El capítulo de The Family en Guatemala es protagonizado por un cónsul honorario
El capítulo de The Family en Guatemala es protagonizado por un cónsul honorario
El ICIJ y Pro Publica reunieron a 160 periodistas de 46 países para hacer un análisis sobre los cónsules honorarios, una figura gris que ostenta un cargo de forma indefinida, no controlada e institucionalizada desde hace más de 50 años. Plaza Pública corroboró que a través de este cargo diplomático un representante de The Family instauró en Guatemala los Desayunos Nacional de Oración que llevó a una política cristiana y conservadora al país. Esta organización ha trabajado de cerca con regímenes autoritarios como el de Muamar Gadafi en Libia, o el de Yoweri Kaguta Museveni en Uganda donde impulsaron una ley que promovía abiertamente el odio contra la comunidad LGTB+. En Guatemala acompañaron al Congreso cuando aprobó una iniciativa de ley que buscaba investigar a las mujeres que sufren un aborto espontáneo y prohibía la educación sexual.
Entre el catálogo de series documentales de Netflix se encuentra la historia de cómo un grupo de cristianos ha logrado instalarse discretamente desde hace siete décadas en el poder político de Washington D.C. y en otros países a través de los Desayunos de Oración. El objetivo es promover una agenda cristiana-conservadora. La comunidad LGBTIQ+ y las mujeres han sido las más afectadas con la promoción de leyes anti derechos y un discurso que apela a la «familia tradicional: hombre y mujer». Para lograrlo se alían con los políticos locales unidos bajo un discurso religioso.
En Guatemala desde 2013 cada presidente ha participado en los Desayunos Nacionales de Oración. Otto Pérez Molina declaró a Jesucristo como «Señor de Guatemala». En 2019, Jimmy Morales dijo que su gobierno ha sido «el más orado» y el ex vicepresidente, Jafeth Cabrera, expresó que «de la mano de Dios se ha logrado avanzar en el desarrollo del país, la transparencia y contra la corrupción». Y el 22 de agosto de 2022 Alejandro Giammattei dijo «cumplir con la promesa de Dios de convertir a Guatemala en la luz de las naciones».
El principal impulsor de estos encuentros cristianos con políticos es un empresario, originario de Tennessee, propietario de restaurantes que son parte de una franquicia famosa por vender sándwiches de pollo en Estados Unidos (EE. UU.). Junto a un compañero de esa misma organización (un administrador de industrias deportivas de Alabama), son cónsules honorarios de Guatemala en Estados Unidos desde el último año de gobierno de Jimmy Morales (2016-2020). Esta figura diplomática ha sido cuestionada por las libertades y la indefinición del tiempo que ocupa el cargo.
El capítulo en Guatemala
Solo se logra ser influyente si se hace de forma silenciosa. Esa es la forma de actuar que durante los últimos 70 años ha guiado a The Fellowship Foundation o The Family, como es conocida en los pasillos del Capitolio en Washington D.C.
Esta ha sido la manera de actuar de Timothy Lynn Burchfield en los últimos nueve años en Guatemala. Su nombre por sí solo no despierta asociaciones, pero es el coordinador internacional para América Latina y el Caribe del Desayuno Nacional de Oración, un evento que en Washington reúne a senadores, congresistas y al Presidente de ese país. El evento ha sido muy cuestionado durante la última década porque reta a la primera enmienda de la Constitución estadounidense, en donde se establece que no existe una religión oficial para evitar la intervención del Estado en las creencias y libertades de los ciudadanos.
Tim Burchfield es el cónsul honorario de Guatemala desde agosto de 2019. Su cargo es ad honorem y representa los intereses del país en la pequeña ciudad de Johnson City, Tennessee, Estados Unidos, su ciudad natal donde instaló el primer restaurante de Chick-fil-A en 1983.
Burchfield también coordina una organización de capacitación de liderazgo en América Latina y el Caribe llamada Life Shape International. También es parte de la Junta Directiva del Milligan College, una universidad cristiana estadounidense ubicada en Tennessee. Fue parte de la inspección del Departamento del Trabajo del Tennessee bajo la administración del gobernador republicano, Bill Haslam (2011-2019), quien también es conocido por ser un político cristiano y escribir libros sobre cómo vivir la fe en la esfera pública.
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Pero el vínculo de Burchfield con Guatemala no sólo es por medio de Guatemala Próspera y la instalación de los Desayunos Nacionales de Oración. Chick-fil-A dijo en comunicación oficial a TyT, autodenominado como el sitio de noticias progresistas más grande de Estados Unidos, que la presencia de Burchfield en el país es también porque apoyan a productores de café y que «servir a Guatemala se ha convertido en una pasión para él». Chick-fil-A es parte del proyecto Thrive Farmers (Agricultores Prósperos) que trabaja con varios caficultores, entre ellos algunos de Concepción Pinula. Los acompañan en todo el proceso desde la cosecha hasta la exportación, mejorando así sus ganancias.
Llegó al puesto de cónsul honorario de forma silenciosa en 2019, seis años después de traer el Desayuno Nacional de Oración a Guatemala (en agosto de 2013) junto a una comitiva de senadores y congresistas estadounidenses miembros de The Family. Los recibieron los fundadores de Guatemala Próspera, socios de esta organización en el país.
Un cargo diplomático cuestionable
La figura del cónsul honorario fue instalada 1963 en la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares. No es un diplomático de carrera y su tiempo en el cargo es indefinido, pero quizás el hecho más particular es que ejercen el puesto sin ser ciudadanos del país que los nombra o residir en él. Trabajan adhonorem y generalmente son empresarios con influencia y estabilidad financiera, su función debería ser promover los intereses del país al que representan. Eso último, al menos en papeles oficiales, es la razón de existir de esta figura diplomática.
A cambio, los cónsules honorarios reciben una credencial que les da estatus y permite entrar a espacios políticos de gobierno, y así ampliar su círculo social y de influencia. Un ex canciller, quien prefirió omitir su nombre, recuerda que estas figuras diplomáticas aprovechaban la exención de impuestos para trasladar licores desde Panamá y así abastecer restaurantes y bares que tenían en Guatemala o abusaban del uso de la placa oficial. Guatemala modificó estos protocolos y eliminó privilegios para estos diplomáticos en 2005. Actualmente, solo da una credencial que acredita ese cargo.
Guatemala cuenta con 81 cónsules honorarios, seis pertenecen a ciudades de Estados Unidos, un país que tampoco otorga ningún privilegio a los ciudadanos estadounidenses que son nombrados cónsules honorarios por gobiernos de otros países. Uno de estos es Tim Burchfield, cuyo nombre solo resuena en el conocimiento de los integrantes de Guatemala Próspera cuando se les pregunta cuándo fue la última vez que vino a Guatemala. En cambio, en el resto de diplomáticos y políticos su nombre solo tiene sentido cuando se menciona su empresa: La popular y controversial cadena de pollo frito estadounidense, Chick-fil-A.
Este es un restaurante de comida rápida que desentona con la costumbre consumista de Estados Unidos por no abrir los domingos, además, es constante tema de discusión en redes sociales y cortes estadounidenses debido a la abierta postura de los socios y propietarios en contra de la comunidad y derechos LGBTIQ+ y de las mujeres.
En abril de 2022, en San Antonio, Texas, no incluyó a Chick-fil-A entre los restaurantes de aeropuertos por su constante apoyo a organizaciones anti derechos humanos. A raíz de esto, activistas conservadores demandaron a la ciudad ante una corte local, la cual determinó que San Antonio no había violado ninguna ley, pero la Corte Suprema de Texas, por unanimidad, no cerró el caso y le dio la oportunidad a los activistas para presentar mejor sus alegatos. En 2017, The Chick-fil-A Foundation donó 1.8 millones de dólares a tres grupos abiertamente anti derechos LGBTIQ+.
Burchfield tiene toda la apariencia de un empresario blanco sureño estadounidense. Es regordete y de mejillas rosadas, sus trajes siempre los acompaña con un corbatín. Así aparece en las fotos junto a los trabajadores de Chick-fil-A, y así luce en una fotografía de 2014 en Guatemala, junto a una decena de diputados guatemaltecos, ad Manuel Espina, fundador de Guatemala Próspera y ex embajador de Guatemala en Estados Unidos (2017-2019), y el senador cristiano conservador del partido Repúblicano de Oklahoma, James Lankford.
En las fotografías que Burchfield muestra sobre Guatemala lo único que cambia es el color de su corbatín, los actores que lo rodean siempre son los integrantes de Guatemala Próspera, siendo los más constantes, Manuel Espina y el actual Canciller de Guatemala, Mario Búcaro.
The Family
En el podcast «Johnson City Living», publicado en octubre de 2021, Burchfield dijo que se convirtió en cónsul honorario gracias a que uno de sus seis amigos guatemaltecos fue nombrado embajador de Guatemala en Estados Unidos. Darle ese cargo es descrito como «un gesto de nuestra amistad» por el empresario estadounidense.
Los cónsules honorarios aparecían de una manera muy constante en las investigaciones sobre Panamá Papers o Pandora Papers. Es por eso que el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) y ProPublica iniciaron un registro y análisis de estos cargos diplomáticos grises, algunos utilizados para cometer abusos, recibir tratos preferenciales, o bien generar influencias para promover su agenda.
ICIJ corroboró que los integrantes de la red financiera de la organización terrorista Hezbolá utilizaron la figura del cónsul honorario para el tráfico de armas y dinero en los aeropuertos, ya que los países, si así lo desean, pueden otorgar el privilegio de pasaporte diplomático que les permite pasar por las terminales sin mayor escrutinio.
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The Fellowship Foundation, mejor conocida como «The Family» por la miniserie documental de Netflix basada en el libro del escritor, Jeff Sharlet, es considerada como una organización poderosa de fundamentalistas cristianos. Solía ser un grupo extremadamente secreto de hombres evangélicos cristianos, hasta que Jeff Sharlet colocó los reflectores sobre sus mecanismos e integrantes.
Al inicio los unían los estudios de la biblia y reuniones para orar, solo los conocían por organizar el Desayuno Nacional de Oración en Washington D.C. más no por la influencia que buscaban tener por medio de estos. Tras más de 70 años esta organización de hombres se ha tejido bajo el lema: «Jesús y nada más» y consolidó vínculos con grupos de políticos cristianos conservadores en varias partes del mundo, principalmente aquellos en vía de desarrollo.
La influencia más evidente fueron sus intervenciones en Uganda, en donde The Family apoyó al gobierno de ese país para aprobar una ley que castiga con cadena perpetua a quien sea parte de la comunidad LGBTIQ+. Se hizo por medio de la influencia de David Bahati, un político africano que representa a The Fellowship Foundation en este país.
En Washington D.C. el líder de The Family fue por mucho tiempo Doug Coe. El poder de The Fellowship Foundation ha sido tan grande que Coe era una de las primeras personas que se reunía con el presidente estadounidense tras ser electo, según el libro de Sharlet. Una de las últimas fotografías de Coe, antes que falleciera en 2017, es parte de la página The Leadership Passage, el sitio oficial de Tim Burchfield que también registra las primeras reuniones para la instalación del Desayuno Nacional de Oración en Guatemala.
Los elegidos
El 21 de agosto de 2013 se concretó la llegada The Family a Guatemala bajo la organización de Burchfield y Guatemala Próspera. Ocurrió en una época en la que esa organización se encontraba en medio del escrutinio público por el apoyos a Uganda.
Ese día se realizó el primer Desayuno de Oración en Guatemala. La agenda y los asistentes a este evento quedaron registrados en el informe de rendición de cuentas que Randy Hultgren, ex representante del partido Repúblicano por Illinois, Chicago, hizo al Comité de Ética del Congreso de Estados Unidos. En esa ocasión se reunieron con miembros del Gabinete de Otto Pérez Molina, como el ex ministro de Energía y Minas, Erick Archila; el ex presidente del Banco de los Trabajadores, Eduardo Liu; y el ex presidente y fundador del Movimiento Cívico Nacional, Rodrigo Arenas.
También se organizaron reuniones con el grupo de empresarios denominado «G8», un grupo empresarial conformado por Juan Luis Bosch, del conglomerado agroalimentario-inmobiliario y financiero Gutiérrez-Bosch; Juan Miguel Torrebiarte, del Banco Industrial; Mario Montano o Thomas Dougherty, de Cementos Progreso; Rodrigo Tejeda, de la Cervecería Centroamericana; José Luis Valdés, del Banco Agromercantil; y Fraterno Vila, de Ingenio San Diego S.A.
Por otra parte, según el informe de rendición de cuentas del representante de Alabama del partido Repúblicano, Robert Aderholt, durante ese viaje también tuvieron una reunión privada con el ex presidente del Instituto Guatemala de Seguridad Social (IGSS) y uno de los fundadores del Partido Patriota, Juan de Dios Rodríguez, quien durante los últimos años mostró una fuerte devoción religiosa. En las audiencias judiciales en su contra por los casos «Cooptación del Estado», «la Coperacha» y la estafa «IGSS-Pisa», leía en todo momento la biblia.
Todas las reuniones que no fueron con los integrantes de Guatemala Próspera fueron con hombres, que en esa época eran considerados líderes del sector empresarial y político. Dos años después de ese encuentro, algunos de estos empezaron a ser parte de los acusados por cometer actos de corrupción por la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI) del Ministerio Público.
«Son hombres que creen que han sido elegidos por Dios para liderar y que su éxito en la política y los negocios es la evidencia de la bendición de Dios. Entonces si te eligió para estar en el poder, ¿quién soy yo para refutarlo? Entonces debo ayudar a Dios para mantenerte en el poder a como dé lugar». Esa es la forma en que Jeff Sharlet ha explicado la forma cómo operan los organizadores del Desayuno Nacional de Oración en Washington D.C. y en otros países como Guatemala.
El ex diputado y expresidente del Congreso, Roberto Alejos fue uno de los primeros políticos en ser invitados a Washington D.C. por The Fellowship Foundation. En esa ocasión no solo asistió al Desayuno Nacional de Oración, sino también se hospedó por dos días, junto a otros políticos guatemaltecos, en la sede oficial de esta organización, que es una casa estilo georgiano, ubicada en Arlington, Virginia. «Es una organización que tiene como centro de todas sus metas y acciones a Jesucristo. Se trabaja por la fe y los líderes no se juzgan porque son los elegidos. Su conducta en lo privado y en los negocios no es motivo de discusión. Se les sigue por ser los elegidos por Dios. Son un instrumento del señor para llevar a cabo su obra». De esta manera resume la forma de pensar y lo que The Family transmite a los políticos que invita a acercarse a su organización.
Alejos agrega que debido a la posición respecto al papel de la CICIG en Guatemala fue desplazado de las reuniones, era un tema que dividía a los integrantes aunque la mayoría eran críticos de esta Comisión. Desde 2016 ya no lo invitaron a los encuentros.
Jimmy Morales consolidó el capítulo en Guatemala
Desde 2013, el Desayuno Nacional de Oración celebró una reunión en Guatemala cada año, solo interrumpió su realización en 2015 por la situación política que enfrentaba el país tras la renuncia del binomio presidencial conformado por Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti. La FECI y la CICIG los señaló de estar involucrados en actos de corrupción de defraudación aduanera y otros casos relacionados al abuso de poder.
Fue después de la renuncia de Baldetti y Pérez Molina, y en la época en que más políticos y empresarios fueron acusados, más personajes vinculados al Desayuno Nacional de Oración empezaron a ocupar puestos oficiales bajo el Gobierno del ex presidente Jimmy Morales, quien siempre se identificó como evangelico cristiano.
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Con el inicio de su mandato en 2016, también empieza su cercanía y amistad con Manuel Espina, hasta que lo nombra embajador de Guatemala en Estados Unidos en junio de 2017. Cuatro años después del primer Desayuno Nacional de Oración, el representante de The Fellowship Foundation en Guatemala se convirtió en parte del Gobierno y el encargado de manejar la interacción con el principal socio comercial y político de Guatemala.
Mientras esto sucedía, la presencia de Tim Burchfield en Guatemala ya no era solo como el coordinador del Desayuno Nacional de Oración, sino también como conferencista para un evento sobre la administración de recursos humanos en una empresa. «Un caso de más de US$5 billones anuales», fue el nombre de la charla que impartió en 2018 el ahora cónsul honorario de Guatemala en una pequeña ciudad de Tennesse.
Cuando se pregunta a políticos y diplomáticos guatemaltecos y estadounidenses sobre Burchfield, la respuesta inmediata es que no lo conocen. Pero todo cambia cuando se les menciona que es uno de los ejecutivos de Chick-fil-A y que es parte del Desayuno Nacional de Oración. Pero aún así, las respuestas sobre él no son concretas y siempre direccionan hacia Manuel Espina, quien antes de dejar su puesto como embajador, promovió su nombramiento como cónsul honorario.
Guatemala no tenía y que aún no tiene intercambio comercial significativo con Tennesse, más bien, el nombramiento de Burchfield como cónsul honorario está más relacionado a los intereses políticos de Manuel Espina.
El exembajador actualmente vive en Washington D.C. y se desempeña como un interlocutor entre congresistas republicanos, empresarios y políticos guatemaltecos, pero sin ser lobista, pues no está registrado como tal. Su principal conexión, debido a su relación con Guatemala Próspera, son los cristianos y conservadores que forman parte de The Fellowship Foundation que organizan el Desayuno Nacional de Oración en la capital política del país norteamericano. Durante 2020, Manuel Espina pagó para promover su opinión sobre invertir en Guatemala en medios de comunicación estadounidenses. Lo hizo por medio de la agencia de relaciones públicas, Rokk Solution y en los artículos que escribía siempre era acompañada con otros senadores y congresistas cristianos conservadores, regularmente de ciudades ubicadas al sur de Estados Unidos.
El ex embajador de Guatemala en Estados Unidos, Francisco Villagrán explicó que para el país Tennessee no es un Estado importante, salvo un programa de cooperación que se tiene con la Universidad de Vanderbilt, impulsada desde hace muchos años por el arqueólogo Arthur Demarest. «Por lo demás no hay comercio con empresas de Tennessee, ni inversiones de estas en Guatemala. Mi impresión es que el nombramiento va más en ampliar la red de iglesia fundamentalista por el apoyo político que sus miembros le puedan dar al gobierno de Guatemala… La designación de cónsules honorarios debe hacerse en función de los intereses del país y no de determinadas iglesias con fines políticos», agregó el diplomático de carrera.
Además de Burchfield, durante el mismo año y mes, otro miembro de The Fellowship Foundation fue nombrado cónsul honorario de Guatemala en Estados Unidos, precisamente en Birmingham, Alabama. Se trata de James Scott Myers, un administrador de la industria deportiva en ese estado y que no tiene un cargo alto en la organización, sin embargo, fue parte de la comitiva que acompañó a Tim Burchfield en agosto de 2013 a Guatemala para realizar el primer Desayuno Nacional de Oración.
Tanto Villagrán, como ex funcionarios encargados del área consular del Ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala, coinciden en que Estados Unidos no otorga ningún privilegio a los cónsules honorarios de otros países en su territorio, y que el objetivo de estas figuras es promover las inversiones en Guatemala desde la ciudad que estos representa.
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El nombramiento de Manuel Espina en junio de 2017 como embajador fue la pieza que acercó al Gobierno de Jimmy Morales a los grupos poderosos cristianos y conservadores que tenían mucha influencia durante la administración del presidente Donald Trump. Un ex funcionario, testigo de este nombramiento, aseguró a Plaza Pública que esa fue la intención. Tres meses después esa designación, el Gobierno de Morales declaró non-grato al ex comisionado de la CICIG, Iván Velásquez. La acción no tuvo éxito en ese momento, pero marcó el inicio de la estrategia que se desarrolló después, con el movimiento de la embajada de Guatemala en Israel a Jerusalén (cuyo primer embajador fue un miembro de Guatemala Próspera), las constantes visitas a la ONU a pedir la destitución de Velásquez, las acusaciones de la supuesta relación de la CICIG con Rusia (descartado por el Comité de Relaciones Exteriores del Congreso de EE. UU.), el incremento del uso del discurso que apela a la soberanía, la expulsión de Iván Velásquez de Guatemala al evitar su ingreso al país, hasta la finalización y eliminación del mandato de CICIG en Guatemala con el total apoyo del gobierno Trump.
Sobre esto, Manuel Espina decidió no hablar.
En el mensaje para solicitarle una entrevista se le interpeló sobre su intervención para nombrar a su compañero en los Desayunos de Oración como cónsul honorario, y sobre el objetivo principal de esa designación. Nunca contestó los mensajes y llamadas. Lo mismo decidió hacer el área de relaciones públicas de Guatemala Próspera.
A Burchfield es imposible contactarlo. El correo y número de teléfono del directorio de cónsules honorarios de Guatemala no funcionan y el área de Cancillería que maneja esa información no respondió a la solicitud de Plaza Pública. Sin embargo, este medio envió las preguntas por medio de sus páginas web sobre su nombramiento y resultados de este, además cómo se involucró en el desarrollo de una agenda cristiana y conservadora en Guatemala.
La huella de los Desayunos de Oración
Las mismas preguntas que se le hicieron a Manuel Espina, se le hicieron a la Organización Guatemala Próspera por medio de su dirección de comunicación y otros integrantes activos, pero sobre esto nunca se obtuvo respuesta. La única comunicación efectiva fue en una consulta que Plaza Pública les realizó en junio de este año. La respuesta en esa ocasión fue indicar que la última vez que Burchfield vino a Guatemala fue en 2019. En ese mismo año se concretó la estrategia que el Gobierno de Jimmy Morales emprendió junto a políticos y empresarios para finalizar el mandato de CICIG, lo cual fue apoyado por senadores, congresistas y funcionarios estadounidenses asistentes al Desayuno Nacional de Oración en Washington D.C., según fotografías y publicaciones hechas por estos en sus redes sociales.
Pero la agenda no se detuvo ahí.
El acercamiento de políticos guatemaltecos a los grupos cristianos y conservadores de Washington tuvo su principal evento el 8 de marzo de 2022. Cuatro meses antes, la actual presidenta del Congreso de Guatemala, Shirley Rivera, se reunió con James Lankford, miembro de The Family y uno de los senadores más cristiano-conservadores de Estados Unidos. El encuentro fue para conmemorar un año de la Declaración del Consenso de Ginebra, un acuerdo que promueve las políticas públicas de «protección a la vida y la institucionalidad de la familia». Este consenso tuvo mucho impacto porque el Gobierno de Trump se adhirió por la gran influencia que integrantes de estos grupos religiosos tuvieron en su administración, principalmente por el vicepresidente, Mike Pence, quien es un político conocido por su devoción cristiana.
El 8 de marzo, después de las marchas de reivindicación de los derechos de las mujeres en Guatemala, el Congreso decidió materializar el discurso conservador construído durante años bajo la influencia de senadores y congresistas estadounidenses que son parte del Desayuno Nacional de Oración. Ese día los diputados aprobaron, sin mayor discusión, el decreto 18-2022, Ley para la Protección de la Vida y la Familia, que contenía una serie de inconstitucionalidades opuestas al artículo 4 de la Constitución de la República, el que garantiza la libertad e igualdad de los guatemaltecos.
La ley aprobada por el Congreso, y mandada a archivar por el Presidente días después, vulneraba derechos a la población LGBTIQ+; excluía a familias que no cumplen con la estructura tradicional; incrementaba los castigos penales contra las mujeres que tuvieran un aborto de manera voluntaria; y hacía sospechosas de cometer un delito si este ocurría de forma involuntaria. Cinco días después Giammattei archivó la ley, esta decisión tomó por sorpresa a los diputados, ya que el mandatario también se había reunido meses antes con los mismos congresistas y senadores cristiano-conservadores.
Eso sí, la agenda provida continuó.
El miércoles 9 de marzo, un día después de que el Congreso materializó una agenda conservadora anti derechos, y el mismo día que esta ley aparecía publicada en el Diario Oficial, los diputados y el gobierno de Giammattei celebraron el Congreso Iberoamericano por la Vida y La Familia. Ese día todos vestían camisa o prendas blancas y crearon «El Patio de La Vida» en el Palacio Nacional de la Cultura. Desde ese recinto, Giammattei emitió un mensaje religioso que se proyectó en una gran pantalla en la Plaza de la Constitución para que lo escuchara la poca gente que se concentró ahí y que no llenó las cientos de sillas colocadas para el evento.
En esa misma pantalla también se proyectó un mensaje de Steve Daines, congresista republicano de Montana, Estados Unidos, participante constante del Desayuno Nacional de Oración y socio de la firma de lobbista Ballard Partners, la cual fue contratada por el gobierno de Guatemala y pagada con fondos del Gobierno de Taiwán, (US$900 mil) para mejorar los intereses de Guatemala con el gobierno estadounidense. El representante legal de Ballard Partners es Brian Ballard, principal cabildero y donante de la campaña presidencial de Donald Trump. Tanto Daines como sus socios son asistentes frecuentes a los Desayunos Nacionales de Oración en Washington D.C.
Para el futuro hay dos escenarios. Por un lado los resultados de este cabildeo quizá se materialicen el próximo año, concluyen diplomáticos guatemaltecos que fueron desplazados de Cancillería durante el Gobierno de Jimmy Morales, así como otros que fueron despedidos cuando el ex presidente de Guatemala Próspera y ex embajador de Guatemala en Israel, Mario Búcaro, asumió como canciller a inicio de este año.
Por otro lado, la «ola roja» que devolvería el control del Congreso y el Senado a los Republicanos no ocurrió en las midterms de 2022. Bajo este escenario, el análisis político en Estados Unidos los sitúa priorizando una agenda de asuntos internos en vista a las elecciones de 2024, restando atención a promover agendas conservadoras en otros países.
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