Al comunicar que Leal lo acompañaría, Maldonado Aguirre justificó: “Es un hombre honorable. Lo conozco desde hace mucho tiempo”.
Leal Estévez es su hombre de confianza desde la década del ochenta, desde que ambos formaban parte del Partido Nacional Renovador (PNR), fundado por Maldonado Aguirre. El nuevo vicemandatario también depositó su confianza en Fernando Leal Estévez cuando lo impulsó a participar en las elecciones generales de 1990 como candidato presidencial. Apenas 11.025 votos fueron obtenidos en ese año para colocar al PNR en un undécimo lugar. Es tal la confianza de Maldonado Aguirre sobre Leal Estévez que fue el primer nombre que anunció como parte de su equipo en la Vicepresidencia. Sin embargo, el anunciado nuevo Secretario Privado tiene un pasado de negocios descarrilados, lesivos para los intereses del Estado. A inicios de 1995, el expresidente Ramiro de León –junto a todo su gabinete– destituyó a Fernando Leal como interventor de Ferrocarriles de Guatemala tras detectar actos de corrupción en el proceso de privatización de las vías férreas del país.
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“Al presidente Ramiro de León Carpio lo dejó el tren”. Así iniciaba un reportaje de la revista Crónica de agosto de 1995. Faltaban sólo cuatro meses para que De Léon Carpio abandonara el cargo. La privatización de FEGUA estaba en marcha, a todo vapor, pero debido a varios negocios anómalos del hombre de confianza del actual Vicepresidente, Fernando Leal Estévez, todo se descarriló desde 1995.
El interventor Estévez fuera de las vías
En agosto de 1995, el entonces interventor de esa empresa estatal Leal Estévez, había cedido el derecho de paso a través de una franja paralela a las vías del tren, a la empresa Poliductos del Pacífico (PDP). Aun después de todo este tiempo, PDP permanece inhabilitada en el portal de Guatecompras.
El fin de este negocio era instalar un cableado kilométrico de fibra óptica para sistemas de comunicación. Durante 30 años, el Estado de Guatemala recibiría US$10 millones. La Ministra de Finanzas de aquel entonces, Ana de Molina, y el Ministro de Energía y Minas, Julio René Barrios, interpusieron una denuncia a causa de este negocio realizado por Fernando Leal.
Leal Estévez, según un reporte de Inforpress, defendía en aquel momento que no había nada anómalo en el negocio con PDP. La Dirección de Asuntos Jurídicos de Finanzas, argumentaba Leal, había opinado que "el interventor puede otorgar contratos de arrendamiento, usufructo y servidumbre de paso a favor de terceros, sin llenar las formalidades preceptuadas en la Ley de Contrataciones del Estado y su reglamento, y sin ser autorizados para ello mediante acuerdo gubernativo”.
El expresidente Ramiro de León, finalmente, tras tres meses de debate con su Gabinete, sería quien declarara que el decreto firmado por el secretario privado de la Vicepresidencia de Maldonado Aguirre, era, en verdad, lesivo para los intereses del Estado.
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El Gobierno indicó que "se violaron preceptos constitucionales y de leyes doctrinarias, como la Ley de Contrataciones del Estado, y tampoco se emitió acuerdo gubernativo, de la autoridad superior correspondiente, que autorizara al interventor de FEGUA (Fernando Leal Estévez)”. El contrato que afectó un bien del Estado fue ratificado mediante la publicación del acuerdo gubernativo 377-95. Un día antes de destituir de manera fulminante a Leal, el Presidente y la ministra de Finanzas, Ana de Molina, le pidieron a Edgar Balsells que se hiciera cargo de FEGUA. Balsells aceptó y cuando preparaba una auditoría a la institución, recuerda con bastantes sospechas, hubo un incendio y todo se quemó. Fue imposible auditar los documentos.
Más anomalías y su costo
Según el reportaje de Crónica, dicho contrato no fue el único que se le cuestionó a Leal Estévez en aquel momento por la posibilidad de actos de corrupción. BANDEGUA, tras un contrato firmado por el interventor de aquel entonces, también había adquirido por Q125 mil, el derecho a utilizar los trenes y la vía férrea de FEGUA en una zona de Izabal. Otro acuerdo era el usufructo oneroso a favor de la Compañía Bananera Independiente de Guatemala (COBIGUA). Y uno más en el que FEGUA había hecho acuerdos con la Hulera Nacional. Un cuarto contrato fue pactado con la empresa ENRON. En este otro contrato Estévez cedió, a un bajo precio, el derecho de vía a ENRON, para que ésta colocara postes y cables de alto voltaje, desde la planta de energía eléctrica Mauricio, propiedad del Instituto Nacional de Electrificación (INDE).
La responsabilidad de deshabilitar, y desmantelar, el tren en Guatemala fue en parte consecuencia de las decisiones tomadas por el recién anunciado secretario privado de Alejandro Maldonado Aguirre en la Vicepresidencia. O como preguntaba el sucesor de Leal Estévez, una vez destituido como interventor de FEGUA, Édgar Balsells: “¿Cuánto ha pagado la compañía concesionaria de todos los bienes de FEGUA al Estado? ¿En qué situación de usufructo se encuentran los diferentes bienes? ¿Qué compromisos persisten en materia de rehabilitación de la vía férrea? ¿Cuánto ha pagado al Estado?”.
Fernando Leal Estévez ha llegado a la Vicepresidencia como la mano derecha de Alejandro Maldonado Aguirre. Plaza Pública intentó, sin éxito, obtener la versión del nuevo Secretario Privado de la Vicepresidencia, respecto a estos hechos.