que respaldan el cálculo del ingreso real mensual de Q600.
Como los guatemaltecos obtienen ingresos muy bajos, el presidente de la República y un grupo de fraternos empresarios les incrementarán el ingreso a Q1 500 mensuales. ¿Cómo es que se atrae inversión duplicando los costos? ¿Desde cuándo los empresarios están dispuestos a aumentar sus costos de operación? La segunda pregunta que deben responder los funcionarios citados es si el sueldo que devengarán a partir de 2015 los habitantes de los cuatro municipios citados será cada año en términos reales o nominales.
En realidad, ¿se trata de un incremento salarial o únicamente de una campaña política al mejor estilo de Joseph Goebbels? Aquí me permito recordarles que el presidente decretó un aumento del 5 % al salario mínimo para 2015, de modo que lo situó en Q2 644.36 para los sectores urbano y rural y en Q2 450.81 para maquila (ambos incluyen bonificación).
Nótese aquí la desvariada decisión del presidente: ¿aumenta el salario mínimo en el país a Q2 644.36 y en otros municipios a Q1 500.00? ¿Acaso es más barata la canasta básica en esos municipios? Según registros del Instituto Nacional de Estadística (INE), al mes de noviembre de 2014, solo el costo mensual de la canasta de alimentos llegó a los Q3 218.10.
Hay una tercera pregunta, la cual deberían responder el ministro de Trabajo, Carlos Contreras, y el presidente Otto Pérez Molina: ¿por qué, en vez de reducir el salario mínimo en estos cuatro municipios, no se enfocaron en hacer cumplir que los guatemaltecos reciban el salario mínimo vigente?
Fijar en circunscripciones económicas un salario mínimo menor al vigente en el país viola el artículo 2 del convenio C131 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que indica que no se puede reducir el salario mínimo. Adicionalmente indica otros aspectos como que para su fijación deben considerarse el nivel general de salarios y el costo de la vida (entre otros).
Aquí hago, como ciudadano, una invitación al ciudadano presidente Otto Pérez Molina para que al menos un mes devengue como ingreso laboral Q1 500 y nos cuente públicamente si le alcanzó para comprar los alimentos de su hogar. Digo, es que todo funcionario debe probar las políticas públicas que impulse, ¿no? Con ello, usted, señor presidente, se dará cuenta de que apenas logrará cubrir el 46 % de sus costos alimenticios mensuales. ¿Ese es el desarrollo al cual usted se siente comprometido con los guatemaltecos? ¿O es ese el tipo de políticas con las cuales se siente comprometido con los financistas de su campaña electoral?
Recuerde, señor presidente, que para medir la pobreza se utiliza un indicador básico, el nivel general de precios en la economía y el nivel de ingreso, y que usted está proponiendo que en cuatro municipios del país los ciudadanos devenguen un ingreso inferior al salario mínimo vigente. Es ficción que con esta decisión usted impulse una política que disminuya la pobreza. Por el contrario, incrementará la pobreza extrema.
Con este tipo de decisiones, sin duda alguna Otto Pérez, Sergio de la Torre y Juan Carlos Paiz pasarán a la historia como el presidente y los funcionarios que hundieron a los guatemaltecos en la miseria.
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