Días antes de que el covid transformara nuestra vida cotidiana, el Insivumeh decretó alerta amarilla institucional debido a la escasez de agua. La prensa reportaba que esto se debía a la sequía producida por la disminución de lluvia originada por el fenómeno de El Niño. Según la misma Empresa Municipal de Agua, en el municipio de Guatemala el desabastecimiento oscila entre el 5 y el 6 %, y el entonces subgerente de Empagua, Carlos Flores, reconoció que, de los 250,000 hogares atendidos por esta entidad, 50,000 tienen problemas con el suministro diario.
De esta cuenta, según el aviso municipal, algunos pobladores organizaron protestas para demandar medidas urgentes, ya que consideran insostenible su situación personal y comunitaria.
Fecha de protesta |
Lugar de protesta |
Motivo de la protesta y demanda |
11 de febrero de 2019 |
Zona 6, colonia La Reinita y asentamiento 19 de Mayo |
Falta de suministro de agua. |
8 de febrero de 2020 |
Zona 13, colonia Santa Fe |
Falta de suministro de agua. |
9 de febrero de 2020 |
Sector Las Tortuguitas, Joya 5, La Verbena, zona 7. |
Cobro pese a falta de suministro. Evidenciar que no llega agua a las guarderías. |
22 de febrero de 2020 |
Zona 2, Ciudad Nueva |
Falta de agua. Se exige explicación a la Municipalidad de por qué el área norte de la capital es la que más problemas enfrenta. |
Elaboración propia basada en información de Prensa Libre, La Hora, Publinews y Con Criterio.
Los vecinos reconocen que el abastecimiento es irregular desde hace años, pero que en los primeros meses del 2020 empeoró de forma notable. Empagua admitió que en las zonas 2, 3, 6, 7 y 18 el desabastecimiento es contante. Cuando los vecinos tratan de explicarse por qué la carestía es más grave este año, encuentran algunas respuestas al observar que el fenómeno coincide con el aumento de construcción de vivienda, la destrucción de espacios verdes y la creación de pasos a desnivel. Pero aún esperan que las autoridades les expliquen los motivos oficiales.
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De acuerdo con José Hernández, presidente de uno de los cocodes de los sectores del Proyecto 4-3, y Mayte Barrios, integrante de la Alianza Norte 6, la situación se agrava por la poca voluntad y la poca comunicación de la alcaldía auxiliar. Por eso trataron de elevar su problema al Concejo Municipal y al Procurador de los Derechos Humanos antes del estado de calamidad. También realizaron asambleas comunitarias y planificaron acciones de protesta. Ahora todo lo que habían planeado está restringido por el decreto de estado de excepción, pero monitorean el abastecimiento y la calidad de agua mediante grupos de WhatsApp.
Se reconoce que la Municipalidad ha generado acciones para abastecer de agua a algunos asentamientos precarios, como proveerlo por medio de pipas, así como con la apertura de cuatro pozos que beneficiarán a las zonas 18 y 17. Sin embargo, y pese al avance del covid, algunos vecinos de la zona 6 consideran que la situación no ha cambiado y tampoco identifican acciones estructurales que modifiquen el abastecimiento irregular.
Según Barrios y Hernández, los sectores más afectados son los proyectos 4-4, 4-10,4-3, La Reinita, El Esfuerzo, la 30 de Julio, 19 de Mayo, Los Cipresales y otras colonias populares y asentamientos precarios de los barrios San Antonio y San Juan de Dios.
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Las protestas por falta de suministro (o, en el peor de los casos, por falta de infraestructura) no son nuevas ni en la capital ni en los municipios de Guatemala, mucho menos en el resto del país. Al contrario, son tan comunes que pueden convertirse en un indicador de la parálisis institucional para solucionar el problema. La escasez es tan común que la gente ha creado sus propias soluciones precarias para paliarla, no sin perjuicio o cambio de las dinámicas familiares: compran colectivamente agua a empresas (350 quetzales por pipa, 75 por tinaco o 15 por tonel), madrugan o limitan su descanso para garantizar agua, se bañan una o dos veces por semana, recogen agua de lluvia o se bañan en el trabajo.
Covid-19 sin agua
El área metropolitana de Guatemala aporta el 40 % del crecimiento demográfico del país. Esto implica que en los municipios que la conforman habita la mayor cantidad de población. El INE indica que solo en la ciudad de Guatemala habitan 923,392 personas[1]. Si bien este municipio es uno de los espacios con mejores condiciones de vida en Guatemala y, a diferencia de otros, la mayoría de los hogares de este poseen infraestructura para el abastecimiento de agua, el suministro no es regular donde se concentra más población.
En el municipio de Guatemala, grandes grupos de personas carecen de servicios públicos básicos, específicamente los asentamientos precarios. Según la Dirección de Catastro de la Municipalidad de Guatemala (2019), existen 173. Las zonas 7 y 18 reúnen 57 cada una. La zona 6 tiene 17. Estos lugares coinciden con aquellos que, según la Municipalidad, tienen mayores problemas de abastecimiento.
De acuerdo con el Censo de Asentamientos de Techo, una organización de asistencia e incidencia en materia de vivienda, estos lugares se caracterizan por tres aspectos: por el círculo vicioso de la pobreza, por la incapacidad del Estado de regular el mercado del suelo y planificar la gestión urbana y por ser un símbolo de exclusión.
La informalidad que prevalece aquí no se limita a la propiedad de la tierra. Trasciende a la irregularidad de los servicios básicos a los que se tienen acceso: agua, alumbrado público y domiciliar, acceso a transporte y saneamiento, entre otros.
Según el último censo, el 58.9 % de los hogares de Guatemala obtienen agua por medio de una tubería ubicada dentro de su vivienda. Un 10.9 % (357,000 hogares, aproximadamente) [2] se abastece directamente de ríos, lagos, manantiales, camiones o toneles. El departamento de Guatemala padece un estrés hídrico extremo, es decir, la demanda es más alta que la cantidad disponible.
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Dicho de otra manera, hay infraestructura para abastecer de agua a las personas. Lo que falta es el agua misma. Así, la población pierde calidad de vida [3].
Sin acceso frecuente y constante al agua, los habitantes de los asentamientos precarios son los más vulnerables a la pandemia. Si a esto se agrega la sequía, los pronósticos no son alentadores justo en el momento en que se espera un incremento en el número de contagios.
La respuesta institucional es urgente. La protesta y la denuncia ciudadanas pueden servirles a las autoridades para identificar los lugares y las causas que necesitan atención inmediata. Es necesario que las alcaldías auxiliares mantengan comunicación con los vecinos y con su representación comunitaria. Las autoridades no deben ignorar las demandas de los cocodes, de los comités únicos de barrio y de otras formas organizativas que han advertido del problema de agua en todo el país. Estas acciones son esenciales para construir lazos de colaboración.
Ante todo, es importante reconocer que la Municipalidad, como ente rector en temas de ordenamiento territorial y en gestión de recursos, debe generar estructuras más allá de Empagua para solventar estar crisis. De esta cuenta, se necesitan una suerte de combinación política, técnica y administrativa de la Municipalidad, así como de otras instancias del Gobierno nacional, y espacios de investigación para solucionar la continua crisis alrededor del agua, que en esta coyuntura genera más problemas al ya paupérrimo sistema de la salud nacional.
[1] Representan el 30 % de los pobladores de este territorio.
[2] De estos, el departamento de Sacatepéquez (89.90 %) es el que mejores condiciones representa, junto con Guatemala (85.80 %). Alta Verapaz, por el contrario, es el departamento en el que menos hogares tienen tubería para abastecimiento de agua (28 %). En el Petén (34.20 %) y el Quiché (41.60 %), la infraestructura para abastecer agua también refleja bajos porcentajes (INE, 2019).
[3] Según el Iarna (2016), 1.9 millones de habitantes, que incluyen a la población del departamento de Guatemala, solo tienen acceso a 496 metros cúbicos por año.
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