Ante decisiones unilaterales que afectan las relaciones internacionales, se recomienda un examen y análisis de proporcionalidad del impacto que esa decisión podría tener tanto en materia de derechos humanos como en relación con los beneficios o los daños que se generarán en materia económica. Para ello deben tenerse presentes algunos elementos esenciales: a) las obligaciones que el Estado ha contraído, b) el marco normativo constitucional del propio país, c) la situación geopolítica del Estado y d) la tradición o costumbre del Estado en la manera de abordar esas situaciones, entre otras y según la situación.
El marco normativo constitucional de Guatemala (artículo 183, incisos o y p) regula como funciones presidenciales la dirección de la política exterior y la recepción, así como el retiro, de los agentes diplomáticos. Sin embargo, el mismo inciso o dice expresamente que esa facultad se rige conforme a la Constitución, lo cual se enlaza con los artículos 149 y 151 de esta, que obligan a realizar un examen de proporcionalidad y de situación geopolítica. Suecia es parte de la Unión Europea (UE), lo que implica que los países que la conforman actúen como bloque en ciertas políticas intercontinentales, como las económicas relacionadas con el comercio, la industria y el desarrollo. El mismo embajador de la UE en Guatemala, Stefano Gatto, ha expresado en medios escritos que uno de sus objetivos es el incremento de los saldos comerciales positivos. Asimismo, se destaca que los países europeos invierten en el proyecto Fortalecimiento de la Posición de Guatemala en los Mercados Internacionales, por el cual se pretende el crecimiento sostenible de la economía y del empleo mediante el comercio exterior regional y con Europa. Entre otras tantas cosas a señalar, la UE es el mayor donante de la iniciativa Ayuda para el Comercio, de la Organización Mundial para el Comercio.
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Con lo expuesto, establecer relaciones internacionales diplomáticas con cualquier Estado miembro de la UE no es una suerte de romance y desamor, sino una estrategia seria de desarrollo y de proyección de posicionamiento del país en el ámbito comercial y económico, de tal cuenta que los apoyos que cada Estado pueda darnos dentro de esas asociaciones se traducen en oportunidades para el país. Quizá por eso el mismo comunicado del grupo de donantes en Guatemala (G13) en conjunto con la UE resalta en su texto que Suecia es miembro de ese grupo. No voy a ahondar en detalles sobre la cooperación para el desarrollo que prestan en Guatemala Suecia y la UE, pero sí voy a referir que, sin esa cooperación, el Estado no podría funcionar en algunos de sus servicios.
Es un error pedir el cambio del señor Kompass por un falso nacionalismo. Puede llevar a que Suecia considere el retiro de su sede y a que se pierda un aliado poderoso y, sobre todo, una amistad de larga data. El acto unilateral del presidente del Ejecutivo debe de ser celebrado por los imprudentes que enarbolan independencia sin entender un centímetro de lo que significan las relaciones internacionales actuales y los bloques estratégicos de desarrollo. Estos seguramente le dirán al presidente que su decisión está bien.
Pero dicha decisión corrompe las aspiraciones del Estado frente a la comunidad internacional. Es bueno recordar y parafrasear al presidente Juan José Arévalo (presidente sin comparación alguna) en su discurso de despedida: se debe actuar para las máximas aspiraciones futuras del pueblo hoy viviente, y no para la defensa y la salvación de la vida de quien ostenta la presidencia.
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