Para mantener sus réditos han necesitado consolidar, por medios ilegales, el poder político sobre cualquier presidente y colocar a muchos y relevantes funcionarios: diputados, jueces, alcaldes, secretarias, etcétera. Es lo que llaman el poder paralelo, que reside y manda desde la oscuridad. Hay quienes confrontaron estos históricos entramados y por lo tanto sufren la pena del ostracismo.
Quiero nombrar a tres personas que en un momento preciso decidieron jugársela, apostar las fichas e...
Para mantener sus réditos han necesitado consolidar, por medios ilegales, el poder político sobre cualquier presidente y colocar a muchos y relevantes funcionarios: diputados, jueces, alcaldes, secretarias, etcétera. Es lo que llaman el poder paralelo, que reside y manda desde la oscuridad. Hay quienes confrontaron estos históricos entramados y por lo tanto sufren la pena del ostracismo.
Quiero nombrar a tres personas que en un momento preciso decidieron jugársela, apostar las fichas en la partida de póker, irse all-in en el juego. Cronológicamente, empiezo con Claudia Paz y Paz. Profesionalizó el Ministerio Público (MP) para que dejara de ser una agencia donde se negociaban casos en favor de los poderosos, desarticuló con nervio redes de narcotráfico, soltó el freno que se le había puesto a las investigaciones de violaciones de los derechos humanos y empujó el paradigmático caso contra Efraín Ríos Montt. Con habilidad Zury Ríos convenció a la élite económica de que, si condenaban a su padre, ellos serían los próximos. Les metió miedo al decirles que se desnudaría el apoyo que el sector privado le había dado al Ejército cuando asumió la política de tierra arrasada, en la que sin piedad acabó con cientos de aldeas civiles.
Por su parte, Claudia Escobar presidía una sala de apelaciones cuando le cayó un amparo presentado por Roxana Baldetti. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) la había suspendido de su puesto de secretaria general del Partido Patriota como sanción por organizar un mitin en el Parque Central, donde empujaban la candidatura de Alejandro Sinibaldi. Ese domingo fue inmortalizado en los videos con el baile de los funcionarios con camisas anaranjadas al son de El caballito de palo. El influyente diputado Gudy Rivera le ofreció a Escobar, en plena elección de cortes, reelegirla a cambio de que resolviera en favor de Baldetti el amparo que suspendía la sanción del TSE. Escobar tuvo la audacia de grabar a Gudy y luego denunció las anomalías de la elección de cortes. Demandó la repetición del proceso, renunció a su magistratura y encaró a Rivera. El audio comprometedor se hizo público y años después Gudy fue sentenciado por tráfico de influencias.
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Como tercer ejemplo, Thelma Aldana. Durante su período al frente del MP se combatió la corrupción sin precedentes. Se rompió el esquema que estipulaba que ciertas familias, ciertos sectores políticos y militares eran intocables. Prácticamente no quedó títere corrupto con cabeza y se develó cómo funciona y se sostiene el poder en Guatemala. Trabajó de la mano con la Cicig y alcanzó con sus casos a presidentes y al poderoso sector privado, acostumbrado a financiar ilícitamente las campañas para mantener una amistosa relación con los gobernantes. El mismo sector privado que temía ser vinculado a Ríos Montt dos años atrás y que en ese entonces movió sus alfiles en la Corte de Constitucionalidad para traerse abajo la sentencia del juicio por genocidio.
Las tres encendieron la luz, y la población vio a los fantasmas de mil cabezas revolverse encandilados tras la linterna judicial. Eso provocó claramente un contragolpe implacable por haber tocado a Dios con las manos sucias. Las tres deben vivir ahora fuera de Guatemala por los ataques vividos. Las tres son admiradas internacionalmente y han recibido reconocimientos. Pero nuestro país las ha expulsado. Es triste y da rabia. También da rabia que muchas personas que se dedicaron a darle forma a la lucha contra la impunidad anden por ahí anónimamente, sufriendo las secuelas de su trabajo. No les dan empleo, los ven como infectados, el sector privado los desdeña.
Cuando el establishment siente que pueden descubrirle sus pecados, se cierra y da patadas con todo el dinero y las influencias posibles. Por eso arraigaron a Claudia Paz y Paz un día después de haber dejado el MP. Por eso las amenazas a Claudia Escobar. Por eso le siguen montando casos a Thelma Aldana y no la dejaron competir. Así como ellas, entre nosotros, aunque en otras dimensiones, viven personas que sufren las difíciles consecuencias de defender la justicia.
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